“El Rey del Barrio” (Gilberto Martínez Solares, 1950)

La Época de Oro del cine mexicano

Entre la década de los años 30 hasta los años 50 del siglo XX, el cine mexicano tuvo un auge fecundo en sus producciones que se exportaban a Hollywood, Latinoamérica e, incluso, proyectadas en la Unión Soviética. En este período, no solo surgieron grandes cineastas, sino simultáneamente los fotógrafos, escenógrafos, actores, actrices, músicos y diseñadores fueron parte de una generación dorada en la cinematografía nacional; a esta época se le denomina la Época de Oro del cine mexicano.

Aparte de la fortuna de que todos estos grandes artistas coincidieran en la misma época, autoras como Garcinava (2003) afirman que el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial produjo que las producciones cinematográficas norteamericanas y europeas cayeran en un periodo interrumpido por el conflicto bélico, geoeconómico y geopolítico de la década de 1940.  

Por otra parte, la Dra. Castro-Ricalde (2013) nos dice que el Banco Nacional Cinematográfico fue otro elemento que contribuyó en este período cinematográfico. Esta institución gubernamental mexicana auspiciaba a las productoras cinematográficas y las eximia legalmente del fisco. Es decir, había un evidente favorecimiento legal, económico y estatal para las subvenciones de la cinematografía mexicana de la época.  

No solo la estética de la cinematografía mexicana era sustancial en este contexto, el entorno cultural mexicano atraía a grandes realizadores del cine mundial como Sergei Eisenstein y Luis Buñuel que llegaron a México para desarrollar obra cinematográfica. Por ejemplo, Eisenstein rodó ¡Que viva México! (1932) y ahí plasmaba visualmente la profundidad y grandeza cultural del México Antiguo hasta las grandes influencias culturales del México del siglo XX como la Revolución Mexicana y el muralismo mexicano.

“¡Que viva México!” (Sergei Eisenstein, 1930)

Grandes obras y realizadores de la Época de Oro del cine mexicano

El punto de partida de esta época la podemos encontrar con las películas Santa (1931) de Antonio Moreno, Ahí en el Rancho Grande (1936) y ¡Vámonos con Pancho Villa! (1935) de Fernando de Fuentes. Este último filme era, hasta ese momento, la obra en castellano más taquillera en Estados Unidos y Latinoamérica.  

Fernando de Fuentes, en ¡Vámonos con Pancho Villa!, nos mostraba una narrativa sobre la Revolución Mexicana jamás vista hasta el momento: su mega-producción nos ofrecía una asombrosa ambientación del conflicto revolucionario. En esta obra, podemos identificar las particularidades magnificas de Fernando de Fuentes: era un realizador interdisciplinar debido a su dominio de la edición, el montaje, guion y dirección. 

Otra de las grandes coronas de la época, sin duda, fue Emilio Fernández. Su película María Candelaria (1943), por ejemplo, triunfó en el Festival de Cannes (1946) por su dirección y la fotografía de Gabriel Figueroa (Doetsch, 2016). En esta película, se nos muestra magistralmente la narrativa del melodrama mexicano, las identidades nacionales, los símbolos populares, las mitologías propias y la estética visual de Figueroa. Por ejemplo, esos memorables contrapicados expresan la religiosidad popular mexicana de la madre, la madre tierra y la Virgen Guadalupe.   

“María Candelaria” (Emilio Fernández, 1943)

Una de las expresiones cinematográficas del folclore mexicano es, por supuesto, Aventurera (1949) de Alberto Gout. Primeramente, en esta obra, habría que destacar la magistral interpretación de la actriz protagónica Ninón Sevilla para llevar al límite el musical mexicano: su danza, el manejo escénico, corporal y melodramático son excepcionales. Aventurera logra tocar también temas sobre el machismo, la vida de los cabarets de la época, la bohemia de la Ciudad de México o la música popular al ritmo de la elegancia del danzón. 

Por otra parte, la diáspora española de la época trajo a Luis Buñuel al círculo dorado. Por ejemplo, Los Olvidados (Buñuel, 1950) fue tan aclamada que, en 1951, Buñuel es premiado como mejor director en el Festival de Cannes (Ehrlicher, 2016). Esta obra, construye un realismo crudo sobre la marginalidad de los barrios más pobres y olvidados de la Ciudad de México.  

Los Olvidados (1950, Luis Buñuel)

Valoración de una época sublime en el  cine mexicano 

La mexicanidad es la sustancia de la producción vasta de la Época de Oro. Los rasgos culturales mexicanos son expresados estéticamente por las películas de esta generación. Es decir, estas obras se caracterizan esencialmente de hablar de lo mexicano y a la mexicana; se ven expresadas en su música, su poesía, imágenes, símbolos, historias y narrativas. 

Por otro lado, la Época de Oro más que un período cinematográfico, fue, a nuestro juicio, un conglomerado armónico de grandes artistas mexicanos. Es decir, este fenómeno no hubiera podido lograr semejante éxito sin el impacto del gran colectivo de cineastas, guionistas, escenógrafos, fotógrafos, actrices, actores o diseñadores que afortunadamente coincidieron en la misma época.   

Para otro momento, no tan lejano, será necesario profundizar en otros grandes cineastas mexicanos de la época, en las enormes actrices del melodrama mexicano (Sara García, Dolores del Río o María Félix), los grandes comediantes (Cantinflas, Tin Tan y Resortes), guionistas como José Revueltas, fotógrafos como Gabriel Figueroa o la música de Silvestre Revueltas, Agustín Lara, Los Panchos, Pedro Infante o Jorge Negrete. Este tema, sin duda, continuará. 

“Río Escondido” (1948, Emilio Fernández)

Fuentes

Aranda. M. (2018). Tradición versus modernidad: una aproximación al melodrama maternal de la Época de Oro del cine mexicano. El Ojo que Piensa. Universidad de Guadalajara, México

Castro-Ricalde, M. (2013). El cine mexicano de la edad de oro y su impacto internacional. La Colmena, México.  

Domínguez, H. (2011). Cine mexicano entre 1940-1970. Historia de México II: Tercera Unidad. Modernización económica y consolidación del sistema político 1940-1970. Universidad Nacional Autónoma de México, México.  

Garcinava, A. (2003). Análisis comparativo de piezas de comunicación visual en la gráfica impresa de los carteles de cine mexicano en la Época de Oro. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México. 

Wehr, C. (Ed.) (2016). Clásicos del cine mexicano: 31 películas emblemáticas desde la Época de Oro hasta el presente. Iberoamericana, Madrid.