Crítica — ‘Júlia Ist’, la «locura sana» del erasmus

La experiencia erasmus está cada vez más de moda entre los jóvenes. Júlia Ist permite al espectador introducirse en las vivencias de una estudiante de aquitectura. La cinta, que ha sido proyectada en el Festival Internacional de Cine de Cartagena con la presencia de su director de fotografía Pol Rebaque, deja a un lado la formación académica de su protagonista para centrarse en su loca experiencia alemana.


Título Original: Júlia ist

Año : 2017

Duración: 90 min

País: España

Dirección :Elena Martín

GuionMaria Castellvi, Elena Martín, Marta Cruañas, Pol Rebaque

Fotografía: Pol Rebaque

RepartoElena Martín, Oriol Puig, Laura Weissmahr, Jakob Daprile, Remi Pradere,Paula Knüpling, Carla Linares, Max Grosse

Su punto de partida puede parecer muy simple y común: Júlia, una estudiante de arquitectura veinteañera está preparándose para realizar su viaje erasmus a Alemania, concretamente a Berlín. Su vida se presenta muy tranquila y ordenada, pero su experiencia en tierras germanas irá mostrándonos una protagonista cada vez más alocada y que, por un momento, parece olvidar su verdadero lugar, su origen.

Uno de los elementos que hacen la cinta atractiva es la «simplicidad» de la misma. Es decir, la historia permite mostrar el interior de Júlia pero de una manera muy cotidiana, a través de su día a día. Esa sencillez que trasmite la película es un acierto porque permite contar en un lenguaje muy comprensible por el espectador, los sentimientos de su protagonista. Además, el choque de la cultura alemana con el carácter nacional crea muchos momentos cómicos que llenan de luz la película: la hora y media pasa muy rápidamente.

Mención aparte merece el trabajo de Elena Martín, directora y actriz protagonista de Júlia Ist, quien parece tener muy claro lo que quería contar y cómo iba a hacerlo. En palabras del guionista y director de fotografía Pol Rebaque: «ella tiene la capacidad de actuar e ir pensando hacia dónde quiere que vaya la escena«. Por supuesto, como reconoce Rebaque, la directora y actriz necesitó tener un equipo en el que confiar ya que, como es lógico, cuándo estás rodando en el set no puedes estar en todo.

La fotografía, el gélido ambiente y el choque de idiomas (ingles, español, alemán y catalán) enriquecen la experiencia visual, forman un contraste que llena la historia de ritmo. Las duras condiciones del invierno en Berlín hicieron que el equipo llegara a rodar a cuatro grados bajo cero. Pero el resultado de este frío es bastante interesante, lo llena de realismo. Sin duda, se trata de un primer trabajo de Elena Martín más que digno, un comienzo como directora con mucha personalidad y que, pese al bajo presupuesto de la cinta, pone un punto de partida muy interesante y esperanzador.

Nota: 8/10

Lo mejor: cómo muestra y representa perfectamente los sentimientos de Júlia a través de imágenes cotidianas, sin necesidad de ser muy profundas.

Lo peor: Quizá esa «locura» que enriquece la experiencia de la protagonista no sea entendible por un sector del público.