Entrevista a Pepe Domínguez, director de arte de ‘El hombre de las mil caras’

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Tal vez no conozcáis su nombre, pero sí su obra y su trabajo. ‘Grupo 7’, ‘Quién mató a Bambi’,  y ‘La isla mínima’ sí os sonarán más. Pepe Domínguez del Olmo es director de arte y con su trabajo ha apuntalado algunas de las mejores películas de la filmografía reciente española. Dice que entró de rebote en el mundo del cine, porque empezó estudiando Bellas Artes y se especializó en la escultura. La vida da muchas vueltas y ahora resulta que tiene un Goya por ‘La isla mínima’ y su último trabajo, ‘El hombre de las mil caras’, está compitiendo en estos momentos en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián. Vaya que sí da vueltas.

Hablamos con Pepe un día antes de que se marche para San Sebastián. Lo hacemos por teléfono porque no para de trabajar y de buscar localizaciones. No parece que se tome ningún respiro. Hablamos de sus primeros pasos, de cómo entró a formar parte de ese grupo de infalibles que encabeza Alberto Rodríguez. Hablamos de sus proyectos y éxitos pasados y presentes, y por supuesto, de un prometedor aunque difícil futuro. Pero sobre todo, hablamos de cine.

 Comencemos por lo básico, ¿qué hace un director de arte? ¿Cómo influye su trabajo en la película en sí?

El trabajo fundamental de un director de arte es crear los espacios donde se desarrollan las historias, las historias que se quieren contar en una película. Entonces ese espacio no sólo es un espacio donde se ponen los actores y sueltan todo su texto o se desarrolla el guión sino que también tiene que contar parte de la historia. Yo creo que esa es la base del tratamiento de la dirección de arte de cualquier proyecto. Que aunque sea un escenario que ese escenario también esté contando.

¿Cómo fueron tus orígenes en este mundo del cine?

La verdad es que entré un poco de rebote. Yo hice Bellas Artes, soy licenciado en Bellas Artes en la especialidad de escultura y bueno siempre era algo que, yo creo que a todo el mundo, que de alguna manera tiene relación con las artes plásticas. Las artes en general miran siempre al cine como algo interesante. Y a raíz de que necesitaban piezas escultóricas para ambientar un videoclip,  ahí conocí a una productora, empecé a trabajar y de ahí conocí a una directora de arte que me empezó a llamar y a enseñar, y bueno poco a poco haciendo y trabajando y gracias a la generosidad de mucha gente que me ha enseñado, gente desde muy chica hasta gente muy grande, que en toda mi carrera me ha ido enseñando.

Tu relación con Alberto Rodríguez ha sido, y está siendo fructífera. Con él has hecho ‘After’, ‘Grupo 7’, ‘La isla Mínima’ y lo último, ‘El hombre de las mil caras’. ¿Cómo empezó esa relación?

Yo después de vaivenes, que estaba entre Barcelona, Sevilla y dando muchas vueltas, me puse aquí a trabajar con productoras, con Barataria y con Jaleo, y bueno, ellos con la trayectoria de Alberto y todo el grupo, de Alex, Adán…todo este grupo que sí surgen todos juntos pues hubo un momento en el que me adoptaron y ahí empezamos a trabajar juntos y a rodar juntos. Y muy contento de poder participar en un proyecto de Alberto. Siempre son especiales los proyectos de Alberto.

    Siguiendo con Alberto Rodríguez, se suele rodear del mismo equipo. Rafael Cobos para la historia, y tú mismo para la dirección de arte. ¿Crees que eso influye para que sus películas tengan tan buena acogida?

      Sobre todo lo que ayuda es que él trabaje más cómodo. Y pueda hacer mejor lo que es su labor de hacer películas. Entonces nosotros somos su artillería en cierta manera. Supongo que sí, que ayuda que haya un equipo estable en el que para lo bueno y para lo malo nos conocemos todos mucho y siempre se va un paso por delante porque hay una parte de comunicación que ya está, entonces hace que el trabajo sea muy ágil. Aunque está claro que él es el jefe (risas) y el que tiene las claves. Nosotros le rodeamos pero es él el que tiene las claves.

Cuanto más cómodo mejor supongo. Os conocéis todos  y habéis trabajado juntos varios años. Entonces eso hará que vaya más rápido todo también…

Si, si. Más fluido, más complicidad y bueno ya sabemos las cosas que nos gustan con respecto al estilo, a la forma de trabajar. Eso hace que puedas ir más al grano y mucho más rápido.

Con la ‘Isla Mínima’ ganaste el Goya. ¿Qué se siente al llevarse ese premio a casa? ¿Tiene algún efecto en tu trabajo?  Más reconocimiento, más ofertas…

Hombre, evidentemente es un reconocimiento importante, es el reconocimiento de todos los miembros de tu profesión y es un regalo impresionante. Es muy bonito y sobre todo, yo pensaba que iba a ser el objeto lo que más peso podía tener en todo esto, pero realmente lo que tiene de valor es que te lo dan, es un regalo más conceptual que la pieza en sí, que la estatuilla. Y sí, evidentemente te hace más visible y es un aval a la hora de presentarte en cualquier sitio o a la hora de que te propongan en cualquier tipo de proyecto.

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 Muchas veces vemos como hay una primera y segunda división  en las entregas de premios. Están los platos fuertes como mejor dirección, guión… ¿en qué categoría pondrías a la dirección de arte en esto? Creo que no está lo suficientemente reconocida. La gente no sabe muy bien lo que hace el departamento de arte.

