Título original: Sin cobertura
Año: 2025
Género: Comedia – Fantástico | Familiar – Viajes en el tiempo – Edad Media.
Duración: 94 minutos
País: España.
Dirección: Mar Olid.
Guion: Olatz Arroyo
Reparto: Alexandra Jiménez, Ernesto Sevilla, Luna Fulgencio, Jesás Callejo, Pepe Viyuela, Carmen Ruiz, Salva Reina, Joaquín Reyes, Petra Martínez, Aimar Miranda, Amaia Miranda, Candela Camacho…
Fotografía: Luis Ángel Pérez.
Música: Vanessa Garde.
Tengo necesaria y evidente atracción al pasado. Por mis intereses musicales, me sería válida cualquier década de la mitad del siglo XX, aunque también adore el Delta Blues. Con la literatura, elegiría nacer al principio del siglo XIX; me siento muy a gusto con Mary Shelley, Polidori, Allan Poe, Dostoyevski, Dickens, Brontë y, aunque algo tardíos, Bram Stoker, Tolstoi, Galdós… Y en la pintura, aunque sin un favorito claro por mi escaso conocimiento, nombro varios de diferentes épocas: Degouve de Nuncques, Füssli, Franz von Stuck, Zdzisław Beksiński, Francis Bacon, Edvuard Munch, Monet… No obstante, no haber nombrado nada relacionado con el medievo es circunstancial, más no significa que lo repudie; de hecho, disfruto bastante Sin cobertura gracias a su ambientación histórica. Sin embargo, me frustra la elección de la música actual (el reggaeton, especialmente) como gag en un época de música religiosa y profana. Y aunque pueda tener cierta gracia, me parece un insulto a la cultura histórica musical y un cínico ejercicio comercial para los jóvenes, sabiendo que no todos consumen esa aberración.
La segunda película de Mar Olid (Al otro barrio, 2024) cuenta cómo una familia —el padre, la madre, dos hijas y un hijo— viaja en el tiempo hasta la Edad Media por un deseo que Rita, la menor, pide a una pitonisa en la feria medieval del pueblo de su abuela: que desaparezcan los móviles. Rita no imaginaba que el deseo acabara así, y ahora tienen que encontrar la forma de volver a su línea temporal con el pueblo feudal detrás de la familia y en plena Reconquista. Y aunque la trama carezca de complejidad, es algo original y necesaria, y me sigue funcionando.
Utilizar la crítica tecnológica como excusa para entrar en una aventura (de un hecho histórico) del siglo X y así confundir a todos los personajes con la problemática y sin poder utilizar la tecnología es interesante. Me suena bastante reiterado ya, pues tendrá que tener algo diferente, nuevo o mejor, supongo. Y no. La ambientación y el reparto son bastante notables, pero la escasa ambición del guion limita la profundidad reflexiva de una crítica social y tecnológica, así quedándose en lo convencional y desaprovechando el potencial del anacronismo.
Si bien todo fluye correctamente y dejándose disfrutar, se espera mayor impacto, o mejor aún, trascendencia en el mensaje: cómo las pantallas nos alejan cada vez más del alrededor (incluso de nosotros mismos, pero eso aquí no se cuestiona) y la importancia de la conciliación familiar; profundizar en cómo poco a poco los niños se adaptan más a la época y la evolución del matrimonio… Porque me da la sensación de que simplemente acaba siendo una correcta comedia aventurera que resolver rápidamente donde salen algunos nombres (Rey Bermudo II de León, García Fernández…) y hechos históricos interesantes con los que un ¿correcto? guion juega entre contemporaneidad, nobleza y feudalismo sobre un humor intergeneracional, en ocasiones ingenuo, sustentado por la ironía, la contradicción de las épocas y Ernesto Sevilla y Jesús Callejo. Pero me lo paso muy bien porque soy así de hipócrita…