Título original: Cerdita
Año: 2022
Duración: 90 minutos
Dirección: Carlota Pereda
Guion: Carlota Pereda
Fotografía: Rita Noriega
Reparto: Laura Galán (Sara), Richard Holmes (el desconocido), Carmen Machi (madre), Julián Valcárcel (padre), Irene Ferreiro (Claudia), José Pastor (Pedro), Camille Aguilar (Roci), Claudia Salas (Maca)
Productora: Coproducción España-Francia; Morena Films, La Banque Postale Image, Indéfilms
Género: Thriller, drama
Música: Olivier Arson
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Nacida del cortometraje de título homónimo, Cerdita se estrena en cines con la promesa de calidad-Goya. Pero, ¿mantiene el filme la potencia que en 2018 nos ofreció su directora? Laura Galán (Sara), protagonista tanto en el corto como en el largo, aparece acompañada de un nuevo elenco de actores y actrices, entre quienes destacan Carmen Machi (La voluntaria) e Irene Ferreiro (SKAM España) por su debut en la gran pantalla.
Qué pasó después de los hechos del corto parece ser la pregunta en torno a la que gira Cerdita. Carlota Pereda nos ofrece una versión extendida de la vida de Sara, así como de la desventura que la persigue al toparse en su camino con un asesino desconocido. Sara pertenece a una familia de carniceros -de ahí su apodo- que entienden poco o nada la situación de acoso sufrida por su hija. La actuación de Galán se mantiene impecable e, incluso, mejora gracias al acompañamiento de Machi -quien una vez más borda su rol de madre en la gran pantalla-.
Hablar de Cerdita sin mencionar su origen sería un error, puesto que son la fama y reconocimiento otorgados al corto los que permiten que Pereda se lance a por el largo. Y es precisamente en esta apuesta donde la directora se ha equivocado. Cerdita como cortometraje funciona, tiene una potencia muy clara concentrada en sus 14 minutos de duración. Sin embargo, el largometraje estira el chicle y, de tanto masticarlo, pierde el sabor.
Aunque el leitmotiv del filme apuntaba a ser el acoso sufrido debido a la gordofobia, el nuevo metraje desvirtúa esta voluntad, transformándose en una slasher costumbrista que apuesta más por lo visual que por lo narrativo. Rita Noriega, directora de fotografía, logra que la esencia de Cerdita se mantenga a lo largo de sus 90 minutos. Ambientada en un pueblo extremeño en la actualidad, la directora aprovecha elementos tradicionales para mezclarlos con otros modernos -sirva la representación de la caza en redes sociales dentro del filme como ejemplo de ello-.
Aún así, Cerdita cumple una función importante a nivel social: representa y normaliza los cuerpos no normativos. El simple hecho de tener a una protagonista gorda en pantalla, cuyo cuerpo no aparece sexualizado ni tampoco afeado, es un gran paso. Bien es cierto que el tono crítico del cortometraje se pierde, pasando del compromiso anti-bullying/anti-gordofobia a un compromiso con lo gore-visual. Sin duda, es una apuesta arriesgada que funciona como entretenimiento a costa de renunciar a su calidad-Goya. Pereda lo hizo muy bien en el 2018, pero con Cerdita (2022) ha pinchado: a veces, menos es más.
La película está disponible en cines desde el 14 de octubre y el cortometraje puede encontrarse en Filmin.
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Lo mejor: La normalización de cuerpos no normativos en el cine
Lo peor: Se diluye le esencia del cortometraje
Nota: 6/10