Un error que muchas series cometen a la hora de elaborar su final es intentar ser algo que no se. Optar por un final que deje en shock al espectador, algo inesperado pero que a la vez de respuestas a todas las incógnitas abiertas durante las distintas temporadas. Eran pocas las esperanzas que, como fiel espectadora desde hace 8 años, tenía puestas en la telenovela vampírica de la CW Crónicas vampíricas. Precisamente porque esta ficción se caracterizaba por un acumulable e infinito número de giros de guión explosivos en los finales de sus capítulos y temporadas. Cuando algo tenía que parecer el final de una trama, resultaba ser la mitad de la misma o incluso el principio de una nueva historia.
Con 8 temporadas llenas de mitología, triángulos amorosos, seres sobrenaturales y demás desordenados líos dramáticos parecía que los guionistas no iban a ser capaces de desenredar ese revoltijo de tramas que habían creado para darle a la serie y a sus seguidores el final que se merecían. Si aún no has visto el capítulo final de la serie te aconsejo que no sigas leyendo ya que a partir de este punto podrás encontrarte con SPOILERS.
He de decir que contra todo pronóstico Crónicas vampíricas consiguió una despedida a su medida y esto fue gracias a seguir una serie de simples reglas:
1.No te alejes de tu historia
Es cierto que la adaptación televisiva de Crónicas vampíricas quiso desde un primer momento distanciarse de la historia de las novelas. Quizás por quitarse la etiqueta de ‘Crepúsculo televisiva’ con la que se había estrenado solo quiso dedicar un par de temporadas al triángulo amoroso: Katherine/Elena (Nina Dobrev) – Damon (Ian Somerhalder) – Stefan (Paul Wesley). Y a partir de ahí decidió crear todo un nuevo mundo mitológico con sirenas, brujos malvados, doppelgangers, mundos prisión, híbridos de hombre lobo y vampiro o personajes-fantasma que pasaban al ‘Otro Lado’ pero que luego volvían a la vida. ¡Si hasta en esta temporada decidieron involucrar hasta el mito del mismísimo Diablo! No obstante, el hilo conductor de toda la serie siempre ha sido la relación de amor/odio de los hermanos Salvatore creada por culpa de su amor por Katherine y de cómo los manipuló a ambos para convertirlos en los seres sobrenaturales que actualmente son. Parecía que, a pesar de que tuviesen que justificarlo llevándolos al punto de la mitología en torno al cual se había centrado la temporada, lo más correcto era cerrar esta historia con el trío que había empezado todo este lío. Y esto nos lleva al siguiente punto.
2. Descubre que es lo que haces mejor y dale el doble a tu público
Si algo caracterizaba a esta serie eran sus diálogos moralistas. La ficción empleaba los conflictos internos de sus personajes para darnos lecciones de vida: fidelidad, importancia de la familia, aceptarnos como somos, redención, aprender a perdonar, superar la pérdida, etc. Crónicas vampíricas sabía apelar a las emociones de su audiencia hasta llevarlas al punto al que querían: poniéndole los pelos de punta y las lagrimillas en los ojos. El equipo de la serie se dio cuenta de que a los espectadores les importaban más las fuertes relaciones interpersonales que habían creado durante todas estas temporadas que un final lleno de acción trepidante.
Es por ello que deciden jugar con nosotros haciéndonos creer en un principio que Damon, como siempre, va a ser el que renuncie a todo por salvar a su hermano pequeño; para finalmente ver como es Stefan el que decide sacrificarse, dándole a Damon la oportunidad de ser la mejor persona que él siempre creyó que podría ser. Esto parece muy injusto y podría resultar un disgusto para las fans acérrimas de Steroline o Stelena. No obstante, a pesar de lo trágico de la muerte de Stefan puesto que significa que no volverá a ver a su hermano o Caroline (Candice Acola) de nuevo, su final no parece tan agridulce ya que lo vemos despertarse en una especie de limbo en donde le espera Lexi, su mejor amiga. Así le dan a este torturado personaje, su especie de final feliz: en donde es capaz de redimirse de todos los males hechos en su vida, devolviéndole a su hermano la oportunidad que le quitó al egoístamente al convertirlo en vampiro. Es decir, las consecuencias de la vida frente a la muerte (leit motiv de todas las temporadas de la serie) fue remplazado en esta última por las consecuencias de la culpa frente al perdón. Lo vimos con Caroline, con Bonnie, con Enzo y en este último capítulo quisieron llegar al cúlmen de esta dicotomía con la relación de los Salvatore, cuando siglos después de que Stefan obliga a su hermano a morir para acompañarlo en su vida como vampiro, él mismo es el que obliga a Damon a vivir.
