Título original: Todos lo saben
Año: 2018
Duración: 130 min
País: España
Dirección: Asghar Farhadi
Guion: Asghar Farhadi
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: José Luis Alcaine
Reparto: Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín, Eduard Fernández, Inma Cuesta, Bárbara Lennie, Elvira Mínguez, Ramón Barea, Carla Campra, Saadet Aksoy, Sergio Castellanos, Sara Sálamo, Roger Casamajor, Nella Rojas, Jaime Lorente
Productora: Memento Films Production / El Deseo / Lucky Red / Morena Films
Género: Thriller / Drama
Tic… Tac… Tic… Tac… El sonido de las manecillas de un gran reloj vibra en las paredes de piedra caliza del campanario donde se encuentra. Es un sonido continuo, muy tenso e incluso frustrante, que las propias campanas se tragan al iniciar su baile. Al mismo tiempo, una paloma alza el vuelo intentando escapar por un pequeño hueco. De esta manera comienza la nueva cinta de Asghar Farhadi, Todos lo saben, octava película del director ganador de dos premios Óscar, la cual además sirvió como film inaugural en la pasada edición de Cannes. Se trata a grandes rasgos de un thriller con tintes de melodrama en torno a una familia donde la comunicación no es exactamente la herramienta más usada.
El director iraní vuelve a brillar en la ejecución de sus planos a través de una cámara, siempre presente pero nunca entrometida, que nos va presentando a un clan aparentemente feliz. Se aproxima la boda de la hermana de Laura (Penélope Cruz), que viaja con sus dos hijos desde Buenos Aires hasta el pueblo donde se crio para asistir a la celebración. Todo parece ir perfecto hasta que Irene (Carla Campra), hija en la ficción de Penélope Cruz y Ricardo Darín, desaparece en mitad de la noche sin dejar rastro. Es aquí desde donde parte el aspecto más intrigante de la trama, llevándonos poco a poco a sospechar de cada uno de los habitantes del pueblo y sacando a relucir los prejuicios y las verdaderas caras de sus personajes. Su reparto más bien coral funciona a la perfección en todo momento, siempre guiado por una Penélope especialmente maravillosa que, sin duda, logra mostrar el dolor, la confusión y el miedo suscitados por la pérdida de un hijo. Javier Bardem, por su parte, borda el papel de Paco, ex amante y amigo de toda la vida de Laura y el personaje con el viaje emocional más intenso.
Si bien es cierto que la película podría seguir ese camino más policial, con toques de suspense, del que últimamente hemos visto un auge dentro del cine español; Farhadi decide ser fiel a sí mismo. Poco a poco nos va introduciendo en los tejemanejes de sus personajes. Los rumores, los secretos, los comentarios y las peleas abundan durante todo el metraje, haciendo crecer la tensión y sacando a relucir lo peor de cada uno. El cineasta consigue llevar a una familia que parecía no tener problemas con nadie a permitirse el lujo de abrir heridas pasadas con sus amigos y conocidos mientras que hunden más y más en la miseria a una madre que no entiende por qué esto le está pasando precisamente a su hija. Nos invita a reflexionar sobre los comportamientos humanos en situaciones de extrema urgencia, planteándose en repetidas ocasiones y con diferentes personajes la misma pregunta: ¿y si la secuestrada fuese mi hija? A pesar de su ritmo a contrarreloj, el director se permite pararse a encontrar la emoción de cada momento, una pausa para pensar, una mirada que dice más que mil palabras, un gesto con segundas intenciones… Todos lo saben se acaba convirtiendo en un retrato mucho más intimista de lo que parecía ser en un principio, y justo es ahí donde alcanza su mayor plenitud, cuando te das cuenta de que tienes ante ti un drama que habla más sobre la pérdida y la confianza que sobre el propio misterio detrás del secuestro.
Escena tras escena, la cinta se aleja poco a poco del envoltorio de thriller al que estamos acostumbrados para embriagarnos de lo que esencialmente conforma: un melodrama rural que perfectamente podría firmar el mismísimo Almodóvar. Farhadi intenta hacer un retrato cercano de una España concreta, la que le apetece mostrar, y, aunque en ciertos momentos se nota su mirada extranjera con toques de culebrón entre viñedos, por lo general, logra mudar su estilo personal a nuestras tierras, manteniendo las grandes virtudes que caracterizan su filmografía y ofreciéndonos una obra que, aunque no acaba de dejar clara su forma, se va convirtiendo por el camino en un film tremendamente recomendable.
Lo mejor: Su reparto cohesionado y bien dirigido, y en especial Bárbara Lennie que, aun siendo secundaria, logra destacar junto al dúo Cruz-Bardem por encima del resto.
Lo peor: Su final más bien seco y, en cierto modo, fuera del tono melodramático que adquiere la película en su segunda mitad, puede dejar frío a más de uno.
Nota: 7/10.