Mujeres menospreciadas por la historia del cine

No es ninguna noticia que el papel de la mujer en la cultura universal ha sido infravalorado y, por qué no decirlo, olvidado para los grandes relatos históricos. Aquí haremos un breve repaso por algunas de aquellas mujeres que realizaron verdaderas gestas y cambiaron realmente la industria cinematográfica.

Alice Guy

Los Hermanos Lumière fueron los primeros que utilizaron la técnica de la imagen secuencial para fines científicos. Sin embargo se considera a George Meliés como el fundador del cine como tal, con fines artísticos. Pero esto es falso. Aquí tenemos el primer caso de olvido intencionado hacia una mujer que revolucionó e influyó el cine de principios del siglo XX.

En abril de 1896, Guy dirigió La Fée aux Choux (El hada de los repollos), la primera película que duró más de un minuto, y la pionera también en contar una historia, el cuento de hadas francés que asegura que los niños nacen en repollos y las niñas en rosas. En El hada de los repollos inaugura, además, el uso de trucos visuales en imágenes en movimiento y el montaje.

Durante décadas trabajó entre Francia y Estados Unidos, hasta realizar casi 1.000 filmes, sobre todo como productora pero desde los años cuarenta su nombre desapareció de la historia del cine, a pesar de recibir la Legión de Honor en 1955.

Dedicó sus últimos 30 años de vida a buscar sus películas perdidas, pero la mayoría de ellas fueron destruidas u olvidadas en algún cajón viejo y cochambroso.

Alice Guy
Alice Guy

Lois Weber

Al igual que Alice Guy, trabajó como actriz y guionista para la productora Gaumont, junto con el entonces marido de Guy, Blaché. Con estos medios, y con cierta libertad creativa, realiza el primer largometraje de la historia del cine: “El mercader de Venecia”, de Shakespeare.

Como fiel devota, Weber pensaba que el cine podía ser “un vehículo para la evangelización”, “una oportunidad de predicar a las masas”. Sin embargo, a pesar de ello, fue una mujer progresista y que tocaría temas sociales y atrevidos, como en su cinta Hypocrites (1915), donde se realiza el primer desnudo del cine y aborda la lujuria, la avaricia y las fantasías de poder. Trata también el uso de anticonceptivos, cosa novedosa para su moral cristiana, aunque en gran medida debido a su oposición total al aborto.

Era la directora mejor pagada de la Universal en 1916, y la única mujer con un puesto asegurado en la Motion Picture Directors Association. Tal fue su impacto, que tuvo como ayudante a un tal John Ford, que reconoce haber aprendido casi todo lo que sabía de cine de ella y de otra mujer de la que luego hablaremos.

Lois Weber

Dorothy Arzner

Progresista, lesbiana y feminista. Fue la única de sus compañeras que consiguió proseguir con éxito su carrera durante el auge del cine sonoro.

La filmografía de Arzner funciona en buena parte como una subversión del imaginario romántico en el que se ha encerrado a los personajes femeninos en Hollywood. El amor y/o el matrimonio, entendido en su forma más tradicional, no equivale a la felicidad de las mujeres, más bien todo lo contrario. En muchos casos comporta su destrucción.

Fue la única mujer que pudo continuar dirigiendo mientras perduraba el código Hays (un número de reglas éticas y morales de la época que restringían la libertad creativa de los autores).

Dorothy Arzner

Maya Deren

Maya Deren fue una gran realizadora, además de bailarina, coreógrafa, poeta y escritora. El grueso de su carrera se desarrollaría durante los años cuarenta, siendo uno de los estandartes del cine Underground de la época en Hollywood.

Su mayor obra, Meshes of the Afternoon (1943), es considerada como una de las joyas del surrealismo y el psicoanálisis. A través de sus poderosas imágenes, que tienen más bien poco que ver con lo racional, consigue transmitir una serie de conflictos internos de la protagonista, que se siente atrapada y atada en la monotonía del día a día.

Deren distribuía sus propios filmes y los promocionaba a través de clases y ponencias en Estados Unidos, Canadá y Cuba. También actuaba, editaba, escribía y dirigía sus propias películas. A través de la década de los 40´s y los 50´s, Deren atacó a Hollywood por su monopolio artístico, político y económico sobre el cine americano. Decía “hago mis películas con lo que Hollywood gasta en pintalabios”, y se quejaba de que Hollywood “era un gran obstáculo para que el cine se definiera y se desarrollara como una forma de arte creativo y fino”. Su postura siempre fue de oposición a los estándares y prácticas de la industria fílmica de Hollywood.

Maya Deren

Agnès Varda

Es considerada popularmente como la mejor directora mujer de la historia. Inauguró y protagonizó la Nouvelle Vague, siendo la gran mentora de cineastas como François Truffaut, Alain Resnais o Jean-Luc Godard. El estreno de su primer largometraje, La Pointe Courte, en 1955 marca el inicio de aquella corriente adversa a Hollywood y más autoral. Diálogos intelectuales, acción estática y fotografía bella y estilística componían los grandes rasgos de esta nueva forma de entender el cine.

Estudió Historia del Arte y Fotografía en París en 1951.

Considerada también un referente del cine de denuncia social al entremezclar actores profesionales con amateur. Además, fue una pionera e impulsora de que las mujeres dirigiesen películas. «Sugerí a las mujeres que estudiasen cine. Les dije: Salid de las cocinas, de vuestras casas, haceos con las herramientas para filmar películas».

Agnès Varda

Por supuesto, muchas más mujeres han sido minusvaloradas por la cultura general y global. Leni Riefehnstal (la directora del régimen nazi), Helena Cortesina (una de las primeras directoras españolas) o algunas más actuales como Thelma Schoonmaker (editora de las películas del aclamado Martin Scorsese), Jane Campion (directora de películas como The Piano) o la más prolífica de la actualidad, Kathryn Bigelow.