Pero, ¿en qué otra cosa es buena esta serie? En encontrar nuevas formas de engañar a la muerte. Es por ello que en esta última entrega de la serie, nos quieren hacer ver que en realidad nadie desaparece de la existencia. Ellos simplemente se convierten en una especie de acosadores fantasmas, que espeluznantemente se encargan de velar por sus seres queridos hasta que estos mueren y todos juntos pueden vivir felices para siempre. Es una buena idea y gracias a la cual podemos disfrutar de esa magnifica reunión de los hermanos Salvatore antes del fundido a negro final.
3. Trae de vuelta a todos los personajes a los que la audiencia les cogió cariño
Si algo ha caracterizado estos dos últimos episodios ha sido la cantidad de cameos que hemos podido ver. Desde la vuelta del escéntrico y malevolo Kai, pasando por Vicky Donovan, Lexi, Jeremy, la abuela Bennet, la tía Jena, los padres de Elena hasta Enzo o Jo. No obstante, con lo que ha jugado realmente bien la serie es con no darles excesiva importancia a estos retornos. No dejar que estos cameos se involucrasen demasiado en las tramas centrales de la historia, apareciendo únicamente en alguna escena, algunos de ellos incluso sin líneas. Esto es el cameo de personaje bien hecho, que apela a la nostalgia del espectador pero que no lía más la trama. La introducción de tantos personajes en una hora era complicada, sin embargo supieron resolverlo de maravilla y en raro momento se sintió que el episodio se apresuraba o desequilibraba. Quizás porque ya sabíamos que esta era la temporada definitiva y llevábamos mucho tiempo despidiéndonos de estos personajes.
Las excepciones, como era de esperar, los dos personajes interpretados por Nina Dobrev: Katherine y Elena. Gracias a dios la actriz recapacitó y, callando todos los rumores que afirmaban que había abandonado la serie por su mala relación con Ian Somerhalder, decidió regresar trayendo de vuelta a dos personajes vitales para Crónicas Vampíricas. Por un lado, pudimos ver de nuevo a Elena, ese personaje que mediante los escritos en su diario servía de ventana entre el mundo de Mystic Falls y el espectador. Pudimos verla despertar, no sin antes despedirse de Stefan, y, para deleite de los fans Delena, disfrutamos de su final feliz junto al mayor de los Salvatore. Por otro lado, Nina nos trajo de vuelta a Katherine, la antagonista principal de la serie, esa malvada que nunca encontraría redención y, como ya afirmaba hace unas líneas, la desencadenante de todo este lío sin la cual un final no habría tenido sentido.
4. Deja una ventana abierta para que los espectadores crean que la historia no ha llegado del todo a su fin
Por mucho que la gente finja que quiere un bonito final cerrado, seamos realistas. La televisión es adictiva, y busca historias que sean para siempre. O al menos, dar la ilusión de que la narración puede ser infinita. Un buen final marcará el desenlace de las principales estructuras narrativas de la serie y esto lo podemos ver puesto que la historia central de Elena y los hermanos Salvatora queda sin lugar a dudas 100% cerrada. No obstante, un buen último episodio también dará a los espectadores algunos nuevos ‘hilos narrativos’ que parezca que caminan hacia el futuro. Para Crónicas Vampíricas, esta nueva historia sin cierre se encuentra en Alaric y el internado Salvatore para jóvenes especiales. Está en la posibilidad de que Caroline y Klaus finalmente logren su «however long it takes«, muy probablemente en el spin-off de la serie Los originales. Está en que Matt Donovan pueda conseguir su propio spin-off como Sheriff de Mystic Falls. Está en todos estos personajes que viven felices por siempre juntos en la otra vida. Está en cada personaje convirtiéndose en autor de su propia historia, sus propias crónicas escritas en un diario. Por los siglos de los siglos.