Se fue un director visionario y rompedor. Se queda su obra, su enorme influencia, y una legión de fans de lo pútrido. 35 Milímetros repasa la filmografía más recomendable de George A. Romero en un dia triste para el cine de serie B.
Expresar lo que siento al saber que George A. Romero ha dejado este plano de la existencia es difícil. Para mí, al igual que para muchos cinéfilos de mi generación, es nada menos que el más irreverente y atrevido de los directores. ¿Cómo? ¿Ese director chiflado, obsesionado con los muertos vivientes, era digno de ser tomado en serio?
Vaya que sí, lo era, y precisamente su mayor don para la cultura actual es el nacimiento -o tal vez, resurrección- de la subcultura zombie, un logro que fue suyo, y sólo suyo. Pero expliquémoslo en profundidad, viajando por sus películas más fuertes, en todos los sentidos.
Obviamente, sólo podíamos empezar de una forma, y es hablando de su mayor logro: La Noche de los Muertos vivientes. Corre el año 1968, y un jovencísimo director plasma una película cargada de nuevos significados, de nuevas formas de ver el cine más indie, en un film en blanco y negro que ni siquiera pudo obtener correctamente derechos de autor. La película, y sus verdaderos protagonistas, los muertos vivientes (nunca se les llama zombis en todo el film) arrasan, no tanto en taquilla, sino en la mente de los que la ven. como si los muertos salieran de la pantalla, nos devoran el cerebro, llenándolo de una nueva visión del mundo, una divertida e irónica, que hace todavía más gracia cuando los que no comprenden el mensaje miran con desagrado las escenas más violentas… o cuando cineastas de menor talento tratan de adaptar sólo la mitad más espectacular del relato. Cada uno de los seis largometrajes de Romero dedicados a lo Zombie es una cuchillada más en una sociedad acomodada, llena de lujos, detalles y problemas que no queremos notar. El capitalismo exacerbado (Land of the Dead), el consumismo (Dawn of the Dead), o el militarismo (Day of the Dead), son ideas que Romero explora sin que los espectadores menos avispados – o conservadores- perciban siquiera el chiste.
Romero fue un director de doble filo en todos sus films. Aunque no lo pareciese, en todas sus obras se destila un doble significado, incluso en ocasiones un triple. Su gusto por destruir los baluartes de la sociedad, y soltar a los protagonistas en un mundo en el que todo concepto de humanidad ha sido destruido, fue uno de sus sellos más frecuentes, tanto en su -no tan- extensa filmografía zombi, como en Martin, película desconocida para el gran público en la que se ahonda en el tema del vampirismo desde un enfoque psicológico, mientras también se denuncia la recesión que vivía Pittsburgh en los años 70. La humildísima cinta fue la primera colaboración entre Romero y el mago de los efectos especiales Tom Savini.
Otra de las señas de identidad de Romero fue que su cine ha sido objetivo una vez tras otra de remakes y copias, y a veces, de copias de copias, y en ocasiones, muy dignas, aportando presupuesto a grandes ideas. Fue un inventor, un pionero en lo fantástico y terrorífico. Una de las obras a las que mejor les sentó el remake fue The Crazies, de 1973. El argumento gira sobre un tranquilo pueblo, sobre el que se arroja «accidentalmente» un arma bacteriológica que vuelve psicótica a la población, que comienza a matar sin control alguno. La nueva versión de 2010, con un presupuesto a la altura de la idea original, fue una estupenda puesta en escena de lo que Romero planteaba en esta apocalíptica cinta.
Por último, y no menos importante, tenemos una última propuesta: Monkey Shines. A ver si os suena: un hombre discapacitado recibe la ayuda de un primate para sus cuidados, pero la relación con el mono capuchino comienza a ser realmente extraña… Sí, seguro que habéis visto alguna película o serie que parodia esta situación. Se trata de una de las cintas más celebradas y premiadas del director, y curiosamente, más desconocidas.
Es curioso que, a pesar de la gigantesca producción de material zombie que existe en la actualidad, la obra del creador original del mito actual sea tan corta. La escueta filmografía de Romero permite verse casi en su totalidad en menos de una semana, algo menos de dos si incluimos sus colaboraciones en la serie Más allá del miedo -de la que era el productor- así que, desde mi putrefacta mente, sólo puedo atreverme a escribir que os atreváis a penetrar en el cine No-muerto por antonomasia.
George A. Romero abrió una senda tenebrosa, y nosotros le seguimos con alegría. Gracias, Maestro.