‘Legado en los huesos’, la segunda parte de la Trilogía del Baztán

Título original: Legado en los huesos

Año: 2019

Duración: 119 min.

País: España

Dirección: Fernando González Molina

Guión: Luiso Berdejo (Novela: Dolores Redondo)

Música: Fernando Velázquez

Fotografía: Xavi Giménez

Reparto: Marta Etura, Leonardo Sbaraglia, Asunción Sánchez, Elvira Mínguez, Imanol Arias, Pedro Casablanc, Carlos Librado ‘Nene’, Itziar Aizpuru, Colin McFarlane, Miquel Fernández, Francesc Orella, Benn Northover, Ana Wagener, Arlette Torres, Eduardo Rosa, Mark Schardan, Marta Larralde, Alfredo Villa, Ricard Balada, Elisabeth Bonjour, Ohian Lopetegi, Alfonso Desentre

Productoras: Atresmedia Cine / Nadcon Film / Nostromo Pictures / ARTE / ZDF

Género: Thriller policíaco

Ficha en Sensacine

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Ocurre demasiado a menudo que en una trilogía los personajes se quedan estancados y la trama pierda fuerza después de la primera parte parte. Ese no es el caso de Legado en los huesos, la segunda entrega de la Trilogía del Baztán y adaptación de la novela homónima de Dolores Redondo, dirigida por Fernando González Molina (Palmeras en la nieve). Más bien a la inversa. La continuación de El guardián invisible presenta una historia muy bien ligada que no deja nada al azar y unos personajes realistas llenos de ambigüedades que se mueven entre los claroscuros de una atmósfera absorbente.

Un año después de los crímenes del Baztán, una embarazadísima Amaia (Marta Etura) asiste al juicio por asesinato de Johana Márquez. Pero justo antes de ser juzgado, el asesino se suicida en el baño dejando una nota para la inspectora: la palabra «tarttalo». Este es uno de los múltiples suicidios de asesinos que dejan escrita la misma palabra en la pared de sus celdas. Amaia debe afrontar la maternidad, la vuelta a su puesto de trabajo – de alto cargo – y un caso en el que tanto ella como su familia se ven involucrados.

Legado en los huesos
Fotograma de ‘Legado en los huesos’

Si en El guardián invisible se recuperaba la figura del folklore vasco del «basajaun», Legado en los huesos presenta la del «tarttalo«, el ser mitológico al que se le atribuye la culpa cuando hay desapariciones de niños. Esta leyenda llena de misticismomagia y brujería marcan el contexto de los nuevos sucesos en el pueblo de Elizondo, que cada vez es más intenso y oscuro, más asfixiante. La atmósfera absorbente se manifiesta en la puesta en escena, caracterizada por la invasión de la naturaleza. El juego de luces y sombras, la climatología y los elementos naturales enmarcados en buenas decisiones de cámara son una demostración del buen uso de los recursos cinematográficos a favor de la historia.

Esta segunda parte de la trilogía aprende de algunos problemas técnicos y de guión que presentaba la primera edición. Se trata de un montaje que sigue siendo de estilo americanizado, aunque mucho más fluido y menos forzado. Hay que tener también en cuenta que se trata de la adaptación de una novela muy completa, llena de detalles que pueden perderse en el paso a la pantalla. Por suerte, Luiso Berdejo presenta un guión claro que, pese a ser complejo, no es confuso. Tanto es así que podría funcionar como pieza independiente, que el espectador entiende sin necesidad de referencias a la primera parte.

Legado en los huesos
Fotograma de ‘Legado en los huesos’

Es una trama mucho más realista en cuanto al retrato de los personajes y que explora los lazos interpersonales de un modo más profundo, centrándose en la familia. La fantástica Marta Etura vuelve como una Amaia más madura, más segura de si misma y de su propio instinto pero a la vez con miedos y dudas. En ella vemos los cambios y evoluciones propios de la maternidad, tanto en terreno físico como mental.

Legado en los huesos

Se incorporan al elenco nuevas caras, como el intrigante juez Markina (Leonardo Sbaraglia), la oscura ex-matrona de Elizondo, Fina Hidalgo (Ana Wagener) y el inquietante y ambiguo cura/psicólogo, el Padre Sarasola (Imanol Arias). Pero también se profundiza en los personajes que se mantienen de la primera parte, como el marido de Amaia, James (Benn Northover), su compañero Jonan (Carlos Librado «Nene») o su madre Rosario (Asunción Sánchez), que cobra más importancia después de haber dejado muchos interrogantes en ‘El guardián invisible’.

Legado en los huesos consigue mantener la tensión de inicio a fin y genera enera una alta expectativa de cara a la tercera entrega de la Trilogía, Ofrenda a la tormenta, que fue rodada simultáneamente a la segunda y que se estrenará en 2020.

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Lo mejor: Está tan bien atada que funcionaría como película independiente de la trilogía

Lo peor: Puede parecer que faltan algunos detalles (al ser una adaptación fiel a la novela), aunque el espectador los deduce por contexto

Nota: 8