Crítica – ‘Santa Clarita Diet’ (T1)

Título original: Santa Clarita Diet

Año: 2017

Género: Comedia y terror

Reparto principal: Drew Barrymore, Timothy  Olyphant, Skyler Gisondo,  Liv Hewson,

Director: Víctor Fresco

Nº de temporadas: 1

Nº de episodios: 10

País de origen: Estados Unidos

Distribuidor: Netflix

‘Santa Clarita Diet’ es la nueva apuesta de Netflix, una serie que cuenta la historia de Sheila (Drew Barrymore) y Joel (Timothy Olyphant),  un matrimonio de agentes inmobiliarios que vive con su hija adolescente Abby en el suburbio de Los Ángeles llamado Santa Clarita. Ninguno está contento con sus vidas pero son capaces de sobrellevar el día a día. O así es hasta que a Sheila le ocurre algo que cambiará la vida de su familia para siempre. Joel decide apoyar a su esposa y, desde ese momento, la pareja se verá obligada a saciar el hambre de Sheila y serán arrastrados a una espiral de muerte de la que no podrán salir.

El género zombi se ha visto impulsado en los últimos años, son muchas las películas y series que han tenido un gran éxito abordando esta temática. ‘Santa Clarita Diet’ parte de esta base pero rompe el molde con una gran diferencia, mezclar el terror zombi con el sarcasmo y la comedia. No obstante, esto no es lo más novedoso de la serie, su enfoque es de lo más llamativo, la irónica presentación de la vida en los barrios residenciales de Norteamérica, lleno de clichés y vecinos curiosos que intentan mantener una vida idílica de puertas para fuera combinado con un reparto de lujo hacen que la serie sea más digerible.

Está claro que sin Barrymore y Olyphant la serie carecería de valor, un valor que radica en ver en pantalla a dos grandes actores contando una peculiar pero plana historia. La relación entre Joel y Sheila es plana, repetitiva a lo largo de los 10 capítulos, siendo sus escenas por separado las más sustanciosas. La relación de Abby con sus padres y con su vecino aportan frescura, sus apariciones hacen que la trama avance y deje de estar estancada en el drama zombi que afecta al matrimonio. Las escenas madre e hija son, sin duda, de las mejores de la temporada.

Drew Barrymore y Liv Hewson compartiendo escena en Santa Clarita Diet

Uno de los aspectos más destacables de los personajes es la nueva actitud de la protagonista. Aunque la serie sea una tragicomedia sobre el drástico cambio de vida y alimentación de Sheila y como afecta a su entorno, puede que sea lo mejor que le haya pasado, más que como una zombi neófita se muestra como una mujer libreada que anima a sus amigas a no fingir y darse a valer, cumplir sus sueños y romper con una estructura en la que la mujer debe sacrificarse por su familia y no satisfacer sus caprichos y deseos. Todo esto dado por la impulsividad concedida por su condición de muerta, Sheila explica a su marido que quizá siempre había sido así y durante 20 años de matrimonio había estado reprimida,  un hecho que se menciona al principio y que pasa desapercibido durante la temporada pero que tiene sus consecuencias. Un detalle que desconozco si fue añadido con la intención de hacerse notar pero que, sin duda, ha captado mi atención.

Los cameos de otros grandes actores y actrices como, por ejemplo, Nathan Fillon, Patton Oswalt o Portia de Rossi contribuyen a que ‘Santa Clarita Diet’ sea un producto más atractivo, pero no va más allá.

Ver la nueva apuesta de Netflix pensando en que nuestro espíritu crítico saldrá reforzado es una locura. Una sátira con un toque atrevido y bastante gore cuya función es entretener y divertir.

 

Lo peor: que el desenlace se concentre en los últimos capítulos

Lo mejor: La transformación personal de Sheila y el papel de Liv Hewson

Nota: 7