Es un reconocimiento más técnico. La Academia al fin y al cabo reconoce no sólo la parte artística entrecomillas, que son los actores, guión, dirección…sino que también hay un reconocimiento a los técnicos, entonces por eso son menos visibles. La gente los entiende menos pero para nosotros son igualmente muy bonitos y muy agradables.

¿Ves un Goya en ‘El hombre de las mil caras’?

Es muy difícil. Creo que para ganar un Goya intervienen muchos factores y es muy difícil, muy difícil. He tenido la suerte de ganar uno y ojalá que se repita, pero es muy difícil. Y este año además hay películas espectaculares. Y bueno aún está por estrenar la película.

Sí, ahora te iba a preguntar sobre ella. Pero antes, volviendo un poco al pasado, ¿cómo fue el rodaje de ‘Isla mínima’?

Fue un rodaje bastante complicado. Un rodaje que por logística ya era muy exigente. Rodamos casi todo en Isla Mayor, en la zona de marismas y bueno, un entorno bastante especial. Todo lo que tiene de bello te lo quita de otra manera. La recuerdo como una peli dura, pero también muy bonita. Te metes un madrugón tremendo pero gracias a ese madrugón ves también bandadas de pájaros que se mueven por allí y puestas de sol y amaneceres increíbles. Es algo que sólo había visto yo antes en África. Y la verdad es que la recuerdo con mucho cariño. Dura pero con muchísimo cariño.

Isla Mínima y Grupo 7 son dos películas que comparten muchos elementos en común pero que en realidad son muy diferentes, ¿qué las distingue en cuanto a dirección de arte?

Grupo 7 quizás era un retrato de un momento, de un momento de cambio, de transición dentro de una ciudad como era Sevilla a principios de los 90, finales de los 80, y en la Isla parte del retrato era una atmósfera, que aquél sitio realmente fuese , que todo el escenario fuese cargante, denso, que asfixiase. Creo que ahí están las diferencias.

Pero en lo relativo a tu departamento de arte, ¿cómo se diferencian ambas películas?

Cada película es un mundo, son todas diferentes. Porque simplemente el lenguaje que se quiere aplicar al proyecto, a la película…hasta los requerimientos del guión. Entonces son dos películas completamente distintas. En Isla la cámara estaba más tranquila, en Grupo 7 la cámara era muy nerviosa y necesitaban recorridos para hacerla. Todas las películas son diferentes.

Y ya pasando a ‘El hombre de las mil caras’. ¿qué nos puedes contar sobre ella? ¿Cómo ha sido el rodaje?

Bueno creo que es un proyecto muy ambicioso y muy grande. Para mí ha sido todo un reto, es una película que en su día, creo que son más, tenía 347 decorados, con lo que eso conlleva. Si una película son 120 minutos si son dos horas y 347 decorados en dos horas…echa la cuenta. También queríamos retratar los espacios donde se mueven estos personajes, que son personajes de alto nivel, con grandes espacios…y bueno quizás ese ha sido el reto, que es un volumen grandísimo. Se desarrolla en trece países…hemos rodado en cuatro países diferentes…

¿En qué países habéis rodado?

Hemos rodado en Madrid, París, Suiza y Singapur.

‘El Hombre de las Mil Caras’ se presenta en San Sebastián la semana que viene. ¿Cuáles son las expectativas? ¿Está el listón demasiado alto después de la Isla Mínima?

Cada película es un mundo como te decía antes, y realmente la ilusión que tenemos todos es que la historia, que es fascinante, llegue a todo el mundo y que la gente la acoja y la disfrute. Realmente es una historia de espías, que parece mentira pero todo esto, o gran parte pasó y creo que lo que más nos interesó a todo es contar esta historia porque es impresionante y las expectativas son que la gente la vea y la disfrute.

¿Qué os falta por contar de la historia de España reciente? Grupo 7, Isla Mínima, ahora ‘El hombre de las mil caras’… se ve que es un tema que tiene mucho que contar y no se ha hecho cine suficiente sobre eso. ¿Hay planes de seguir explorando esa época?

Bueno yo creo que hay muchas más cosas que se pueden contar, pero bueno ahí es Alberto el que elige. Y bueno ahora empezamos un proyecto que vamos a contar la Sevilla del siglo XVI, un proyecto muy bonito y muy ambicioso. Y es una cosa muy interesante del trabajo de Alberto. No solamente te cuenta una historia en lo concreto, sino que transversalmente te está contando la historia de una ciudad, de un país, en un momento determinado o de una edad como pasaba en ‘After’, que te está contando una noche de fiesta y realmente te está contando el desengaño de una edad. Entonces lo interesante de Alberto, una de las cosas más interesantes que tiene Alberto es esta, y una de sus señas de identidad, entonces supongo que seguirá por ese camino.

En cuanto a ese proyecto de la Sevilla del siglo XVI, ¿en qué punto se encuentra ahora?

Estamos ahora mismo en la preparación, estamos localizando y todo el proceso de preparación.

Ya para acabar ¿Cuáles han sido tus referentes para tu trabajo? ¿Alguna película que tú recomendarías a futuros directores de arte?

Mi punto de partida fue siempre las artes plásticas y me apoyé mucho en ellas, en la fotografía contemporánea, en la pintura…Creo que cada uno tiene que buscar su herramienta y que las ame y las adore y que se apoye en ella. Sea el cine, las artes plásticas, el teatro, la literatura…cualquier cosa, pero que busque ahí las claves para entender luego el oficio. No hay un manual. Cada uno tiene su truco y su forma de ver y cada uno tiene que buscar sus pasiones.