TÍTULO ORIGINAL: LOS TORTUGA
Año: 2024
País: España, Chile
Dirección: Belén Funes
Guion: Belén Funes y Marçal Cebrian
Reparto: Antonia Zegers, Elvira Lara, Mamen Camacho, Pedro Romero, Lorena Aceituno
Música: Paloma Peñarrubia
Fotografía: Diego Cabezas
Compañías: Coproducción España-Chile; Oberon Media, La Claqueta PC, Don Quijote Films, La Cruda Realidad
Hoy, viernes 23 de mayo, llega a las salas de cine una de las películas españolas más esperadas del año: Los Tortuga. Tras su estreno en la pasada edición del Festival de Toronto y cosechar varios premios en la 28º edición del Festival de Málaga, Belén Funes (La hija de un Ladrón, 2019) presenta al gran público su segundo largometraje.
En Los Tortuga seguimos la historia de Delia (Antonia Zegers) y su hija Anabel (Elvira Lara), las cuales enfrentan el fallecimiento de su padre de manera muy distinta. La película viaja entre dos tierras: Jaén (pueblo natal del fallecido) y Barcelona, donde Delia trabaja de taxista haciendo turnos de noche y Anabel comienza sus estudios universitarios en Comunicación Audiovisual. La frágil economía de la familia se tambalea cuando llega un aviso de desahucio en el bloque de piso donde viven madre e hija.
El largometraje trata el tema del duelo con suma elegancia sin llegar a caer en clichés que ya hemos visto en el cine de los últimos años. Además, se exponen diversos temas como el desahucio o la inmigración, estando este último presente en el personaje de Delia, que emigró a España desde Chile durante su juventud. Esta exploración de tan diversas subtramas pueden parecer una exposición de temas sin más. Sin embargo, creo que este caos sirve a la película para canalizar el desenlace de los personajes.
Cabe destacar la espléndida interpretación de Antonia Zegers y la actriz debutante Elvira Lara. Las dos tienen su espacio en la película y desbordan una química muy emocionante. En muchas secuencias, las miradas de las dos y los silencios ya nos cuentan la historia. A pesar de que la sutileza y la sensibilidad con la que trata el duelo es sin duda una de las grandes virtudes de la película, parece que por momentos algunos diálogos o situaciones se subrayan más de lo necesario.
Como se menciona en el trailer, se les llamaba “tortugas” a las personas que emigran de Jaén a Cataluña con la “casa a cuesta”. Es el caso de Julián, el difunto padre de Anabel, el cual ha dejado en herencia a su hija unos olivos en la tierra que le vio nacer, un pueblo de Jaén. La película dibuja varios vínculos y texturas paisajísticas: la tierra jienense como vínculo con la figura paterna, el hogar, la familia y, quizás, la calma.
Por el contrario, Barcelona se presenta como vínculo entre Anabel y su madre: una ciudad metropolitana, abarrotada y asfixiante. También se puede entrever un tercer lugar: el vínculo entre Delia con Chile, su país de origen. La madre emigró de joven y ahora el único contacto que tiene con su familia son las videollamadas que hace a su hermano y a su madre.
Me gustaría hacer una mención a la decisión, por parte del guion, de que Anabel estudie Comunicación Audiovisual. Este hecho a mi parecer no es baladí, ya que la hija tiene una sensibilidad especial, una forma diferente a la que tiene su madre de afrontar el duelo. Esto puede reflejar además un vínculo cercano con las propias vivencias de la directora, a pesar de que ya ha mencionado que la historia es ficticia.
En definitiva, Los Tortuga es una de las grandes películas españolas del año que no os podéis perder. Comienza aquí su recorrido en salas y su carrera hacia la temporada de premios del año que viene y esperemos que sea una de las favoritas en los próximos Goya. Es un largometraje de una enorme delicadeza y sutileza, que trata temas muy clásicos, pero bajo un prisma muy diferente. A un servidor, le ha encandilado la película y estoy seguro de que a vosotros os pasará lo mismo.