Título original: Ruido
Año: 2025
Duración: 83 min
País: España
Dirección: Ingride Santos
Guion: Ingride Santos, Lluís Segura
Reparto: Latifa Drame, Judith Álvarez, Asaari Bibang, Lobo Estepario
Música: Cookin Soul
Fotografía: Beatriz Sastre
Compañías: Coproducción España-México; Sábado Películas, Playtime Movies, Filmin
Género: Drama. Música. Hip Hop
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Este viernes se estrena en las salas de cine españolas Ruido el primer largometraje de la directora Ingride Santos. Está protagonizada por Latifa Drame y Judith Álvarez, que son raperas en la vida real, Asaari Bibang y cuenta con la colaboración del freestyler profesional mexicano Lobo Estepario.
Tras la muerte de su padre, Lati (Drame) se ha quedado en casa de su madre y tiene la responsabilidad de ser un ejemplo para su hermana pequeña. Al igual que su difunto progenitor, Lati encuentra su refugio en la música. Para ella, las rimas son una manera de expresarse, de reivindicarse, es decir, de sentirse viva. Sin embargo, su tradicional madre (Bibang) tiene otros planes para ella. Con la ayuda de Judy (Álvarez), una antigua promesa que no pudo triunfar, intentará superar las barreras sociales y alcanzar su sueño de ser rapera.
La historia está bien estructurada y el ritmo es bueno. No da la sensación ni de que sobre metraje, ni de que falte. Es una obra completa, cerrada. Los espectadores que sientan devoción por las historias de superación personal (y social) encontrarán en este largometraje todo lo que las convenciones del género exigen: una mentora, unos obstáculos sociales y familiares, momentos de dudas, de recaídas, de sentir que el sueño se esfuma, etc. En este sentido, considero que la película cumple con su objetivo.

Hay una escena que, tal y como yo entiendo el proyecto, funciona como la epifanía del personaje de Lati. Como en muchas ocasiones, la mentora es la encargada de abrirle los ojos a la protagonista; de revelarle la verdad que está escondida en su interior. Judy, en un momento del largometraje, le dice a Lati que «tiene que escribir sobre su realidad, sobre lo que le rodea». Esta es la base de la película y, me atrevería a decir, del rap. Si quieres reivindicar tu mundo, debes hablar de éste. Cuando Lati comprende esto, su vida cambia.
Esta escena, al mismo tiempo, considero que es la que justifica el tono social de la ópera prima de Ingride. Viéndola, te da la sensación de estar visualizando un trabajo propio del free cinema inglés, el neorrealismo italiano o el realismo poético francés. El hecho de que Santos haya movido la cámara como si quisiera hacer un documental sobre el rap en Barcelona es lo que hace que la película sea notable y es su mayor virtud. Estás dentro de cada rima, de cada estrofa. Puedes sentirla, vivirla, cantarla.
Por otro lado, es un acierto haber mezclado el mundo de la música con el de las normas tradicionales de la religión y el duelo a las personas difuntas. El hecho de que, a ojos de las creencias de su madre, rapear sea un «pecado» se vuelve como un obstáculo difícil de superar para Lati. Esto potencia la empatía que el espectador puede sentir hacia la protagonista. Además, la idea de honrar a los muertos funciona como una subtrama efectiva. Ya saben lo que se dice: mientras haya recuerdo, no hay muerte.

Tal y como nos contaron Latifa y Judith en las entrevistas que les hicimos (disponibles en nuestro canal de YouTube), esta película supone su debut como actrices. Para ser su primera vez delante de las cámaras, han conseguido hacer un trabajo muy bueno. Latifa transmite esa sensibilidad y fortaleza que su personaje requiere; por su parte, Judith sabe interpretar la ruptura interna que tiene Judy y, cuando llega el momento, la libertad que le da a Lati. Las escenas en las que tienen que rapear o hablar de este género de música, se nota que es la pasión de ambas.
Me gusta mucho, aunque esto venga del guion, que los personajes femeninos sean activos y luchen por sus sueños. Que, cuando tienen que tomar una decisión, siempre apuesten por su pasión y no duden. No ven la vida como un freno, se enfrentan a ella.
Ingride Santos debuta con una notable película cuyo principal atractivo es el tono social y la visión que aporta del mundo del rap. La historia está bien estructurada y cuenta con unas buenas interpretaciones. Ha conseguido que, sin que yo sea un oyente habitual de este tipo de música, me interese por la trama. Recomendada.


