La cronología del agua, una mirada tan cruda como real de Lidia Yuknavitch

 

Título original: The Chronology of Water.

Año: 2025

Duración: 128 min

País: Reino Unido

Dirección: Kristen Stewart

Guion: Kristen Stewart, Andy Mingo

Montaje: Olivia Neergaard-Holm

Productoras: Scott Free Productions, CG Cinéma, NeverMind Productions, Forma
Pro Films

Actores principales: Imogen Poots, Thora Birch, James Belushi, Tom Sturridge,
Earl Cave, Charlie Carrick, Michael Epp, Kim Gordon

Género: Drama | Biográfico

Crítica en Letterboxd

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En su debut directoral, Kristen Stewart pone en imágenes las memorias de la escritora Lidia Yuknavitch, contándonos, en cuatro capítulos, su historia desde la infancia hasta la edad adulta. El relato pasa por abusos sexuales, adicciones a la droga y al sexo y sus relaciones personales, hasta llegar a convertirse en quien es actualmente. “La cronología del agua” puede parecer, en un primer momento, el típico drama familiar, pero una vez te introduces dentro de la mente de la protagonista, quedas hipnotizado por cómo cuenta la historia, mezclando voz en off con diálogos introspectivos interpretados por la gran Imogen Poots – actriz que da vida a Lidia -, y un ritmo pausado pero con gran belleza visual.  

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Fotograma de «La cronología del agua» (Foto: Vanity Fair)

En este drama biográfico, vemos un film con una gran carga emocional donde, a través de planos muy detallados y un montaje de Olivia Neergaard-Holm que juega con diferentes saltos temporales y distorsiones, se consigue una estética visual casi de videoclip, pero donde cada plano tiene una profundidad afectiva que va acompañada de un diálogo pausado que juega con la poesía y la filosofía. Stewart mezcla distintos formatos y ritmos variados para conseguir un estilo casi surrealista haciendo que la vulnerabilidad de la protagonista traspase la pantalla. 

Junto con la literatura, la fotografía es la apuesta más clara de Stewart para este film; junto con Corey C. Waters, ruedan en analógico de 16 mm; los planos son, casi siempre, cortos y cerrados para mantenerte cerca de la protagonista. Puede parecer una fotografía experimental, incluso de película “indie”, pero muy detallada y que tiene una gran carga simbólica. 

A pesar de la belleza estética del film, es difícil mantener la atención durante 128 minutos con este ritmo tan marcado. En ciertos instantes es fácil desconectar, ya que hay momentos que peca de alargar demasiado los planos, de monólogos interiores y de exceso de simbología. Sí es verdad que la película empieza con mucha fuerza; a partir de la mitad del segundo capítulo se va haciendo algo repetitiva y las escenas se estiran demasiado, lo que hace que te salgas de la narrativa. Aun con todo esto, la combinación de flashbacks con el presente te ayuda a mantener la atención incluso en los momentos más vacíos. Igualmente, no se puede negar que los momentos de tensión y drama están muy bien reflejados, creando al espectador una sensación casi constante de ansiedad y agobio, que lo lleva a preguntarse dónde está el límite del ser humano antes de colapsar del todo. Hay que evidenciar como aspecto central las dos realidades que se crean dentro de la película: la de las imágenes que el espectador puede ver y la de la voz en off que las acompaña, dándote otra visión de ellas y haciendo que la película cobre un significado propio, esto ayuda tanto a la narrativa del film como al espectador a entender qué pasa por la cabeza de la protagonista. 

Con una apuesta arriesgada, Stewart retrata la dura realidad de lo que fue la vida de Lidia sin escrúpulos. «La cronología del agua» no es una película para ponerse de fondo y desconectar; exige toda la atención del espectador, invitándolo a adentrarse en ella con todos los sentidos para vivirla de verdad. Esto repercute en que haya momentos durante las dos horas que peque de lentitud, aunque después se equilibra con escenas impactantes que se quedan grabadas en la mente.

 

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LA BELLEZA ESTÉTICA
EL ABUSO DE MONÓLOGOS INTERIORES
7