Revisando ‘Umrao Jaan’, mi primera película de Bollywood

Mi querido Bollywood y yo estamos pasando una mala racha en nuestra relación. Por este motivo, y para no tirar una bonita relación por la borda, me ha parecido una buena idea volver a ver la película con la que conocí esta industria de cine de la India. A raíz de ver a Aishwarya Rai en el tráiler de La joven de las especias (2005), me enamoré por completo de su ángel. Descubrí que era una actriz de Bollywood, así que decidí darle una oportunidad a Umrao Jaan (2006), cuyas escenas musicales me llamaban especialmente la atención.

Aviso importante: este artículo puede contener spoilers.

Umrao Jaan (2006), dirigida por J. P. Dutta, es una adaptación de la novela urdu Umrao Jaan Ada. Esta historia se ha adaptado en diversas ocasiones, tanto en cine como en televisión, siendo la más conocida de ellas la versión de Muzaffar Ali, estrenada en 1981. En 1840, Amiran es una niña a la que raptan y venden a un burdel en Lucknow. La dueña, interpretada por Shabana Azmi, decide darle el nombre de Umrao. Durante su adolescencia, a Umrao se le enseña etiqueta, danza y canto, lo necesario para convertirse en una buena tawaif (cortesana). Aishwarya Rai encarna a Umrao de adulta, quien se convierte en una de las personalidades más conocidas de su tiempo.

La cinta comienza con Umrao, ya vieja, contando su historia a un vecino curioso que la escuchaba cantar desde su casa. Es una señora triste, confinada y escondida en la seguridad de su hogar. Nos prepara para conocer una vida llena de tragedias. Umrao Jaan me resulta desconcertante, pese a que la protagonista es una mujer, y la película se esfuerza en poner de manifiesto las injusticias que las mujeres han sufrido a lo largo de la historia, la heroína es simplemente una víctima.

En la primera escena Amiran asiste a la boda de una de sus amigas, quien es llevada con su marido, más mayor, entre lágrimas. Amiran, visiblemente afectada por esta imagen, decide no casarse nunca. Pero esa misma noche escucha a sus padres hablar sobre su inminente matrimonio. Al día siguiente, la raptan y comienza su nueva vida como Umrao. Aparentemente, su futuro como cortesana es liberador para ella como mujer. No la obligarán a casarse desde niña en contra de su voluntad, y ella misma será la que poseerá el poder de decisión sobre su vida.

Pasan los años y Umrao se convierte en una joven de gran belleza. Tras su debut como cortesana en una boda aristócrata, comienza una relación con Nawab, un hombre de gran poder y riqueza, interpretado por Abhishek Bachchan. La química entre ambos es excepcional, ya que son marido y mujer en la vida real. Por supuesto, hay regalos y dinero por medio. Todo parece ir bien hasta que Nawab muestra actitudes violentas y de posesión hacia ella. Umrao jura y perjura que él es el único con el que se ve. Pero es una cortesana, ¿por qué va a confiar en ella? Irónicamente, es él el que se va a casar con otra mujer. Amiga date cuenta.

Hacen las paces, y en este momento es cuando la dueña del burdel decide hacerle una intervención a Umrao por colgarse de un señor que jamás la va a tomar en serio. De paso, aprovecha para recordarle que ella no es libre, sino que le pertenece porque para eso pagó dinero y la acogió en su burdel. Ah, así que la vida de cortesana no es tan empoderante como parecía. Bueno, pues resulta que a Nawab lo echan de casa porque es indecoroso que mantenga una relación con una tawaif, ambos tienen que pasar un tiempo separados.

Claramente, Nawab sigue sin fiarse de Umrao, y tras enterarse de que fue víctima de un asalto sexual, la repudia. No tiene nada que ver con que a él lo hayan echado de casa por estar con ella, claro. Y ella sufre mucho. En la escena siguiente, Umrao se entera de que el hombre que la adoptó, uno de los “profesores” del burdel, ha muerto, y que la dueña está enferma. Ella sigue sufriendo. Por si fuera poco, llegan los británicos para colonizar la India. En este dramático contexto, Umrao consigue volver a su hogar. Cuando parece que por fin va a dejar atrás las penurias, su familia también la repudia. Y así acaba la historia.

El mensaje de la película parece ser que, hagas lo que hagas, por haber nacido mujer tienes que aceptar que vas a sufrir y a ser infeliz toda la vida. Y por eso Umrao Jaan me desconcierta. Pese a tener todas las variables para ser una película que empodera la figura de la mujer, la sigue relegando a un ente pasivo sin poder de escoger ser feliz. La sensación final es de “sé que las mujeres sufrimos injusticias, ¿y qué más?”. Desde 2006 la sociedad parece haber cambiado, y tengo la esperanza de que la intención de Umrao Jaan cambiaría si se produjera una nueva versión en el contexto actual.

Namaste, amigos.