Hoy se cumplen 40 años del estreno oficial de Annie Hall, la película de Woody Allen que narra la relación entre el comediante Alvy Singer y una aspirante a cantante llamada Annie.
Galardonada con 4 premios de la Academia, es considerada por la crítica como un punto y aparte en la trayectoria del director. El secreto de su éxito quizá resida en una trama divertida a la vez que trágica, muy alejada de la típica comedia romántica; en un amor que superaba guiones o en esa forma tan especial que tiene Allen de llevar al cine las relaciones humanas.
Pero la cosa no queda ahí. Si nos ceñimos al ámbito del que hablamos en esta sección, la Diane Keaton de Annie Hall ha sido, desde los setenta hasta hoy, claro referente de estilo.
La responsabilidad del vestuario caía en manos de Ruth Morley, también conocida por su trabajo en Taxi Driver o El Milagro de Ana Sullivan. Sin embargo, gran parte del mérito hay que reconocérselo a Keaton; y es que, la reputada actriz no se cortaba un pelo a la hora de llevar su propia ropa al rodaje, inspirándose en las mujeres que veía por la calle.
“Es su propio estilo. Así es como viste ella. Siempre ha sido una excéntrica y creativa en el vestir. La encargada de vestuario se acercaba a mí y me decía: No deje que se ponga eso. Y yo le contestaba: A mí me parece que queda genial. Está fantástica. Y, por supuesto, le dejaba que se pusiera lo que quisiera”. (Woody Allen)
Corbatas, pantalones anchos, chalecos, sombreros, blazers, camisas de cuadros… Si algo caracteriza a la protagonista de la película, es su tendencia a lucir prendas tradicionalmente concebidas para el hombre. Y no, no resulta cómico o exagerado, ni parece un disfraz. Annie es una chica segura de sí misma, con una personalidad única que sabe mostrar al vestir de un modo envidiable.
El toque femenino del look casi siempre lo aportan unas gafas redondas, un moño alto o un bolso de rafia. Se confirma así, en cada uno de los estudiados estilismos, que lo tomboy también puede ser sexy.
A pesar del impacto que causó la estética de Keaton entre el público en general, son muchos los diseñadores que a lo largo de la historia han fomentado la liberación de la mujer a través de la moda. Pensemos en Coco Chanel y en su traje sastre, o en Yves Saint Laurent y el esmoquin para ellas.
Sea como sea, no podemos negar que Annie Hall puso su grano de arena en el proceso que comenzó por quitarnos el corset y que alcanza un punto álgido actualmente, con el inicio de las colecciones de ropa unisex.
Prueba de ello es que, a raíz de su estreno, se popularizó entre las féminas la tendencia de vestir prendas que hasta el momento se consideraban masculinas. El look de Annie se convirtió, en palabras de Vanity Fair, “en el uniforme oficial de la bohemia neoyorquina”.
Es más, 40 años después, aún somos muchas las que soñamos con su armario y nos paseamos de vez en cuando por la sección de caballero.
Felices 40, Annie Hall.