Ha sido la gran noticia de la semana en la industria cinematográfica. Los Globos de Oro se han convertido desde hace años en los segundos premios más relevantes del año en el mundo del cine, tan sólo por detrás de los Oscar. El lunes 10 de mayo la NBC (quien emite y produce la ceremonia desde 1996) anunció que no emitiría la gala del próximo año, asestando un golpe histórico a los premios.
Las razones se cuentan a pares. La Asociación de Prensa Extranjera en Hollywood (HFPA) lleva siendo acusada de corrupción en sus procesos desde hace más de una década (tráfico de influencias, favores a cambio de nominaciones…). Además, su hermética política de admisión de nuevos votantes ha sido también una fuente inagotable de críticas hacia la organización.
Tanto es así que varias de las figuras más destacadas de Hollywood se han manifestado en contra de los premios. Gary Oldman declaró en 2014 que los votantes eran «90 don nadies haciéndose una paja», mientras que el humorista Ricky Gervais, siendo el anfitrión de la gala en 2016 dijo que un Globo de Oro era «un trozo de metal sin valor que algunos periodistas simpáticos, viejos y confundidos te intentan dar en persona para ver si pueden conocerte y hacerse un selfie contigo».
Por si fuera poco, la organización ha sido acusada de ultraconservadurismo, tras no haber nominado a ninguna sola persona negra en la edición de este año 2021, mientras intérpretes como Daniel Kaluuya y Andra Day o directoras como Regina King eran fijos en el resto de premios cinematográficos.
Y para más inri, la organización ha recibido numerosas críticas por machismo y sexismo. La propia Scarlett Johanson pronunció las siguientes palabras acerca de ella:
«Como intérprete que debe promocionar una película se espera que uno participe en la temporada de premios asistiendo a las entregas y conferencias de prensa. Esto significaba muy a menudo enfrentarse a preguntas y comentarios sexistas de ciertos miembros de la HFPA que lindaban con el acoso sexual. Esa es la razón exacta por la que yo, durante muchos años, me negué a participar en sus conferencias. La HFPA es una organización que fue legitimada por personas como Harvey Weinstein para acumular un impulso para el reconocimiento de la Academia y la industria siguió su ejemplo.»
Otro golpe casi definitivo que ha recibido la asociación esta semana ha sido el anuncio por parte de Tom Cruise de que devolverá los galardones que ha ganado en años anteriores ante su disconformidad con la organización.
Todo ello, sumado al denunciado ninguneo a plataformas como Netflix o Warner Bros, que han promocionado el boicoteo a los premios, han llevado a la NBC a instar a la organización a un cambio drástico de cara a relanzar los premios en 2023 a través de un duro comunicado. En caso de no haber un cambio significativo los premios podrían estar diciendo adiós a la luz pública.