Stop Making Sense

‘Stop Making Sense’, el rock rompe la cuarta pared

Título original: Stop Making Sense

Año: 1984

Duración: 88 min.

País: Estados Unidos

Director: Jonathan Demme

Guion: Jonathan Demme

Fotografía: Jordan Cronenweth

Música: Talking Heads

Montaje: Lisa Day

Reparto: David Byrne, Bernie Worrell, Tina Weymouth, Chris Frantz, Jerry Harrison, Ednah Holt, Lynn Mabry, Steven Scales, Alex Weir

Compañías: Talking Heads Films.

Distribuidora en España: Elastica Films

Género: Documental. Concert film

Ficha en Filmaffinitty

En las Navidades de 1983 un afortunado público presenció, en el Teatro Pantages de Hollywood Boulevard, como el cantante David Byrne, junto a su banda Talking Heads, ofrecía uno de sus mejores espectáculos dejándose la piel en un escenario que no dejaba de crecer en el tiempo.

En un total de cuatro conciertos y como un espectador más se encontraba el director Jonathan Demme para grabar, con evidente proeza, durante tres noches y siete cámaras un concert film estrenado en cines un año después. Y este viernes 8 de marzo, para celebrar su 40 aniversario, Elastica Films lleva de nuevo a la gran pantalla el inigualable acontecimiento musical con una versión restaurada en 4K. 

Demme no crea un documental al uso, sino una experiencia purificadora en la que el cine y la música se unen en una comunión perfecta. Sin necesidad de crear una voz en off explicativa, Stop Making Sense mantiene su propia narrativa con una introducción que va in crescendo. Los primeros pasos de Byrne avanzan hacia el micrófono con un radiocasete en mano, lo deja en el suelo y comienza la melodía de su canción más icónica. Psycho Killer es el preludio de una serie de actuaciones en donde los músicos, como personajes de un relato, irán introduciéndose en el escenario hacia un desenlace que cierra el telón con las voces del coro rezando un «I’m still waiting».

Stop Making Sense es, sin pulso trémulo, un ejercicio electrizante, magnético e hipnótico. En casi noventa minutos de maestría, y bajo una dirección artística sin fisuras que parte de una sólida base, canciones como This Must Be the Place o Making Flippy Floppy se convierten en videoclips de aplauso inmediato. El espectador entrará en un vaivén de emociones debido a una realización técnica impecable, que gracias una elección de exquisitos planos, componen un montaje que jamás se resiste a perder el ritmo.

Pero es Byrne quien traspasa la cuarta pared, como también el rostro enfermizo de Ian Curtis, impregnando al público ávido de ese esencia inmortal solamente vinculante a las grandes estrellas del rock. La Luces y sombras de What A Day That Was juegan con la expresividad en primeros primerísimos planos de un cantante que conseguía transmitir de manera natural y sin florituras. Aunque es cierto que en Girlfriend Is Better se demuestra un mayor vanguardismo con un Byrne metido en un traje de dimensiones colosales inspirado en el teatro Noh japonés y que Demme ensalza mayor surrealismo instaurando deformidad en ángulos imposibles.

El reestreno de Stop Making Sense es un regalo para los fans de Talking Heads, pero también una excelente oportunidad de acercar a las nuevas generaciones a un tipo de música que no se vive en la actualidad de la misma forma. Dejad los teléfonos en los bolsillos, Demme ya ha inmortalizado cuarenta años atrás un hecho que vivirá en el futuro.

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Lo mejor: Como Jonathan Demme mira y admira a David Byrne.
Lo peor: No haber presenciado en directo semejante espectáculo musical.
9