«La senda del pecado»: el sueño de Juan Dávila

 

Título original: La senda del pecado

Año: 2025

Duración: 70 minutos

País: España

Dirección: Alberto Utrera

Guion: Alberto Utrera, Carlos Soria

Reparto: Juan Dávila, Hovik Keuchkerian, Eva Soriano, Alicia Ledesma, Area Martínez…

Música: Rocío Feria

Fotografía: Miguel Ángel García

Productora: Garajonay Producciones

Género: Documental

Ficha en FilmAffinity

 

Este jueves 15 de mayo, va a ser el único día en que se va a poder ver en las salas de cine el nuevo documental de Alberto Utrera sobre la vida de uno de los cómicos más importantes en Europa: Juan Dávila. 

El largometraje, atendiendo a lo escrito en FilmAffinity, «relata el inspirador viaje de Juan Dávila. A sus 32 años, deja un puesto fijo como policía municipal para dedicarse al mundo del espectáculo. Empieza así un viaje de diez años actuando en bares, plazas, salas de variedades, y algunos teatros. Un viaje en el que levanta una compañía de teatro (Improclan) donde junta a personas que, como él, buscaban su hueco como cómicos».

Antes de ser Dávila, él era Juan. Por eso, el documental comienza presentándonos la vida del humorista anteriormente a alcanzar el éxito que hoy tiene. Juan era un chico tímido, que había sido educado en una escuela donde las prohibiciones estaban al orden del día. Sin embargo, si bien durante su infancia no pudo sacar toda su esencia, siempre supo que tenía un alma que deseaba hacer reír a la gente. Eso, ya estaba allí… sólo debían pasar los años para que surgiera. 

Juan, aún sin atreverse a dar el paso que cambiaría su vida, consiguió obtener un puesto fijo en la policía municipal de Alcobendas (concretamente, en la zona de La Moraleja). Gracias a ese trabajo, desarrolló una de las habilidades que más le ayudan cuando está encima del escenario: hacerse una «foto» de la persona en pocos segundos. Es decir, tener una «idea» de quién puede ser. 

                                                  Juan, vestido de cura en la Gran Vía, intenta conseguir espectadores (Foto: Diario de Sevilla)

Al mismo tiempo, también escuchaba a mucha gente que le contaba sus sueños frustrados. Él no quería ser una más de esas personas que renuncian a sus metas por haber alcanzado ya una tranquilidad vital y seguridad monetaria. Por eso, decidió abandonar el cuerpo de policía y aventurarse a conseguir vivir del mundo de la actuación. Fue un salto al vacío, pero a Juan le sobraba fe.

El resto de su vida, hasta llegar a donde está actualmente, ha sido una lucha constante por convertir a los miles de «noes» en «síes». En ver que todas las entradas de sus espectáculos se vendían al instante, que no había butacas desocupadas. Que le llamaban para poder actuar en muchas películas, que le daban papeles importantes, que podía llegar a fin de mes, que no tenía que preocuparse por el dinero, que se podía permitir vivir independientemente… Pero, la vida es un sendero y Juan todavía no era Dávila.

Esto es, sin ninguna duda, lo mejor del documental: la sinceridad con la que relata los obstáculos que, su protagonista, ha tenido que superar hasta llegar a llenar plazas y teatros enteros. De este modo, ves desde los espectáculos donde iban 6 personas a los que van más de 7000 personas y las entradas están agotadas desde hace meses. Es el viaje de un héroe, de un «perdedor que acaba ganando» (como nos lo definió Alberto Utrera).

                                                                      Juan y, de fondo, el escenario: su vida (Foto: Paseando a Miss Cultura)

Por último, otro de los mensajes principales de la película (y que creo que resume la segunda parte del documental «Dávila») es que todos tenemos un don especial. Algo que nos diferencia del resto y que conforma nuestra personalidad. No obstante, no basta con saberlo; hay que trabajarlo. Sólo así podremos tener la confianza necesaria para alcanzar nuestro sueño. Fracasar forma parte de la vida, no se puede conseguir todo. Pero, está en nuestras manos, intentarlo. Por muy oscura que sea la senda, iluminémosla con nuestra ilusión. No dejemos nunca que se apague. De esta manera, nació Juan Dávila. 

                                                                                                Juan Dávila viviendo su sueño (Foto: Castellón Información)

Concluyendo, La senda del pecado es un documental muy sincero que muestra cómo Juan Dávila -con mucho esfuerzo y con el tiempo- consiguió lo que él siempre había soñado: dedicarse profesionalmente a la actuación, en este caso, siendo humorista.

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8
Lo mejor: el mensaje sincero del documental
Lo peor: es algo bueno, se me hizo corto
8