Sordo, el (spaghetti) western no está muerto

Título original: Sordo

Año: 2019

Duración: 120 min

País: España

Dirección: Alfonso Cortés-Cavanillas

Guion: Alfonso Cortés-Cavanillas y Juan Carlos Díaz Martín

Música: Carlos Martín

Fotografía: Adolpho Cañas

Reparto: Asier Etxeandia, Hugo Silva, Stephanie Gil, Aitor Luna, Imanol Arias, Olimpia Melinte, Manuel de Blas y Antonio Dechent

Productora: La Caña Brothers

Género: Acción/Drama

Ficha en IMDb

Como si de la antológica Los cañones de Navarone (J. Lee Thompson, 1961) se tratara, esta película se abre con un reducido grupo de guerrilleros/saboteadores impecablemente acicalados con el que es (dentro del mundo del cine) el atuendo por antonomasia del buen partisano. Y es que sordo es una película que bebe de varios géneros y está repleta de guiños (intencionados o no) a otras cintas. Ambientada en la España de la posguerra, la película sigue las truncadas andanzas de un grupo de maquis que tiene la misión de volar un puente.

Si bien el primer tercio de la película es claramente una de guerra (véase los cañones de Navarone, ha llegado el águila o incluso comando en el mar de la China), el tramo que sigue es claramente un (spaghetti) western. Con un forajido letal, mugriento y desesperado envuelto en una gabardina de cuero que recuerda mucho a la de Franco Nero en Django (Sergio Corbucci, 1966) (y a otras que fueron llevadas por Garko, Van Cleef, Giordana…). Sordo es una peli de vaqueros camuflada. No quiero creer que las numerosísimas referencias al género del sombrero y el revolver son mera coincidencia o fruto de la circunstancialidad. Con persecuciones a caballo leonianas, un malo que lleva siempre al hombro un (aparente) rifle winchester que nada tiene que envidiarle al del Coronel Mortimer de la muerte tenía un precio (Sergio Leone, 1965) y un realismo agobiantemente crudo que desafía la moral del espectador, este único y maravilloso filme se erige sin problemas como uno de los mejores títulos españoles de la temporada y una de las revelaciones de lo que va de año.

Las dignísimas interpretaciones de un elenco plagado de grandes y medianas estrellas (Imanol Arias, Hugo Silva, Asier Etxeandia…) son el broche a una realización técnica incontestablemente sublime e inédita hasta ahora en la gruesa mayoría de títulos españoles. Con sordo se siente uno verdaderamente angustiado (y a menudo enfadado) por el desarrollo de los acontecimientos y la cercanía con la que los muy trabajados personajes han sido creados (gran parte de ese crédito va para David Muñoz y Rayco Pulido, autores de la novela gráfica en la que se basa la película).

Hugo Silva y Asier Etxeandia con sus atuendos partisanos en una escena del filme.

Al salir de la sala de proyección, un solo pensamiento me asediaba la cabeza repetidamente; «esta cinta nada tiene que envidiarle a buena parte de las películas bélicas hollywoodienses» y al tiempo que esta cavilación me ruborizaba las mejillas de puro entusiasmo cinematográfico, me sonreí dándole las gracias calladamente a la película que me hizo sentir como un anacrónico forajido de la escuela de Corbucci, Leone, Sollima y Castellari. Lo único que fui capaz de espetar para mis adentros durante aquellas maravillosas horas de reproducción fue «¡Corre, sordo… corre!».

Lo mejor: Sus muy agradecidos y desacomplejados aires westernianos

Lo peor: El final no es todo lo explosivo que se espera

Nota: 8,5/10