Título original: Beetlejuice Beetlejuice
Año: 2024
País: Estados Unidos
Dirección: Tim Burton
Guion: Alfred Gough, Seth Grahame-Smith, Miles Millar. Personaje: Michael McDowell, Larry Wilson
Reparto: Michael Keaton, Winona Ryder, Catherine O’Hara, Justin Theroux, Monica Belluci, Jenna Ortega, Willem Dafoe, Filipe Cates
Fotografía: Haris Zambarloukos
Música: Danny Elfman
Productora: Warner Bros, Plan B Entertainment, Tim Burton Productions, Tommy Harper Productions
Género: Fantástico. Comedia. Terror.
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Hace 36 años, un joven Tim Burton que estaba empezando su carrera, decidió aceptar el reto de dirigir una comedia distinta a las que se hacían en los ochenta. El proyecto, llamado Beetlejuice, se convirtió en su primera gran película y sitúo a su realizador en el escaparate mundial.
Ahora, casi cuatro décadas después – aprovechando el público que mueven las secuelas- Burton ha apostado por resucitar a esa figura tan particular para relanzar su carrera y atraer, de nuevo, a sus adeptos (antiguos y nuevos) a la sala de cine.
Como consecuencia de una tragedia familiar, los Deetz deciden regresar al pueblo de Winter River. Lydia Deetz (Winona Ryder), cuya vida sigue atormentada por el recuerdo de Beetlejuice, vuelve junto a su desobediente hija Astrid (Jenna Ortega), su madre Delia (Catherine O’Hara) y su novio Rory (Justin Theroux). Una vez instalados en su antigua casa, Astrid descubre un poderoso secreto escondido en el desván y los problemas empiezan a llegar. Que a nadie se le ocurra repetir el nombre de Beetlejuice tres veces, de hacerlo, será el principio del fin.
Uno de los refranes que más se utilizan para hablar sobre las segundas partes es aquel que asegura que «nunca son buenas». Por ello, es siempre arriesgado el hecho de rodar y estrenar secuelas (ni que decir si su antecesora es una gran película). Sin embargo, el presente largometraje contradice al anterior dicho: es un muy buen trabajo y, según mi opinión personal, mucho mejor que la primera. ¿Por qué?
Un fotograma de Beetlejuice (Foto: Warner Bros. Pictures)
Primero, si bien es cierto que ambas se encuadran perfectamente dentro de la clasificación de comedia de terror, esta segunda profundiza mucho más en el género y propone más momentos hilarantes y disparatados. Es paradójico que en un momento donde está instaurada la jefatura de lo políticamente correcto, Tim Burton se atreva a desafiarla más veces que en Beetlejuice (1988). Esta valentía le sienta de fábula a la película y permite que el producto final sea muy válido.
Segundo, en relación con la trama, considero que la de la segunda parte tiene más matices que la de su predecesora y es más potente. Hay muchas más historias paralelas y todas tienen su importancia a lo largo del metraje. En especial, cabe destacar la que hay entre Astrid y Jeremy (Arthur Conti). Esta, constituye – a mi entender- uno de los puntos más fuertes de la película y le proporciona un aire de suspense que no tenía su antecesora.
Tercero, en relación con los personajes, son más frescos y están mejor construidos que los de la primera. Sus motivaciones y preocupaciones son claras y están bien escritas. Además, hay un abanico más grande de estos y cada uno representa una manera de ser y de obrar. Por otro lado, están muy bien construidos y, personalmente, me interesan más que los de la película de 1988. Es más, los secundarios aportan muchísimo más al argumento y sus acciones tienen más peso. También se ve una profundización del personaje de Beetlejuice porque sigue teniendo su toque y se explican cosas muy importantes de su pasado; como consecuencia, logras empatizar más con él. De este modo, la figura de Beetlejuice sale reforzada.
Cuarto, ha sabido acoplar muy bien la sinopsis de Beetlejuice y ha hecho guiños sin caer en lo obvio o la sobrecarga. Esto es, a diferencia de muchas secuelas actuales que no aportan nada a la original, esta sí que lo hace porque le da a los amantes de Beetlejuice una serie de referencias que están muy bien integradas y que sirven para homenajearla; pero sin caer en que esta nueva entrega sea simplemente una sucesión de estas.
Quinto, en cuanto a la dirección, Tim Burton se nota que ha disfrutado haciendo esta película y que ha puesto lo mejor de sí mismo para que el resultado sea exitoso. Tras unos cuantos fracasos seguidos (Dumbo, El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, Big Eyes o Alicía en el país de las maravillas), el director ha vuelto a mostrar a los espectadores de lo que es capaz. Debido al momento en el que dirigió los respectivos proyectos (1988 y 2024) su faceta como realizador ha mejorado y, por ello, su trabajo en el presente largometraje es mejor que en el anterior. Se puede percibir en la dirección de actores, en la toma de decisiones, en la fotografía, en el ritmo de la película, en la narración…
Concluyendo, Tim Burton ha conseguido crear una grandísima secuela que cumple con creces las expectativas. Es una notable película propia de un director que nunca pasará de moda.