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‘American Gods’ y su acertada adaptación a televisión.

American Gods es una novela escrita por Neil Gaiman que se publicó en 2001. A lo largo de sus años de vida, esta historia ha vendido miles de copias y ha ganado prestigiosos premios del mundo de la literatura. Pero bueno, que yo estoy aquí para comentar cosas del mundo audiovisual, no literario. Así, que vamos a hablar de su adaptación de 2017, la serie creada por Bryan Fuller y Michael Green (aunque solo estuvieron en la primera temporada) para la plataforma Amazon Prime, titulada también como American Gods.

He oído y leído toda clase de opiniones sobre esta serie. Algunas muy positivas y otras muy negativas. Ciertamente, American Gods tiene una narrativa muy específica que solo consigue tocar la fibra a un nicho concreto de espectadores.  Es por ello que, tras el  estreno de la tercera temporada, Amazon canceló la serie. Bueno, además de una serie de problemas internos, que no tienen relación con lo que quiero hablar.

Al parecer muchos usuarios se quejaban de que la serie no era del todo comprensible, que era muy mística y que se dejaba llevar por la simbología. Y sí, es verdad, pero, sinceramente, es el atractivo de esta serie. Por fin una serie que nos trae algo diferente a lo que solemos consumir. Porque sí, esta serie se podría haber hecho mucho más vendible y accesible al usuario medio, pero habría perdido su encanto y esencia. Así que prefiero que se haya quedado como está.

Pues bien, como la gran mayoría de la población no opinaba como yo, chaparon la historia, quedándole tan solo una temporada para acabar. Dejándonos a los seguidores sin un cierre digno a  esta historia cargada de seres mitológicos, misterios, guerras entre dioses y mucho más. Resignada a que no iban a continuarla, decidí leerme el libro para saber cómo terminaba y, sinceramente, me sorprendí. La serie de American Gods es una de las mejores adaptaciones de libro que he visto:

El libro, al igual que la serie, te presenta la historia de Shadow Moon (Ricky Whittle), Sombra en España, quien acaba de salir de la cárcel de permiso porque su mujer, Laura (Emily Browning) ha fallecido. Una vez fuera de prisión, Sombra se cruza con Mr. Wednesday (Ian McShane), un señor que le ofrece un suculento trabajo que, por las circunstancias de la vida, acaba aceptando. Lo que no sabe es que por haber aceptado este trabajo su vida se va a ver envuelta en una trama bélica entre antiguos y nuevos dioses. Y lo peor es que, a la vez, deberá lidiar con el hecho de que su mujer es una especie de «zombie» andante que se cruzará en su camino más de una vez.

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Ian McShane (Wednesday) y Ricky Whistle (Shadow Moon) en el último capítulo de la temporada 1 (Foto: Prime Video)

En vista de esta premisa, escrita a mi manera, ¿qué es lo que hace tan especial a la serie para decir que es una buena adaptación? La serie es tres mil veces más dinámica. Y sí, he dicho dinámica cuando los usuarios se han quejado de que  American Gods es una serie lenta. Así que imagínate cómo es el libro. La novela es todo el rato Sombra esto, Sombra lo otro. Lo acompañamos prácticamente todo el tiempo. Solo vemos sus intenciones, sus acciones y su constante visión masculina de los inicios de los 2000.

Y claro que la serie pone el foco en él, para eso es el protagonista. Pero lo hace de una forma dinámica, entretenida, desde un punto de empatización. Les dan transfondo más profundo al personaje, unas motivaciones y conflictos con los que te interesas por él. Mientras que en el libro lo único que ocurre son acontecimientos unos detrás de otro sin “un sentido”, refiriéndome a que ocurre porque debe ocurrir. Mientras que en la serie le dan un desarrollo con el que tu le das un sentido a todos esos pasos de trama, a esas acciones.

Otro punto a favor de la serie es que tenemos la oportunidad de conocer a otros personajes. En el libro, entre capítulos podíamos leer pequeños fragmentos sobre la historia de algunos de ellos, pero ya está. No conocemos a los otros dioses, no conocemos a los nuevos dioses, no sabemos de dónde vienen esos personajes que se encuentra en cierto lugar… Pero en la serie sí, tienen el tiempo suficiente para presentarlos, para mostrar sus ritos, para mostrar esa mitología que hay detrás de ellos y cómo se han ido adaptando a los tiempos venideros.

Me gustaría señalar un aspecto, a mi parecer, muy positivo de la serie, que es la trama de Laura, la esposa muerta-no muerta de Sombra. A lo largo del libro aparecerá tan pocas veces que las puedes contar con los deditos de tus manos. En cambio, en la serie tiene una trama para ella solita. Al igual que también la tendrán los nuevos dioses y otros personajes alternativos.

Es que, ¿os imagináis 40 minutos de serie con solo Sombra? Se hace pesado, ¿a que sí? Pues eso es el libro. Bueno, volviendo al tema, lo guay de la trama de Laura es que le dan un propósito más allá de ser la esposa de Sombra: Ella quiere dejar de de un lado para otro, muerta, y recuperar su vida anterior al accidente.  A lo largo de toda esta travesía, se encontrará con situaciones y con personajes que la harán evolucionar y aprender más sobre ella misma.

