Crítica – ‘¡Shazam!’

Título original: Shazam!

Año: 2019

Duración: 132 min

País: Estados Unidos

Dirección: David F. Sandberg

Guion: Henry Gayden, C.C. Beck, Bill Parker

Música: Benjamin Wallfisch

Fotografía: Maxime Alexandre

Reparto: Zachary Levi, Jack Dylan Grazer, Mark Strong, Asher Angel, Grace Fulton, David J. MacNeil, Michelle Borth, Djimon Hounsou, Adam Brody, Ross Butler, Natalia Safran, Marta Milans, D.J. Cotrona, Ian Chen, Cassandra Ebner

Productora: Warner Bros. / DC Entertainment / DC Comics / New Line Cinema

Género: Fantástico / Ciencia ficción

 

¿Se ha convertido en un problema la producción masiva de películas de superhéroes? ¿Está el género empezando a gastarse? Esta semana se estrena en cines ¡Shazam!, protagonizada por el personaje de DC Comics cuyo nombre original solía ser Capitán Marvel pero que, por razones obvias, acabó cambiando de apodo. Llega apenas un mes después del estreno de su máximo rival, la que se quedó con su nombre, nada más y nada menos. Casualidades aparte, la industria cinematográfica tiene muy claro que es lo que da dinero actualmente y es por eso que una vez más llega a las salas de todo el mundo una adaptación de un cómic mítico. En esta ocasión, DC y Warner, los gigantes detrás del universo cinematográfico que une a Superman y Batman, han decidido recurrir a una fórmula muy usada pero que nunca falla: las películas de aventuras con niños protagonistas repletas de falsa nostalgia.

Fotograma de la película.

En ¡Shazam! todo parece sacado directamente de los 80. Y es raro porque la película se desarrolla casi enteramente en la actualidad, pero es que la década de los cardados y los paseos en bicicleta con la luna llena de fondo sigue estando muy de moda. En la nueva película del universo DC nos encontramos con Billy, un niño sin familia que se muda por enésima vez a una casa de acogida. Un buen día es invocado por un anciano mago que lo convierte en el elegido para convertirse en un superhéroe, así de fácil. Y no cualquiera, no, en uno perfecto, concretamente. Alto, guapo y musculoso. Con poderes increíbles y una sonrisa perfecta. Solo tiene que mencionar la palabra que da título a la cinta y se transforma en lo que a grandes rasgos se entiende como un tópico total de lo que significa ser un superhéroe. Y es ahí donde ¡Shazam! hace mejor sus deberes. Porque se toma muy poco en serio, aunque no en el tono que tenía Deadpool (2016), por ejemplo. Aquí triunfa el humor para todos los públicos, los mensajes emotivos sobre familias unidas y la inocencia de los niños ante la maldad de algunos adultos.

¡Shazam!  no es la mejor película de superhéroes de la historia, pero es que tampoco lo quiere ser. Y así es como mejor se vende, porque nunca llega a sonar pretenciosa. Tiene claro desde el primer momento su objetivo. Es una comedia familiar con la justa medida de acción y risas. Es gamberra, pero con un humor muy blanco y un reparto protagonista de caras semiconocidas muy bien escogido. ¡Shazam! es una apuesta segura pero eficiente. Se disfruta en gran parte porque, a diferencia de otras cintas de DC, no intenta ir de diferente o existencialista, y, por otro lado, tampoco necesita crear un universo de otras veinte películas para ganar tu interés. Es justo la película que pretende ser y es eso la que la hace no especial pero sí satisfactoria. Una feel good sin vergüenza ninguna con superhéroes repeinados y un villano de lo más clásico. Todo en ella huele a visto pero a la vez se deja ver sin problemas. Es divertida, ligera y efectiva y eso se agradece en un estudio que, aunque no acaba de saber muy bien qué quiere hacer con su universo, al menos lo está intentando.

Zachary Levi y Mark Strong en ‘¡Shazam!’.

¡Shazam! es un homenaje a todos esos niños que crecieron queriendo ser como Superman y que lloraron al ver cómo Bruce Wayne perdía a sus padres. Es un canto de amor a “los frikis” de toda la vida, los nerds, los niños marginados, pero con más imaginación que ningún otro. Esos niños que hoy siendo adultos siguen siendo el principal público objetivo del cine de superhéroes y que viendo ¡Shazam! igual recuerdan durante unos minutos la ilusión de abrir por primera vez un cómic sin saber qué es lo que les iba a esperar dentro. No podemos saber qué planes tiene DC con el futuro de este personaje o de los del resto de su plantilla, pero si algo nos ha dejado claro es que aquí, en todo caso, ha acertado de pleno.

Lo mejor: Su humor y su personaje protagonista en su versión con mallas. Zachary Levi está estupendo.

Lo peor: Su falta de riesgo y su tono, quizás, demasiado infantil.

Nota: 7,5/10