Fotograma de 'Touch Me Not'

Crítica- ‘Touch Me Not’

Título original: Touch Me Not

Año: 2018

Duración: 125 min.

País: Rumanía.

Dirección: Adina Pintilie

Guion: Adina Pintilie

Música: Ivo Paunov

Reparto: Laura Benson, Tómas Lemarquis, Dirk Lange…

Productora: Manekino Film / 4 Proof Film / Agitprop / Les films de l’etranger / Pink Productions / Rohfilm

Género: Drama

Al igual que en el mundo de Canción de hielo y fuego los dioses tiran una moneda al aire cada vez que un nace un Targaryen, en el nuestro la tiran cada vez que premian una película en el festival de Berlín: depende de qué lado caiga será una propuesta arriesgada e interesante o una pedantería pseudoautoral con más pretensiones que calidad cinematográfica. Touch Me Not pertence al segundo grupo.

Adina Pintilie, en su intento de conseguir una reflexión holística sobre la sexualidad humana, pasa por todos los clichés del cine pretendidamente autoral. Touch Me Not es un festival de vacuidad y pretensiones que no llevan a ninguna parte y de decisiones narrativas y estéticas que parecen surgidas no de la reflexión, como debería ser, sino del “porque queda bien”. Por ejemplo, la directora se introduce a sí misma, cómo no, a través del reflejo de la propia cámara (recurso que a estas alturas de posmodernidad ya suena a fácil) por el gusto que a ella le produce, porque, ¿qué aporta su presencia metacinematográfica en la película? Más allá de decir cuatro frases increíblemente vacías de contenido, claro está.

Fotograma de ‘Touch Me Not’

La representación de la sexualidad, que es el tema central de la película, es la misma que llevamos viendo años y años en este arte, solo que en esta ocasión intercambiamos unos cuerpos por otros, pero en lo referido a lo formal Touch Me Not pasa, de nuevo, por todos los clichés del cine, ya no erótico, sino pretendidamente reflexivo en el tema sexual. Secuencias que se alargan hasta el infinito sin razón de ser, diálogos que parecen hasta paródicos… Todo para hacer perder dos horas de su valioso tiempo al espectador.

No se puede decir mucho más de Touch Me Not ya que, al contrario que las buenas películas, sus recursos cintematográficos caen rápidamente en la repetición y lo vacío.