Título original: L’insulte
Año: 2017
Duración: 110 min
País: Líbano
Director: Ziad Doueiri
Guion: Ziad Doueiri y Joelle Touma
Reparto: Kamel El Basha, Christine Choueiri, Adel Karam, Camille Salameh, Rita Hayek,Talal Jurdi, Diamand Bou Abboud, Rifaat Torbey, Carlos Chahine, Julia Kassar.
Género: Drama
Ficha en Sensacine
Un pequeño accidente a causa de un canelón irregular y un insulto. Solo con eso el guion de Joelle Touma y Ziad Doueiri, con la dirección de este último, se planta ante el espectador y propone una pregunta que va más allá de la historia: ¿Hasta dónde puede llegar un sinsentido? ¿Hasta dónde puede llegar una herida en el orgullo?
Un incidente detonador que parece fácil de solucionar pero que solo es el principio de una bola de nieve en la que se ven sumidos sus dos protagonistas – un libanés católico y un refugiado palestino – además de sus familias, y en última instancia casi toda una nación. Todo ello gracias a un trabajo magistral del ritmo y pulso cinematográfico detrás de las cámaras y en cada línea de texto, que hacen que la historia no decaiga en ningún momento planteándonos un in crescendo del que no sabemos cómo ni cuándo tomará fin.
Porque la terquedad de los protagonistas, a los que dan vida de forma magistral los actores Adel Karam y Kamel El Basha, parece no conocer límites. Al fin y al cabo, solo son espejos de un conflicto que lleva años arrastrando heridas del pasado que no sabe curar. Una metáfora que la película maneja de forma evidente para reforzar su mensaje.
Porque por encima de la historia y sus personajes, la película se plantea como un reflexión de la situación que se sigue viviendo en una de las zonas más conflictivas del mundo. Porque es imposible no pararse a preguntar qué estamos haciendo mal y hasta dónde nos arrastra nuestro pasado y nuestro entorno en una película que deja poco espacio para la comedia (aunque no prescinde de ello) y mucho hueco para la reflexión.
Lo mejor: Lo trabajado que están los personajes y sus contradicciones, con dos geniales interpretaciones de Kamel El Basha y Adel Karam, y un ritmo que no decae nunca.
Lo peor: El mal rato que se pasa.
Nota: 9/10