La voz humana

‘La voz humana’, un ejercicio estético sobre la pasión y el deseo

Título original: The Human Voice

Año: 2020

Duración: 30 min.

País: España

Dirección: Pedro Almodóvar

Guión: Pedro Almodóvar (Relato: Jean Cocteau)

Música: Alberto Iglesias

Fotografía: José Luis Alcaine

Reparto: Tilda Swinton

Productora: Coproducción España-Estados Unidos; El Deseo, Filmnation Entertainment

Género: Drama

Ficha en Filmaffinity

Toda persona que conozca ligeramente la obra de Pedro Almodóvar sabe qué elementos representan a éste en sus películas. El uso del color rojo, la representación de la mujer, el amor, fotografía de Jose Luis Alcaine, banda sonora de Alberto Iglesias La voz humana lo tiene todo, pero organizado de una forma mucho más madura y calculada.

La voz humana se trata del primer trabajo del director manchego en lengua inglesa. Es un cortometraje basado en el monólogo de un solo acto que escribió Jean Cocteau en 1930. Esta versión es una reinvención de la misma obra que ya había nombrado con anterioridad en numerosas películas e incluso inspirado a su historia en Mujeres al borde de un ataque de nervios. Esta vez, Tilda Swinton sustituye a Carmen Maura para dar voz a una mujer completamente distinta, pero que pasa por algo similar.

El cortometraje se estrenó en la pasada edición del Festival de Venecia en la Sección Oficial fuera de concurso. Asimismo, la actriz británica Tilda Swinton era homenajeada simultáneamente en la ciudad italiana por toda su carrera cinematográfica. Y es que hay razones para rendirla homenaje porque, Tilda Swinton es una mujer camaleónica.

La voz humana
Tilda Swinton en el rodaje de La voz humana

La hemos visto hacer todo tipo de papeles: desde una anciana fea y rugosa en El Gran Hotel Budapest hasta de bruja directora de una academia de baile en Suspiria, pasando por su transformación en Okja o su elegancia en Yo soy el amor. De hecho, existe cierta similitud en la representación de la mujer en la cinta de Almodóvar y esta última de Luca Guadagnino. Aunque se tratan de dos personajes completamente distintos, la elegancia y los silencios de ambos personajes empastan muy bien con la presencia de Swinton en pantalla.

La actriz encarna a una mujer que ve pasar las horas junto a las maletas de su examante, pero este no llega nunca. Durante los tres días de espera, la mujer solo ha bajado una vez a la calle, para comprar un hacha y una lata de gasolina. Su examante le llama y empieza así una conversación de despedida que cierra un círculo amoroso lleno de pasión y dolor.

En tan solo 30 minutos conseguimos ver todo un universo almodovariano en el que la pasión y el personaje se guían por la ley del deseo. Esa norma que te hace estar al borde del abismo, pero aún así querer quedarte hasta el final. Aventurarse hacia el vacío. Pero no solo está presente la pasión, sino también el dolor. Se presenta como un dúo inseparable. A esto se le suma el peso de la vejez. Algo que poco a poco pesa más y más sobre el personaje.

En gran parte de las películas de Pedro Almodóvar aparece la sangre, no como elemento de acción, sino como elemento estético. Sin embargo, en La voz humana, la ausencia de sangre es protagonista como elemento poético. El hacha (objeto tomado de La ley del deseo), la muerte, muchos elementos del cortometraje se relacionan con la sangre, pero esta no aparece (aunque se habla de ella), y lo mismo pasa con las lágrimas. Se trata de un ejercicio contenido apoyado sobre una soberbia actuación de Swinton que logra alejarse del exceso de melodrama.

La voz humana
Tilda Swinton y Pedro Almodóvar durante el rodaje de La voz humana

En esta versión actualizada del texto de Cocteau, Almodóvar nos sumerge en un ático habitado en una nave industrial. Todo muy teatral. Una puesta en escena comparable al Dogville del Lars von Trier, aunque con tonos completamente diferentes. La protagonista se encuentra atrapada doblemente, como si estuviese confinada o aislada (¡ay, el Covid!) y solo saliendo de ese mundo podrá superar a su examante. El perro adquiere también un papel importante como símbolo de lealtad. El animal también sufre la pérdida de su amo y ambos se dan cariño para pasar el duelo.

Cuando hablamos de una pieza de Almodóvar es imposible no hablar de Alberto Iglesias, su compositor habitual. En este caso, la música de Iglesias está presente durante casi todo el metraje y se funde con todos los elementos de la realización mejor que nunca. El compositor toma piezas de anteriores obras de Almodóvar y añade otras más electrónicas. Esos violonchelos se mezclan con la profunda voz de Swinton y una puesta en escena muy cuidada y captada de manera ingeniosa bajo la cámara de Alcaine. Tampoco podemos dejar atrás los títulos de crédito de Juan Gatti, unos de los mejores títulos del cine contemporáneo. Un auténtico espectáculo. Todo tiene un por qué en La voz humana, tal vez se trate del ejercicio más calculado del director.

El climax final está a la altura de cualquiera de sus películas anteriores. Pero lo mejor de la película es la sensación de elegancia presente durante los 30 minutos. ¿Hay algo mejor que ver a Tilda Swinton caminar con un precioso vestido Balenciaga rojo en una película de Pedro Almodóvar?


Lo mejor: el tándem Almodóvar-Swinton

Lo peor: que haya gente que no consiga entrar al universo almodovariano

Nota: 9/10