‘Joker’: El villano que no merecemos pero sí necesitamos

Han pasado menos de 24 horas del estreno de Joker y mi cabeza sigue dando vueltas analizando una obra, que desde los ojos de un servidor, representa fielmente el descontento social de la actualidad.

Una sociedad podrida en la hipocresía y en las apariencias, la cual destruye lentamente la esencia del individuo. Joker habla de la soledad. De cómo ésta va aumentando hasta crear a un monstruo que necesita el cariño de los demás.

Todd Philips ha creado una obra maestra de nuestro tiempo. Idónea para cerrar la segunda década de un siglo que no deja de involucionar en valores humanos. Arthur Fleck es todos nosotros en algún momento de nuestras vidas. Representa la sociedad del cansancio. De lo agotador que es sentirse solo en medio de la masa.

Plano a plano, secuencia tras secuencia, la música, la fotografía y por supuesto la interpretación de Joaquin Phoenix, ponen en un debate moral al espectador mediante la poesía hecha cine. Esta idea se aprecia en la escena posterior a cuando asesina a tres empleados de Industrias Wayne (sin él saberlo), después de que éstos le propiciaran una paliza sin motivo alguno. Cuando Arthur mata por primera vez, no llora ni se siente culpable. Después de correr para huir, llega a un baño público y delante de un espejo comienza a bailar. Una metáfora de cómo se está deshaciendo de alguien que no es, y por fin puede ver su reflejo de lo que es (de ahí el elemento iconográfico del espejo). Por fin se libera y comienza la transformación a Joker.

Joker de Phoenix
Arthur Fleck liberándose para convertirse en Joker

Esto no es una película de súper héroes, esto es algo más. Esto es cine de calidad, el cual genera al espectador esa sensación objetiva de que está delante de una joya que marcará a toda una generación.

En el filme todo está bien hilado, metiéndonos poco a poco en la cabeza de Fleck hasta tal punto que nos creemos sus fantasías. Un juego con el espectador lanzando un mensaje subliminal que se convierte en el gran chiste final del Joker, nosotros somos los locos, y él ¿el cuerdo?

Esta evolución del personaje no sólo se muestra en los bailes y gestos tan magistrales de Phoenix, también en la psicología del color y el buen uso del espacio. Se puede apreciar en los siguientes fotogramas:

joker evolución
Fotogramas de la película. Evolución iconográfica de Arthur Fleck a Joker

En las primeras secuencias de la película vemos a un Arthur Fleck triste y depresivo que no hace más que recibir palizas e injusticias del mundo que le rodea. Para este sentimiento el color azul es el que impera en cada plano.

Su transformación en Joker se concibe en colores más vivos, después de dejar de tomar las pastillas, parece que Arthur ha encontrado su verdadera esencia. Se ha quitado la máscara para ser realmente lo que es. La escalera que sube a diario con una postura curva en su espalda para representar al individuo desvalido, desaparece en cuanto se lleva a cabo su transformación, y es cuando Joker entra en escena, seguro de sí mismo, de su discurso, baila su propio show y no el que le obliga la sociedad.

Joker fotograma
Joaquin Phoenix en una escena de Joker

Esta idea de la enajenación del individuo por la colectividad puede verse en uno de los primeros planos de la película, donde Arthur intenta reírse con una lágrima en los ojos. Si nos fijamos en el fotograma anterior, la postura de la mano derecha de Fleck simboliza una pistola (elemento importante después en el filme). Representa una risa forzada impuesta por la sociedad del bienestar. Un mundo hipócrita que apuesta por una falsa felicidad y que no cuida a los más desfavorecidos.

El estado anímico y mental de Arthur se aprecia muy bien en este plano, para introducir al espectador de lo que ya está sufriendo.

Joker no incita la violencia. Al contrario. Es un alago al amor y su importancia para evitar una sociedad en decadencia. La falta de presencia de éste es lo que origina un sin fin de víctimas en el filme. Porque no sólo es Arthur la víctima, recordemos a la psicóloga que lo trata, que no puede seguir con su trabajo por los recortes económicos. Recordemos a Penny Fleck (Frances Conroy), quien sufría una enfermedad mental y las consecuencias que eso le conllevó a nivel social, o la vecina Sophie Dumond (Zazie Beetz) quien también piensa la ciudad de Gotham como un infierno.

La película trata así como todos nos sentimos solos pero nadie lo demuestra. Tendemos a mentirnos a nosotros mismos para empatizar con una masa, que no quiere vivir como vive, y sin embargo lo acepta.

Esta crítica a la apariencia llega a su clímax en una de las mejores escenas de la historia del cine. Me refiero a cuando el Joker ya consigue entrar en el show de Murray Francklin (Robert de Niro). Philips aprovecha aquí utilizando como referencia al cómic icónico de Frank Miller El regreso del caballero oscuro (1986), para hacer una crítica a los medios de comunicación y cómo éstos perjudican y moldean la personalidad de los individuos. Hasta tal punto que el mismo presentador, Murray, es también una víctima de la parafernalia de su espectáculo.

Phoenix en joker
Fotograma de Joker. Joaquin Phoenix (Arthur Fleck) riendo con lágrimas en el metro

Este Joker nos muestra una risa distinta casualmente el 4 de Octubre, el Día Internacional de la Sonrisa. Phoenix nos dice con esta interpretación que a veces reímos por inercia, porque realmente no nos apetece. Porque a veces los «jajaja» de WhatsApp son mentira, la persona que está detrás de la pantalla no se está riendo.

La emancipación del Joker llega cuando ya no depende del sistema social. Es libre cuando se encuentra a sí mismo. Y sólo así, por fin se ríe de verdad y no por medicamentos que falsean a un individuo alienado por toda una sociedad.

 

Frase a destacar del Joker de Joaquin Phoenix:

<<Tienes lo que te mereces cabrón>>