Desde el nacimiento del cine como exposición narrativa, nos ha poseído la imperiosa necesidad de adaptar obras de otros medios tales como la literatura, el cómic o los videojuegos. Hay una obsesión malsana, pero razonada, por ver a ciertos personajes, escenas o paisajes cobrar vida. Admirar cómo Vito Corleone se vuelve de carne y hueso sobre la piel de Marlon Brando; sentir cómo la banda sonora sube cuando Batman planea sobre las azoteas de Gotham o de dejar el mando de la consola al director y sea él quien nos guíe como si fuera un gameplay ultrarrealista.
Hoy, en este artículo, haremos un pequeño ránking sobre los mejores videojuegos (y los más susceptibles por estructura y facilidades) para ser adaptados cinematográficamente. ¡Comenzamos!
5. Call of Duty: Black Ops I
Puede sonar a cliché mencionar un título tan mainstream en esta lista (sobretodo con esa competencia tan potente como lo es Battlefield). Al fin y al cabo, son sagas interminables con unas estructuras básicas que se repiten hasta la saciedad, pero este ejemplo es una excepción. Tras el enorme éxito de su antecesor World at War (ambientado en la II Guerra Mundial), Treyarch evitó hacer un refrito de las dos grandes guerras y se alejó de la línea creativa de la otra productora, que había decidido situar su acción en los conflictos en el Oriente Medio actual, para ubicar la trama de Black Ops I en la Guerra Fría. Avance en espionaje militar, Vietnam, Kennedy, fantasmas de la II Guerra Mundial (conectándola con el título anterior), el proyecto de control mental MK-Ultra y el colapso global que está al borde del conflicto nuclear. Con las voces de Gary Oldman, Ed Harris y Sam Worthington, el guión envolvió sus voces en una historia alucinante con constantes referencias al medio cinematográfico, que la hace más accesible a la industria que cualquier otro título del género bélico del videojuego.
4. Injustice I y II
Sí, técnicamente es una adaptación del cómic. Pero no hay ninguna historia en el noveno arte con la trama de estos dos títulos tal cual, así que podemos hablar que es exclusiva del mundo del videojuego. En ella, un Joker más enfermo que nunca, consigue envenenar a Superman y que éste mate a Lois Lane, embarazada, creyendo que ella es una bomba. Superman vuelve en sí mismo y tras ser consciente del asesinato, desobedece las leyes y a Batman y acaba con el payaso del crimen, ensartándole de un puñetazo. Ésto provoca un punto de inflexión donde Superman se convierte en un tirano injusto, formando «El Régimen». Batman, liderando la resistencia, intenta combatir con los Superman y Batman de una Tierra alternativa al malvado kriptoniano. La Civil War de DC, donde los superhéroes de la editorial se posicionan según sus personalidades e intereses a favor de Batman o Superman. En el segundo juego, Brainiac amenaza a la Tierra tras destruir Krypton años atrás, y Batman se ve obligado a liberar al ex-tirano Superman para salvar al planeta, pagando el precio de dejar libre al ser más poderoso y malvado de la Tierra suelto de nuevo.
3. Assassin’s Creed II
Vale. He hecho trampas. Ya existe una película de Assassin’s Creed, pero deja bastante que desear. Vamos a tomarnos este tercer puesto como un purgatorio. Borrón y cuenta nueva. Adaptemos, pero muy de cerca, este segundo título de la saga (y probablemente el mejor). La primera entrega gustó, pero la segunda encantó. Tras huir de las oficinas de Abstergo con Lucy, Desmond vuelve al simulador Animus, aquel que permitía recrear los recuerdos de tus antepasados a través del ADN, con la intención de recuperar un objeto mitológico valioso para evitar una guerra en la actualidad. Esta vez, Desmond se pondrá en la piel de Ezio Auditore da Firenze, un joven florenciano de finales del siglo XV que tomará el manto de un Assassin, una secta histórica en busca de paz, tras la ejecución injusta de su familia y con el fin de vengarse.
Las similitudes de los arcos de Desmond y Ezio, la leyenda del Elegido, los escenarios de las principales ciudades italianas del Renacimiento, el encuentro con personalidades históricas como Nicolás de Maquiavelo, Leonardo da Vinci o Alejandro Borgia, otorga a toda esta obra de un halo especial que haría la delicia de fans y amantes de la Historia.
2. Red Dead Redemption I
Bajo mi punto de vista, Red Dead Redemption II es superior al I, pero es mucho más factible como adaptación cinematográfica la primera entrega. La segunda, la veo más posible en una novela.
John Marston es un ex-forajido que ha dejado su vida de bandas y crímenes atrás. Ahora, vive placenteramente en una granja con su esposa Abigail y su hijo Jack. Pero el Gobierno no tiene los mismos planes para él: secuestrando a su familia, le obliga a dar caza a cada uno de los antiguos miembros de su banda o nunca más podrá volver a su vida placentera. A Marston no le queda más opción que acatar las reglas del juego y atravesar el sur de Estados Unidos y México en busca de sus antiguos hermanos de armas, cruzándose en su epopeya con todo tipo de personajes variopintos del Salvaje Oeste.
El estilo visual del juego, la música que bebe constantemente de Dimitri Tiomkin y Ennio Morricone, los tres actos visiblemente divididos del juego (la introducción es una película de Howard Hawks o de Sam Peckinpah, el desarrollo en México es spaghetti western de Leone o Corbucci y el desenlace de vuelta en la granja es el Ford más puro y amargo) y la narrativa a caballo entre la pausa del western y la acción frenética americana son caldo de cultivo para la que podría ser una de las mejores entregas del género del siglo.
1. Gran Theft Auto 4
En el ansiado primer puesto, lidera otra entrega de la productora Rockstar Games (creadora de la saga GTA, Red Dead, Manhunter, Bully o Max Payne).
Grand Theft Auto IV quizás no sea el título más amado por el jugador casual o adicto a la adrenalina caótica del GTA V (pudiendo ser más potable en la industria cinematográfica de hoy día), pero encierra la mejor historia y estructura narrativa de toda la saga Grand Theft Auto.
Caracterizada por una violencia minimalista, una ambientación gris y personajes y acciones ambiguas y con sabor a metal, Grand Theft Auto IV narra la historia de Niko Bellic, un ex-soldado de la guerra de Serbia que veinte años después del conflicto, accede a visitar a su primo Roman a Liberty City (una parodia espiritual, burda y casi milimétrica de Nueva York), del cual no deja de leer su éxito en la Tierra de las Oportunidades. Desde que Niko se baja del barco, cae en la cuenta de que el éxito económico y las aventuras sexuales de su primo no eran más que la farsa de un mentiroso compulsivo ahogado por las deudas y los usureros. Atrapado en los bajos fondos de Hove Beach, nuestro protagonista se verá envuelto en una trama de violencia, mafias del Este y la búsqueda de una venganza no consagrada en la guerra, mientras lamenta haber caído de nuevo en la espiral de destrucción y muerte de la que una vez juró no volver.
Grand Theft Auto IV es un relato shakesperiano, pesimista y bicolor, donde lo divertido y atractivo del gángster de poca monta del principio de la historia se va transformando en una aventura desagradable, contradictoria y desesperanzada sobre el sueño americano, el peso del dolor del pasado y en el que se aprende la lección de que, a fin de cuentas, nunca se deja de ser un peón más en el tablero del crimen.