Cuenta atrás para Hollywood: ‘Django Unchained’ (2012)

El rey del diálogo de Hollywood ha recuperado la confianza personal y el respeto de la industria tras el éxito de Inglorious Basterds, que cosecha un Óscar a Mejor Actor de Reparto y el reconocimiento de la crítica global. En su siguiente película, se decide a embarcarse definitivamente en el western, su género favorito, y con ello homenajeará a su subgénero predilecto dentro del mismo: el spaghetti western, las producciones europeas que revitalizaron a los vaqueros y revólveres en los sesenta y setenta.

Quentin Tarantino acostumbra en las giras internacionales de sus películas a visitar tiendas de discos de los distintos países y adquirir únicos ejemplares. Durante la promoción de Malditos Bastardos, la inspiración llega a él. Sale a la calle, compra varios vinilos con bandas sonoras de spaghetti westerns y los reproduce en su habitación de hotel, donde escribe de un tirón la escena inicial en la que Schultz y los traficantes de esclavos se cruzan en medio del bosque.

A partir de ahí, el americano firma el libreto que le valdrá el Óscar a Mejor Guión Original en 2013: la historia de Django, un esclavo negro que busca venganza contra sus antiguos explotadores. Aliado con su liberador, el cazarrecompesas King Schultz, el nuevo héroe tratará de rescatar a Broomhilda, el amor de su vida, de las manos del odioso esclavista Calvin Candie.

Jamie Foxx (que toma el papel tras la negativa de Will Smith, bajo el argumento de que una historia de amor no se puede sostener sobre la violencia) es un atractivo y perfecto Django, transmitiéndonos la ingenuidad derivada de su analfabetismo a la vez que muestra la rabia liberada en su persecución de venganza. Sin embargo, es Christoph Waltz el que brilla una vez más por luz propia. La película, pese a que gira en torno al personaje al que da nombre, se sostiene sobre los hombros del austriaco, que nos ofrece un papel a la altura del Hans Landa de Malditos Bastardos: un cazarrecompensas europeo y progesista, que libera a Django y promete ayudarlo a cambio de que éste le eche una mano en su trabajo. Schultz es el segundo personaje de Tarantino que interpreta, y que acaba con segunda nominación y segundo Óscar por Mejor Actor de Reparto.

Leonardo Dicaprio se entrega por completo al personaje más desagradable y redondo de su carrera, cortándose incluso la palma de la mano con una copa y continuando la escena tras la lesión. Samuel L. Jackson asume que es demasiado mayor para interpretar a Django e interpreta, en sus propias palabras, «el negro más despreciable de la historia del cine»: Stephen, el mayordomo racista de Candie.

Django Desencadenado es la película más violenta y personal de Tarantino desde Kill Bill Volumen I. Asimismo, a causa del contexto histórico y el protagonismo del afroamericano, resulta ser una revisitación al blaxploitation, género al que rindió homenaje ya en Jackie Brown. La cinta danza entre la precisión del trasfondo histórico (sin la alteracción ficcional del anterior film) y el relato en clave de cuento de fantasía adulto, sazonado con los elementos más comunes del spaghetti western: personajes variopintos y caricaturizados, sangre a borbotones, violencia desmedida de serie B, ficción realista con bizarrismo y situaciones ridículas, etcétera.

Leonardo Dicaprio protagoniza el primer papel antagonista de su vida.

La séptima entrega del genio de Knoxville cuenta con una novedad en su filmografía especialmente interesante: la violencia no se cimenta sólo como elemento de comedia negra, sino que Tarantino refleja el esclavismo estadounidense con realismo, crudeza y pulso. Los dos tipos de violencia coexisten en la película, pero medidos con precisión milimétrica para que el asesinato a sangre fría de un sherrif sea irrisorio pero que una pelea a muerte entre dos mandingos resulte desagradable y traumática. Es en esta cinta donde asienta de manera definitivamente la dualidad tan característica en su obra y calma el ansia del público que rabiaba por, tras miles de referencias y homenajes, una cinta del género al director.

Django Unchained, ganadora de dos Óscars, ostenta a día de hoy el títula de la película más taquillera de Tarantino (a falta de conocer los datos de Once Upon a Time in Hollywood, que ya la ha superado como mejor apertura de fin de semana de su filmografía). Supone la confirmación de Quentin Tarantino como heredero legítimo del spaghetti western. La película es más Corbucci que Leone: el título referencia a la cinta de Django y su estilo es despreocupado y divertido a la par que dramático y shakesperiano. Conjuga las tres claves principales de su filmografía: el carácter comic book de Pulp Fiction, el corazón afroamericano de Jackie Brown y la acción sangrienta e irreal de Kill Bill Volumen I (el tiroteo en la hacienda de Calvin Candie es digna sucesora de la batalla en La Casa de las Hojas Azules). Es una buddy movie envuelta en un spaghetti western romántico, un cóctel tan sumamente bien mezclado que resulta en un sabor potente, fresco y original; un relato tremendamente sólido que rezuma pasión, respeto y homenaje en cada fotograma y diálogo por el movimiento negro, el género del Oeste y el espectáculo cinematográfico.

 

Nota: 9.25

Presupuesto: 100.000.000 $

Recaudación: 425.400.000 $ (Mundial)

Escena icónica: El inicio de la cinta, con los esclavos siendo llevados por los negreros bajo el tema de «Django» de Luis Bacalov.

Una frase: “Do you know what they’re going to call you? The fastest gun in the South.