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‘Roofman: Un ladrón en el tejado’, tan morbosa como humana

 

Título original: Roofman.

Año: 2025.

Duración: 126 min.

País: Estados Unidos.

Director: Derek Cianfrance.

Guion: Derek Cianfrance, Kirt Gunn.

Fotografía: Andrij Parekh.

Música: Christopher Bear.

Reparto: Channing Tatum, Kirsten Dunst, Lakeith Stanfield, Peter Dinklage.

Compañías: 51 Entertainment, Hunting Lane Films, Limelight.

Distribuidora: Paramount Pictures.

Género: Drama. Thriller | Basado en hechos reales.

Crítica en Letterboxd

Jeffrey Allen Manchester, conocido como el “Rooftop Ninja, fue un ladrón estadounidense activo en los años 90, famoso por entrar a McDonald’s a través de los techos, cortándolos de noche y descendiendo con cuerdas para evitar alarmas. Robó decenas de establecimientos especialmente en Carolina del Norte, y logró evadir a la policía durante años gracias a su meticulosa planificación.

Uno de sus robos más conocidos ocurrió en 1997 en un Toys “R” Us, donde se escondió dentro de la tienda antes del cierre y permaneció allí varios días sin ser descubierto. Cuando los empleados llegaron a abrir, los sorprendió, los ató y los obligó a abrir la caja fuerte, robando más de 17.000 dólares antes de escapar. Finalmente, en el año 2000 fue capturado y condenado a más de 40 años de prisión.

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Fotograma de ‘Roofman: Un ladrón en el tejado’ (Foto: Universal Pictures)

Una historia interesante, curiosa y por supuesto morbosa, por lo que ahora en 2025 tenemos la película Roofman: Un ladrón en el tejado que se dispone a retratar esta historia. Dirigida por el cineasta Derek Cianfrance que vuelve al cine después de estar casi diez año sin dirigir ningún largometraje. Roofman es una película que desde el primer minuto te logra atrapar, esto gracias a la cercanía y humanidad con la que construye su historia.

Más allá de su envoltorio de comedia y de estar basada en hechos reales, lo que realmente destaca es la forma en que presenta a sus protagonistas como personas complejas, llenas de contradicciones, miedos y deseos reconocibles. No son simples figuras excéntricas ni caricaturas creadas para entretener, sino seres humanos con los que resulta sorprendentemente fácil de empatizar.

La película hace un esfuerzo enorme por tomar una conexión emocional con el espectador, desde la construcción de escenas, el ritmo ágil y la naturalidad de su puesta en escena generan una sensación de intimidad que invita a involucrarse con la historia, pero sobre todo con los personajes.

La película no pierde tiempo en explicaciones innecesarias, sino que deja que los personajes y sus acciones hablen por sí mismos. Generando así una empatía sin justificar por completo las decisiones de estos mismos, la historia no pretende absolverlos ni condenarlos, sino comprenderlos. A través de pequeños gestos, silencios y momentos cotidianos, la película muestra la fragilidad emocional de sus protagonistas y las circunstancias que los han llevado a actuar como lo hacen.

Esta mirada humana evita el juicio fácil y permite una reflexión más profunda sobre la soledad, la necesidad de pertenencia y las segundas oportunidades. De igual manera el reparto aporta una autenticidad que hace que cada personaje se sienta vivo y creíble, Channing Tatum presenta una de sus actuaciones más poderosas y hace una gran química con Kirsten Dunst.

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Tatum y Dunst en una escena de ‘Roofman: Un ladrón en el tejado’ (Foto: Universal Pictures)

Sin embargo, la película tiene algunos fallos. Su principal problema aparece cuando, en ciertos tramos, la película exagera algunos hechos o situaciones, alejándose del tono íntimo y realista que tan bien construye en otros momentos. Estas exageraciones pueden romper un poco toda esa inmersión, haciendo recordar al espectador que está ante una adaptación que busca dramatizar la realidad más de la cuenta.

Algo similar ocurre con la comedia, aunque en muchos pasajes el humor funciona y aporta ligereza a la historia, hay ocasiones en las que los intentos cómicos no terminan de encajar del todo. Algunos gags se sienten forzados o desentonan con el peso emocional de la escena, lo que provoca una leve desconexión. Aun así, estos tropiezos no llegan a eclipsar el conjunto.

En definitiva, Roofman: Un ladrón en el tejado es una historia profundamente humana que atrapa desde el primer momento y destaca por su capacidad para hacer que el espectador empatice con sus protagonistas. A pesar de ciertos excesos y de una comedia irregular, la película consigue emocionar, conectar y dejar una huella duradera, demostrando que su mayor fortaleza reside en la honestidad con la que retrata a sus personajes.

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LO MEJOR: LA HISTORIA TAN INTERESANTE Y LA INCREÍBLE CONSTRUCCIÓN DE PERSONAJES.
LO PEOR: EN OCASIONES SU COMEDIA Y LA EXAGERACIÓN.
8.5