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Pablo Schreiber (Mad Sweeney) y Emily Browning (Laura Moon) en una escena de la serie (Foto: Prime Video)

Laura vuelve a la vida gracias a la moneda de oro de un Leprechaun, que son sus amuletos de la suerte. Qué pasa, que esa moneda pertenecía al Loco Sweeney (Pablo Schreiber), quien la perdió a manos de Sombra. Por lo que su misión ahora será ir tras la persona que la tiene para recuperarla, o sea ser: Laura. Pues bien, de estas dos motivaciones, los creadores se consiguen sacar una trama que es capaz de sostenerse prácticamente las tres temporadas, teniéndote en vilo, deseando que llegue más metraje de ellos y ver a dónde les conduce su travesía.

Honestamente, mi razón para seguir fervientemente American Gods fue la trama de Laura y de Sweeney y, la verdad, es que la echaba mucho en falta en el libro. Las intervenciones del Leprechaun fueron literalmente tres para mostrar entre cero y nada del personaje más allá de que es el típico estereotipo de pelirrojo borracho. Mientras que en la serie conoces sus orígenes, conoces sus inquietudes, su historia a lo largo del tiempo y conoces todos sus problemas de identidad.

Me gusta mucho como en la serie, aunque te presenten dioses o personajes relacionado con las diferentes mitologías e imaginarios de los dioses, todo el mundo tiene sus conflictos internos, sus problemas y sus crisis existenciales. Cosa que se siente más verdadera, más humana y que liga muy bien con el concepto que quiere presentar esta serie.

En cuanto a este tema, el paso del tiempo se nota bastante.  La diferencia de hace 20 años a hoy se nota, la sociedad es más consciente sobre temas de salud mental, ansiedades, crisis existenciales… Por lo que no es de extrañar que lo visibilicen y lo verbalicen con mayor naturalidad que en el libro, donde todo el mundo se guarda para su interior sus dudas y sus preocupaciones. Otra cosa que se nota con el paso del tiempo es la importancia a darle mayor voz a las minorías.

Ciertamente en el libro hay representación de personas de color, de nativos americanos y homosexuales, y eso no se lo voy a quitar. Pero en la serie aprovechan y hacen más incidencia en ello. Aprovechan todo diálogo que pueden para visibilizar el racismo que sigue entre nosotros. Le dan tramas a personajes LGTBI+ y, algunas, se alargan en el tiempo. Presentan a dioses cargados de diversidad, de liberación sexual, sin tapujos ni condiciones.

Y otra cosa importante, ya no es solo la historia de Sombra y Wednesday, es la historia de Laura, Bilquis (Yetide Bataki), Media (Gillian Anderson, Kahyun Kim)… Es cierto que sigue habiendo mayoría en el reparto masculino, sí, pero al menos hay más personajes femeninos en comparación al libro. Y eso siempre es bueno. La inclusión y la diversidad es lo que le da dinamismo y realismo a una historia porque, a fin de cuentas, así es nuestra sociedad. Y si a alguien no le gusta o no lo quiere ver, pues allá con lo suyo.

Más allá de la inclusión, sus tramas y todo lo mencionado, hay un punto que se debe destacar, y es el misticismo simbolista y visual que aporta la serie. Ciertamente, la magia de un libro es estar leyendo algo y que tu imaginación trabaje y colabore con todo lo que está ocurriendo. Y es por eso que para la serie, los creadores, aprovechan momentos concretos sobrenaturales para intentar imitar ese aura imaginativo. Se regodean en el simbolismo, en dedicar gran parte de metraje a planos visualmente muy potentes.

Hay mucha gente que se ha quejado por no entender todo ese simbolismo. De hecho, yo era una de esas, pero le di una oportunidad y expandí mi mente a ese misticismo y conseguí apreciarlo y admirarlo. Por mucha fuerza que tenga nuestra imaginación leyendo, el ver la visión del autor cómo él lo plasmaría en una serie, también le da fuerza y significado a todo el contenido.

Como se ha podido ver, he estado comparando la serie con el libro desde mi experiencia, así que, en vista de lo comentado, resumir que la serie es una adaptación impecable, que complementa y aumenta más contenido del universo del libro. Sus personajes mantienen su esencia inicial pero ahora son más profundos y más reales. Y, por sorprendentemente que sea, la serie no es tan lenta ni tan pesada si la comparas con la evolución que tiene el libro.

Sinceramente, espero que hagan esa película que están especulando de hacer para darle el cierre. Es que, los eventos que quedan para el final son pocos, pero son muy intensos e importantes. Sé que la serie ha estado maldita por todos los eventos que han ido ocurriendo desde que se estrenó (cambio constante de showrunners, actores que abandonan, invitados polémicos, audiencias…), pero, aun así, merece su final como es debido y merece que la gente la aprecie tal y como se debe.

Dicho esto, os animo a leer, ya sea una novela en la que basaron tu película o serie favorita o cualquier novela que te entre por el ojo. Leer es importante, al igual que aprender a disfrutar de todo tipo de contenido audiovisual, Así que, si no te he animado a ver o leer American Gods, espero que al menos haya activado tu vena analítica y te haga querer leer y ver contenido que vosotros mismos podáis comparar.