Sidonie en Japón

‘Sidonie en Japón’, el renacer de amar

Título original: Sidonie au Japon

Año: 2023

País: Francia

Dirección: Élise Girard

Guion: Maud Ameline, Élise Girard, Sophie Fillières

Reparto: Isabelle Huppert, Tsuyoshi Ihara, August Diehl, Yuko Hitomi, Aurore Catala, Yusuke Kitaguchi, Masumi Fukushi, Keiko Hara, Hiroko Yûka, Shinya Yoshinaga, Yasushi Handa, Tomoko Abe, Miyo Takayasu

Música: Gérard Massini

Fotografía: Céline Bozon

Género: Drama. Romance

Ficha en Filmaffinity

Akira Kurosawa decía: «El ser humano es una criatura tan inconsistente como el clima en primavera. Sus palabras expresan un ideal que no puede alcanzar. Pero las emociones que ocultan esas palabras revelan una verdad más profunda.» Las palabras a menudo esconden emociones y verdades que quedan ocultas en la quietud, los silencios o los gestos no verbales, algo que esta película nos hace reconocer.

En una era de películas donde el impacto proviene de los efectos visuales y las tramas aceleradas, Sidonie en Japón llega como un suspiro para la reflexión. Dirigida por Élise Girard, y premiada en el Festival de Venecia, la cinta invita al espectador a acercarse a la meditación sobre los nuevos comienzos y la resiliencia personal. Este filme es un delicado ejercicio de observación, un espacio para reflexionar sobre los renaceres a cualquier edad, una catarsis en estado puro.

Sidonie, interpretada por Isabelle Huppert (Promesas en París) una de los mayores iconos del cine, continúa sorprendiéndonos con su capacidad de transmitir emociones con sutileza y profundidad. Acompañada de un magnífico dúo con Kenzo, interpretado por Tsuyoshi Ihara, su actuación es una lección magistral de contención. Con cada gesto, mirada y pausa, comprendemos todo su universo. No hacen falta palabras para entender su proceso de sanación.

La estética y el ritmo de la película, casi como un haiku visual, nos muestran la belleza de renacer. Cada escena se toma su tiempo; no hay prisa por avanzar, un desafío que la cinta supera con creces. Cada plano está compuesto con una precisión casi pictórica, donde los paisajes japoneses no son simples escenarios, sino una aparición impregnada de simbolismo y magia.

Nuestros muertos vuelven para recordarnos que el amor es aquello que nos mantiene vivos. Toda la carga simbólica y cultural de Japón juega un papel fundamental en la narrativa. Este trasfondo cultural añade una capa de misticismo y magia a la historia, convirtiendo los nuevos comienzos en algo casi espiritual.

Sidonie en Japón es una celebración del renacer y la introspección, del arte de detenerse y respirar. Una experiencia cinematográfica transformadora que, al igual que los nuevos comienzos, llega a su debido tiempo.