Título original: Sisu 2.
Año: 2025.
Duración: 88 min.
País: Finlandia.
Dirección: Jalmari Helander.
Guión: Jalmari Helander.
Reparto: Jorma Tommila, Richard Brake, Stephen Lang.
Fotografía: Mika Orasmaa.
Montaje: Juho Virolainen.
Productoras: Subzero Film Entertainment, Good Chaos, Cosmic Snowball.
Distribuidora: Sony Pictures.
Género: Acción. Thriller | Venganza. Secuela
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En el año 2022, la gran ganadora del premio a Mejor película en el Festival de Sitges fue Sisu, del director finlandés Jalmari Helander. Una mezcla de guerra, acción y supervivencia: la historia sigue a un soldado de fortuna que encuentra un enorme botín de oro en plena Segunda Guerra Mundial y emprende un peligroso viaje por Laponia para llevarlo a su ciudad, enfrentándose a tropas nazis.
Que una película bélica de aventuras como Sisu conquistara Sitges se percibió como toda una sorpresa, ya que el festival está tradicionalmente ligado al cine fantástico y de terror; el jurado destacó su audaz combinación de géneros, su intensidad narrativa y su fuerza visual, demostrando que Sitges valora también la innovación y el talento capaz de romper expectativas más allá de los géneros habituales.
Por eso no es sorpresa que su secuela llegue a cines dos años después del estreno de la antecesora. Sisu: Camino a la venganza nos cuenta como de vuelta a la casa donde su familia fue brutalmente asesinada durante la guerra, «el hombre que se niega a morir» la desmantela, la carga en un camión y está decidido a reconstruirla en algún lugar seguro en su honor. Cuando el comandante del Ejército Rojo que mató a su familia regresa decidido a terminar el trabajo, se inicia una lucha a muerte.

Completamente surrealista, Sisu: Camino a la venganza, se convierte en una odisea explosiva donde la violencia extrema es casi un lenguaje propio. Desde el primer minuto la película deja claro que está aquí para desatar un festival de acción y muertes alocadas, exageradas hasta el punto de lo absurdo, abrazando con gusto un tono auto paródico que la vuelve aún más disfrutable. Nada tiene demasiado sentido (y ahí radica su encanto), porque la película sabe exactamente lo que quiere el espectador: pasarlo bien, sentir la adrenalina y reírse de lo imposible.
La violencia, aunque extrema, no resulta repulsiva; está tan estilizada y coreografiada que se convierte en puro espectáculo. Es una de esas películas que no se toma en serio a sí misma, pero que demuestra una precisión absoluta a la hora de construir su propio universo. Entre explosiones imposibles, momentos que rozan la caricatura y secuencias donde el protagonista parece indestructible por decreto divino, la película consigue ser divertida de principio a fin.
Uno de los grandes aciertos es su estructura dividida en capítulos, que funcionan como auténticos niveles de un videojuego. Cada sección presenta nuevos desafíos, nuevos enemigos y nuevas formas delirantes de sobrevivir, haciendo que la experiencia avance como si estuvieras pasando fases cada vez más extravagantes. Esta narrativa por “niveles” no solo aporta ritmo, sino una sensación constante de sorpresa, como si en cualquier momento fuera a desbloquearse una habilidad absurda o aparecer un jefe final todavía más exagerado. La verdad es que es una secuela que se goza muchísimo.
Sisu: Camino a la venganza es un viaje salvaje, inesperado y tremendamente entretenido, una de esas experiencias que se disfrutan cuanto menos te preocupas por la lógica y más te abrazas a su espíritu de videojuego delirante. Una locura maravillosa.


