Título original: Film Stars Don’t Die in Liverpool
Año: 2017
Duración: 106 min.
País: Reino Unido
Dirección: Paul McGuigan
Guión: Matt Greenhalgh (Memorias: Peter Turner)
Música: J. Ralph
Fotografía: Urszula Pontikos
Reparto: Annette Bening, Jamie Bell, Julie Walters, Vanessa Redgrave, Stephen Graham,Leanne Best, Kenneth Cranham, Frances Barber, Tom Brittney, Ben Cura,Bentley Kalu, Adam Lazarus, Tim Ahern, Rick Bacon, Nicola-Jayne Wells
Productora: EON Productions / IM Global / Lionsgate [USA].
Género: Drama / Romance
Ficha en Sensacine
Las estrellas de cine no mueren en Liverpool. Lo hacen en sus mansiones de Los Ángeles o en sus áticos de Nueva York o París, en sus chalets con ventanas al Caribe o al Mediterráneo. Por eso, lo último que se esperaba Peter Turner a principios de los 80 fue recibir una llamada de su antigua amante (y ganadora de un Óscar) Gloria Grahame para cuidarla de lo que parecía una grave enfermedad en su pequeña casa familiar de un barrio obrero de Liverpool. Pero pasó, como también pasó en la vida. Y es que la película está basada en las memorias del por entonces joven actor británico y de cómo la irrupción de la antigua diva de Hollywood cambió su vida por completo.
Peter conoce a Gloria (quien casi le dobla en edad) sin saber quién es, casi sin querer, pero el carisma y el carácter de la veterana actriz le va atrapando hasta el punto de que llega lo inevitable: los dos comienzan una relación que a todas luces parece tener los días contados. No es un spoiler, y tanto el título de la película como la sinopsis lo dejan claro. Esto no va a acabar bien, pero lo que sí podemos hacer es llevarnos una preciosa historia por el camino.
Porque al fin y al cabo, nombres y estatuillas aparte, la película dirigida por Paul McGuigan no es más que una historia de amor. Corta, breve, intensa. Como toda buena historia del género que se precie. Y McGuigan, a través del guión de Matt Greenhalgh, sabe lo que hemos venido a ver. Y sabe perfectamente cómo darnos en la patata con los ingredientes que tiene, sin pasarse con el azúcar y manteniendo un plato que no quieres dejar a medias.
Eso lo consigue mediante una narración inteligente, con una estructura que combina la última fase de relación con los primeros días. Un guion que trata temas demasiado importantes como para obviarlos, pero que prefiere centrarse en conceptos extrañamente positivos debido a todo el contexto que rodea la trama. Y es que, aunque las estrellas de cine no mueran en Liverpool, sí disfrutan en cualquier lugar de la vida hasta la última gota de aire.
La peli es un canto a la eterna juventud, al desafiar lo establecido, las normas y los cuchicheos y a centrarnos en lo único verdaderamente importante. Quiénes somos y qué queremos (o a quién queremos) sin importar todo lo demás. Aunque lo demás sea la muerte.
Y si duele tanto, y si sientes tanto, es en gran parte gracias al trabajo frente a las cámaras de su pareja protagonista, pero principalmente de una Annete Bening monstruosa que encarna a las mil maravillas casi toda una vida condensada en los últimos bailes de una estrella que no quiere apagarse. Los biopics suelen ser terreno de premios para los actores. No sé si ella se llevará muchos (probablemente) pero nosotros nos conformamos con el regalo de estos 106 minutos. Gloria Grahame también lo habría hecho.
Lo mejor: Annete Bening pone con matrícula de honor las luces y sombras de los últimos días de la diva del blanco y negro Gloria Grahame.
Lo peor: Que no sea ficción.
Nota: 7/10