marta miró
Marta Miró

Marta Miró: “Si hubiera sido hombre no cuestionarían mi profesionalidad.”

Una de las claves de una gran obra audiovisual reside en que la persona responsable de la producción haga un trabajo exhaustivo, encargarse de la organización de todo el material audiovisual necesario para la realización del rodaje no es cosa fácil. Tiene una gran responsabilidad e influencia sobre la realización de la obra, tanto en los aspectos técnicos como en los artísticos y económicos. ¿Conoce a alguna directora de producción canaria?

Las directoras de producción en el cine, a nivel nacional, representan el 26%, según el informe de la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales (CIMA) publicado en el año 2017, frente al 74% que ocupan sus compañeros.

Marta Miró ganó el Premio Goya a la Mejor Dirección de Producción en 2016 por su trabajo en la película Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet y ha ocupado este mismo puesto en diversas películas como, por ejemplo, Falling dirigida por Ana Rodríguez Rosel, Después de mí dirigida por Jesús Mora, Del lado del verano de Antonia San Juan o A mi madre le gustan las mujeres de Inés París y Daniela Fejerman, entre muchas otras.

Esta reconocida directora de producción es una referente en este ámbito, teniendo en cuenta su larga trayectoria, explica cómo ha sido su experiencia en la industria cinematográfica y cuál es su visión sobre la mujer en su campo de especialización.

PREGUNTA: Marta, analizando su trayectoria, ¿qué opinión le merece la relación entre la insularidad, la formación y el trabajo en el sector audiovisual canario?

RESPUESTA: El tema geográfico ha sido un hándicap, además de no haber tenido un desarrollo cinematográfico importante. Esto acarreó consecuencias como la falta de formación, si no hay industria no hay formación, y sin formación no hay industria. En mi caso me trasladé a Madrid que era el centro del cine, en Gran Canaria se hacía una película de cuando en cuando y tuve claro que, si quería dedicarme al cine, Madrid era el sitio. Ahora, en este sector, Canarias está en auge y es una gran oportunidad para que la industria se afiance. Ya no hace falta salir de las islas en busca del cine, el cine ha venido a las islas. Con producciones de todo tipo, grandes producciones internacionales y pequeños proyectos. En este caso la insularidad ahora juega a favor y de la mano va la oportunidad de trabajar en el sector.

P: ¿Se ha formado fuera de las Islas Canarias?, ¿cree que son suficientes los recursos formativos relacionados con el cine?

R: ¡Precisamente yo inicié mi formación en el sector audiovisual con unos talleres que se impartieron en el Centro de Cultura del Cabildo Insular de Gran Canaria, en aquella época María Miró, mi hermana, era la responsable del área de cine y organizó talleres intensivos con profesionales de reconocido prestigio en diferentes áreas del audiovisual que vinieron a impartirlos, yo hice el de producción y me atrapó, descubrí la horma de mi zapato! Hice tres películas seguidas en canarias, cuando todavía no había tanta afluencia de producciones con rodaje en las islas como ahora. Se hacía mucha publicidad y esporádicamente alguna película. Mi primera experiencia fue de auxiliar y ahí fue el flechazo, me sentí como pez en el agua en medio de la locura organizada que es un rodaje. A continuación, rodé una segunda y una tercera como primera ayudante. Esta oportunidad se dio porque casualmente se rodaron tres películas seguidas en la isla, las productoras que venían a rodar llamaban a las que ya habían rodado y mi nombre, junto al de otros técnicos, fue pasando de unos a otros. Al finalizar la tercera, pasado un tiempo, el Director de Producción se puso en contacto conmigo para ofrecerme hacer una película en Madrid. Cuando estaba terminando el rodaje me ofrecieron hacer otra película y luego otra, así empecé mi carrera.

En Madrid, seguí formándome, la teoría es la base y es imprescindible, pero sobre todo en este sector y especialmente en producción, con la práctica es donde realmente vas adquiriendo oficio y profesionalidad. Cada película es distinta y te pone en situaciones diferentes, por lo que tú misma vas aplicando la teoría y los recursos que la práctica te da, las experiencias pasadas y cómo enfrentarte a las nuevas que siempre aparecen y tienes que resolver. Empecé desde abajo, disfrutado en cada trayecto, en cada reto, y sin darme cuenta y con mucho esfuerzo llegué a ser Directora de Producción. Amo lo que hago y adoro mi profesión. Es importante que se unan varios puntos, formarse, tener la oportunidad, decidir aprovecharla, aunque el momento no sea el adecuado, vencer el miedo con fuerza, llenarte de seguridad y entusiasmo, agudizar el sentido de la responsabilidad, trabajar duro en algo que te apasiona y desaparecen las barreras para llegar. Desconozco los recursos formativos que hay actualmente en las islas por lo que no puedo opinar sobre esto, pero indiscutiblemente es necesario e imprescindible para los canarios tener la posibilidad de acceder a una buena formación en este sector.

Marta Miró
El Goya a la Mejor Dirección de Produccion en 2016 fue para Marta Miró y Andrés Santana

P: ¿Cree que es necesario aplicar políticas de igualdad en la actividad en Canarias?

R: Si, en Canarias y en el mundo entero. Es triste, pero queda mucho para que exista una igualdad de género, para que esto por lo que han luchado muchas mujeres, estamos luchando y seguirán luchando las futuras generaciones, llegue a ser un tema del pasado donde la generación que la viva se sorprenda enormemente de que pudiera haber existido esa desigualdad de género.

P: ¿Ha sufrido actitudes o situaciones machistas en el trabajo?

R: Si, y los sigo sufriendo en menor medida por suerte para todas, ya somos muchas y ya hay más hombres que apoyan la igualdad. ¡Ahora no porque me conocen y me valoran, pero en mis inicios siempre me acompañó la frase “te tengo que confesar que cuando te conocí pensé, huy a ver esta! Y la verdad es que has hecho un trabajo increíble” estoy segura de que si hubiera sido hombre no habrían cuestionado mi profesionalidad. Recuerdo una película donde el equipo era mayoritariamente masculino y que yo fuera su jefa les hacía ponerme a prueba cada momento. El pulso formaba parte de la primera mitad del rodaje hasta que les demostraba que yo estaba totalmente cualificada, actuando ante ellos con fuerza y serenidad. Esa actitud en ellos y esos momentos te hacen perder mucha energía es un obstáculo añadido que no lo habría tenido en esa medida si yo hubiese sido hombre. No me cabe la menor duda. Hubo un día que pensé en llevar un bigote postizo en el bolsillo y ponérmelo cuando me cuestionaban. Este sector era mayoritariamente terreno masculino y me chocaba que siendo artistas y modernos siguieran cuestionando la eficacia femenina o marcando su terreno. No había mujeres con puestos directivos, de toma de decisiones, pero poco a poco, en algunos departamentos las mujeres se han hecho un hueco y son respetadas. Cada vez hay más Directoras de Producción y muy buenas.