Falling

‘Falling’: contra un padre (así), no hay razón…

Título original: Falling

Año: 2020

Duración: 112 min.

País: Canadá

Dirección: Viggo Mortensen

Guión: Viggo Mortensen

Fotografía: Marcel Zyskind

Reparto: Viggo Mortensen, Lance Henriksen, Sverrir Gudnason, Laura Linney, Terry Chen, Hannah Gross, David Cronenberg, Bo Martyn, Ella Jonas Farlinger, Etienne Kellici, Carina Battrick, William Healy, Bracken Burns, Taylor Belle Puterman, Gabby Velis, Grady McKenzie, Piers Bijvoet, Ava Kozelj, Noah Davis

Productora: Co-production Canadá-Reino Unido-Dinamarca; Perceval Pictures, Baral Waley Productions, Scythia Films, Zephyr Films, Achille Productions, Ingenious Media (Distribuidora: GEM Entertainment)

Género: Drama Familiar

Ficha en Filmaffinity

En muchas ocasiones se dice que la familia no se elige, que no es la que uno quisiera sino la que le toca. Ese es ni más ni menos el drama familiar que han vivido desde siempre los dos hermanos interpretados por Viggo Mortensen y una fugaz Laura Linney. Ambos han de soportar, aunque con mucha voluntad propia y verdadero amor, los últimos coletazos de un padre que desde siempre ha sido un hombre desagradable, intolerante y mal hablado con todo el que le rodea. Una de esas personas con las que es imposible establecer lazos afectivos y mucho menos convivir.

Esta vez Viggo Mortensen se ha embarcado en un mundo nuevo para él: guionizar y dirigir una película además de protagonizarla. Triplete. Una empresa arriesgada que sin embargo no le ha dado para nada mal resultado. Sin duda sus últimas tres películas son dignas de elogio: la que nos ocupa, la oscarizada Green Book (Peter Farrelly, 2018) y la genial Captain Fantastic (Matt Ross, 2016).

Aquí retorna a los asuntos de familia como ya hizo en Una historia de violencia (David Cronenberg, 2005), La carretera (The road) (John Hillcoat, 2009) o la propia Captain Fantastic en las que está brillante. Y esta vez con un rol de personaje bien diferente sin recurrir a la acción ni la violencia física de sus otras apariciones, ni mucho menos como en Promesas del Este (David Cronenberg, 2007).

Falling promete esbozar al menos algunos interesantes aspectos de la condición humana. Por un lado, ese aspecto que puede llegar a ser tan cruel y despiadado como el del daño físico de las agresiones y los golpes: la violencia verbal y maltrato psicológico. La que proviene de ese tipo desagradable hacia esos indefensos seres (¿queridos?) que lo único que esperan es el cariño de un padre. Una esposa y unos hijos que no comprenden el duro, distante y autoritario carácter. Dejando tras de sí una marca de dolor que influirá para siempre en la vida de éstos y en cómo lo recuerden.

Y por el otro lado y a pesar de todo ello, el aspecto humano más emotivo y tierno, encarnado por sus dos hijos y principalmente por Viggo Mortensen. Ambos se muestran solícitos y abnegados con tal de generarle el mayor bienestar posible a su padre en esta última etapa vital aún siendo un tipo de tan poca condición humana y afabilidad. Una historia conmovedora. Lejos de suponerles una carga familiar, al fin y al cabo es su padre al que pese a todo siguen queriendo, se entregan a él de manera estoica cuando más lo necesita.

A pesar de todo Viggo Mortensen es un hijo estoico cuidando afectuosamente de su padre (Lance Henriksen)

Todo viene narrado desde una perspectiva lineal de esta última etapa vital donde el envejecimiento y la degradación de la memoria intensifica más aún si cabe ese carácter violento y un estado de ánimo mucho más irascible de lo habitual (que ya es decir). Por ello el cuidado y las atenciones de los hijos son puro altruismo y amor verdadero. Pero no es tanto una cuestión de la dependencia de los mayores, sino la demostración pura de que ni las adversidades (demencia senil) ni el infeliz pasado pueden con los buenos sentimientos. Para comprender bien el entorno familiar se intercalan escenas del pasado que muestran que la violencia verbal y la grosería no es únicamente causa de esa dichosa demencia senil, sino que forma parte de esa compleja e indeseable personalidad.

Un padre de carácter imposible, desde siempre (Sverrir Gudnason)

Son notables en Falling las interpretaciones del padre en sus dos etapas, especialmente la de anciano (Lance Henriksen), Sverrir Gudnason se ocupa de encarnar al duro padre de familia en su juventud. Ambos consiguen generar un ambiente realmente desagradable y de incomodidad al espectador con sus actitudes pero sobre todo con la expresividad de su lengua viperina. Esos momentos de violencia verbal y desasosiego son lo más destacable del ritmo de la película.

Quizá con la voluntad de destacarla sobre cualquier otra historia familiar negativa y dotarla de mayor dramatismo, se recurre a estereotipar en exceso a los personajes. Hay demasiados clichés con esas grandes diferencias y antagonismos entre el abuelo y los hijos y nietos: un anciano intolerante, republicano, hombre duro de entorno rural, distante y grosero que ha de “soportar” a sus hijos y nietos con vidas e ideas radicalmente opuestas respecto de la sexualidad, la política y el estilo de vida.

Falling es un drama para todos, aunque siempre haya un mínimo recuerdo positivo al cual aferrarse. Y es que hasta el más despiadado y cruel cascarrabias puede guardar dentro de sí algo de emotividad y bonhomía.

La película deja buen sabor de boca, pese a la amargura de esas relaciones paterno-filiales. Una música melódica y una excelente fotografía campestre acomodan levemente el tránsito por una historia llena de gritos y exabruptos de Lance Henriksen.

Falling está actualmente disponible en Rakuten TV.

Lo mejor: el contraste entre la elevada tensión de los encuentros familiares con situaciones embarazosas y duros diálogos, y los momentos de ternura y emotividad.

Lo peor: un exceso de estereotipos para remarcar los antagonismos entre los personajes.

Nota: 7/10