the sweet east

‘The Sweet East’ o retratos de un país líquido

Título original: The Sweet East

Año: 2023

Duración: 104 min

País: Estados Unidos

Dirección: Sean Price Williams

Guion: Nick Pickerton

Fotografía: Sean Price Williams

Música: Paul Grimstad

Reparto: Talia Ryder, Jacob Elordi, Earl Cave, Simon Rex, Ayo Edebiri

Productoras: Base 12 Productions, Marathon Films

Género: Drama. Comedia. Road Movie

Ficha completa en FilmAffinity

A principios de año llegaba a nuestra cartelera Perfect Days de Wim Wenders, una invitación a reencontrar la paz en esas cárceles capitalistas de rutina que llamamos ciudades. Reimaginar lo urbano para amenizar su caos es el mismo ejercicio que ejecuta a la perfección la imprevisible The Sweet East, un atípico viaje del héroe que convierte Estados Unidos (y sus ideologías) en una madriguera carrolliana. El director de fotografía predilecto de los hermanos Safdie se estrena en la dirección con un cuento de folk psicodélico que explora la sátira sociopolítica desde una óptica imposible: siempre a medio camino entre la onírica deshumanización y la bizarra empatía.

Price Williams prioriza el movimiento a las temáticas en esta odisea líquida que recuerda a los universos gráficos de las novelas de Daniel Clowes y —casi por consecuencia— a una especie de revisión sudorosa de Lo que esconde Silver Lake (Mitchell, 2018). Las viñetas se deshacen en este alucinógeno mal viaje ausente de alucinógenos, en una invitación a imaginar el paisaje estadounidense como un continuo estado alterado. Esta variopinta cabalgata de freaks pretende cristalizar la naturaleza mestiza de un país encerrado en sí mismo mientras abraza la heterogeneidad —ideológica, estética, ¡cinematográfica!— como motor del surrealismo.

The Sweet East deambula con extraña ternura entre la esperanza y el nihilismo, retratando diferentes formas de desear una utopía imposible. Comenta Williams después de la proyección que su película nace de un desencanto con el cine del momento, confirmando que él es, en efecto, un freak más. Al igual que Wenders, el cineasta parece abogar por la magia peripatética, por el deambular como forma de amar «odiar las ciudades».

Lo que está claro es que esta Alicia en las ciudades (Wenders, 1974) a lo Roger Corman (¡los ecos de The Trip son ensordecedores!) calará hondo en un contexto dominado por la apatía. La carretera se convierte en un scroll analógico, donde cada capítulo es más impredecible que el anterior, en este recital de brillantes interpretaciones (quizás el mejor papel de Simon Rex, sin duda el inicio de algo grande para Talia Ryder).

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Lo mejor: Una atípica mirada capaz de deambular con extraña ternura entre la esperanza y el nihilismo
Lo peor: Que se alcance demasiado rápido el final de este scroll analógico por las entrañas de Estados Unidos
9