‘Pari’, la última apuesta de Anushka Sharma

La actriz Anushka Sharma decidió fundar Clean Slate Films junto a su hermano en 2014. Un movimiento arriesgado pero correcto, teniendo en cuenta la preferencia por las mujeres jóvenes que tiene la industria del espectáculo, y de forma más acusada, Bollywood. De esta forma la intérprete puede apostar por proyectos diferentes, considerados poco rentables para las ambiciosas productoras que componen la cinematografía comercial de la India.

Su última apuesta como productora y protagonista es Pari, estrenada en 2018. Prosit Roy dirige esta cinta de terror, cuyo guión lo firma junto a Abhishek Banerjee. Pari se aleja de los convencionalismos de Bollywood para hablarnos sobre el maltrato, el abandono y el amor. La película se prohibió en Pakistán por, supuestamente, ir en contra del islam y promover la magia negra. Es una pena que este sea el efecto causado cuando se hace uso de la enorme riqueza cultural que posee un país como la India para construir historias diferentes.

Arnab, (Parambrata Chatterjee), es un joven tímido y dulce que desea formar una familia. El día que va a conocer a Piyali (Ritabhai Chakraborty), una enfermera que también está dispuesta a casarse, tiene un accidente de coche en el que acaban con la vida de una mujer. Cuando dan el aviso a la policía, descubren una choza cerca del lugar del accidente, y en su interior encuentra a Rukhsana (Anushka Sharma), atada y con signos de maltrato. Arnab decidirá acogerla cuando se da cuenta de que está sola en el mundo, pero lo que no sabe es que Rukhsana porta al demonio islámico Ifrit en su sangre.

El despertar sexual es un tema habitual en las historias de posesiones demoníacas, en esta ocasión Rukhsana debe quedarse embarazada para continuar con el legado de Ifrit. Ella es una víctima, no comprende lo que sucede ni puede hacer nada por evitarlo. Igual de interesante, pero menos explotada, es la figura de Piyali. Es una mujer moderna, con su trabajo, sus relaciones pasadas y su experiencia. La sororidad presente en Pari resulta gratificante en una industria saturada de historias de competición entre mujeres y triángulos amorosos.

Pari no es una obra maestra, pero es una muestra del tipo de historias que Bollywood necesita contar. Aunque hasta que el espectador medio no se interese por algo diferente a las historias de amor manidas o los héroes hiper musculados las grandes empresas no van a apostar por estas ideas arriesgadas. Menos aún cuando se encuentran con el peligro de ser censurados, lo que conlleva a la pérdida de gran parte de su audiencia.

Namaste, amigos.