Título original: Mean Girls
Año: 2005
País: Estados Unidos
Director: Mark Waters
Guión: Tina Fey (Libro: Rosalind Wiseman)
Música: Rolfe Kent
Fotografía: Daryn Okada
Reparto: Lindsay Lohan, Rachel McAdams, Tina Fey, Tim Meadows, Amy Poehler, Amanda Seyfried, Ana Gasteyer, Lacey Chabert, Lizzy Caplan, Daniel Franzese, Neil Flynn,Jonathan Bennett
Productora: Paramount Pictures
Género: Comedia
Todos hemos pasado por el instituto. Todos hemos sido observados por miles de ojos por los pasillos y hemos sido criticados en las mesas de las aulas. A todos nos han castigado alguna vez, o nos hemos enemistado con nuestro mejor amigo/a. Y por supuesto todos hemos visto Chicas malas, película clave para entender (en todo lo posible) ese mundo tan felizmente amargo lleno de hormonas que es la adolescencia.
Chicas malas comienza con una chica africana llamada Cady (Lindsay Lohan) llegando por primera vez a Estados Unidos (!) sin haber pisado en su vida un instituto (!!!). Cady narrará a modo de documental marca National Geographic cómo son sus andaduras en el sistema educativo americano. Este punto hace se desmarque del prototipo “comedias adolescentes americanas” realizando una especie de estudio sociológico en el instituto. Se compara habitualmente cómo la selva Ketyana, lo único que conoce Cady, es prácticamente igual que el instituto: los adolescentes se agrupan en manadas y hay una en concreto (las arpías) que hace todo lo posible por mantenerse en lo alto de su particular escala evolutiva. Por resumirlo de algún modo, Chicas malas es La clase de Laurent Cantet con mirada de fuego pintada de rímel.
Es curioso que después de Chicas malas la moda hollywoodiense de hacer comedias de instituto se disparase enormemente. Películas como Supersalidos (2007), Juno (2007) o Infiltrados en clase (2012) triunfan por aportar un enfoque que las aparta del canon, ya sea por su visión del chico adolescente cachondo, por una nueva versión de la chica adolescente no-pija con toque indie, o el contraste cómico comparativo del modelo de instituto antiguo con el moderno.
Esta visión semi-documental y semi-sociológica no podría haber resultado eficaz sin el inmensurable trabajo que hace Tina Fey; eleva la categoría de “película mainstream” a “posible película de culto” con su guión satírico, ácido y mordaz. Tina Fey, una guionista ya consagrada con varios premios por su guión e interpretación en la serie 30 ROCK, simplemente hace lo que mejor sabe hacer: meterse con los demás. Chicas malas es una auténtica pelea en la que las armas principales son las criticas, la envidia, las mentiras y las puñaladas traperas. Es un reflejo hiperbólico de los lazos afectivos que se suelen crear en el instituto, de esa gente a la que ponemos buena cara pero no tragamos, nos alegramos de sus desgracias y hacemos daño simplemente para divertirnos sin pensar en el trauma que llegaremos a causar algún día.
Gran trabajo, además, de construcción de personajes. La transformación de Cady desde una inexperta e indefensa chica adolescente, a ser una estratega que maneja todo lo que tiene alrededor son elogios hacia aquella actriz que era evidente el estatus de nueva estrella del cine comercial (aunque después se esfumase por completo). Mención también para la grandísima Regina George A.K.A La Reina Suprema, interpretado por una brillantísima Rachel McAdams llevándose los honores de ser el mejor personaje. No puedes amar y odiar a la vez tanto a un personaje como el de Regina.
Estos momentos de brillantez, sin embargo, se ven sofocados por una metedura de pata. Inexplicablemente, se muerde la cola y en su tramo final se mete de lleno en el canon de típica comedia de instituto al uso. Momentos tan únicos como la batalla campal o el show navideño son tirados por la borda con un final soso y vacío de personalidad. Si muchas personas se refieren a Chicas malas como una película del montón es posiblemente debido a esto.