Crítica – ‘Un asunto de Familia’

 

Póster de ‘Un asunto de familia’

Título original: Manbiki Kazoku

Año: 2018

Duración: 121 min.

País: Japón

Dirección: Hirokazu Koreeda

Guion: Hirokazu Koreeda

Música: Haruomi Hosono

Fotografía: Ryûto Kondô

Reparto: Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka.

Productora: AOI Promotion, Fuji TV, Gaga Communications Inc

Género: Drama, familia.

Ficha completa en Sensacine

En un supermercado de Japón, un hombre le enseña robar a un crío, Osamu y Shota quizás padre e hijo. Ambos consiguen lo que buscaban y vuelven a casa entre risas, pero por el camino encuentran a una niña abandonada fuera de su casa muerta de frío y hambre. El hombre convence a la pequeña, y los tres ponen rumbo a una casa donde convive esta extraña familia. La cena de la pequeña, pronto se convierte en desayunos, comidas y noches hasta normalizar el secuestro cometido por la familia. Tras su paso por Cannes, llevándose la Palma de Oro a mejor película, y estar entre las candidatas a mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro y los premios Oscars, Koreeda presenta, de la mejor forma posible, la desgarradora realidad de una familia de clase baja en Japón.

Con un ritmo pausado, el día a día pasa entre las vidas de esta familia. Osamu debe trabajar como obrero para ganar un poco de dinero, su pareja, Nobuyo, trabaja en una gran empresa de planchado de ropa que aprovecha para rebuscar alguna moneda u objeto de valor en las prendas. Por otro lado están la abuela y su nieta Aki, que intenta sacar un sueldo como ella dice «moviendo sus tetas», y ajenos a los trabajos de los mayores, Shota y Yuri, la niña secuestrada, que dedican sus ratos libres a jugar o robar en algún puestecillo. El director deja que el espectador se haga partícipe de todas las actividades y rutinas de cada miembro de la casa, descubriendo sutilmente las personalidades, problemas, preocupaciones y sueños de cada uno. Recoge en un gran y cómodo abrazo todos los sentimientos posibles dentro de cada persona para, en el momento de máxima comodidad y felicidad, destruirlo todo con la realidad.

La pequeña Yuri dibujando a su nueva familia

A pesar del discurso sobre la familia que se mantiene durante la gran mayoría de la filmografía del director, y por supuesto durante toda la película, Koreeda no quiere sermonear sobre lo que está bien o mal. Simplemente comparte un punto de vista tan válido como cualquiera, poniendo en duda lo malo y lo peor que se podría presentar. Deteniéndose con sumo cuidado en abrazos, caricias y cualquier tipo de contacto de piel contra piel para intentar hacer llegar el amor que siente alguien por sus seres queridos. La ligereza que tan bien sabe manejar Koreeda, consigue que uno mismo se deje resbalar entre sus manos sin poder hacer nada para librarse del dolor más inesperado. La vida puede ser, y en su gran mayoría es, un desastre, pero a pesar de todo la familia protagonista sabe que pueden contar los unos con los otros. Las cicatrices, el dinero, el dolor y la soledad los acoge entre sus brazos creando un vínculo más fuerte que el de la sangre, sus corazones.

En Un asunto de familia, la curiosidad del director se deja entrever, probando nuevas visiones, caminos y discursos dentro de su línea de dramas familiares. Acercándose a lo que buscaba en su película Nadie sabe (2004), centrando su mirada a la clase más baja del país Nipón y sobretodo en los niños que viven su día a día en esta situación.  Las personas más inesperadas, sobre todo los extraños, podrían convertirse en la propia familia, solo habría que buscar para encontrar la sinceridad y el amor en las personas.

Lo mejor: El suave ritmo hasta la llegada del último acto, donde Koreeda romperá sus esquemas

Lo peor: –

Nota: 10/10