Crítica – ‘Lazzaro Felice’

Póster internacional de ‘Lazzaro Felice’
Título original: Lazzaro felice
Año: 2018
Duración: 125 min
País: Italia
Dirección: Alice Rohrwacher 
Guion: Alice Rohrwacher
Fotografía: Hélène Louvart
Reparto: Adriano Tardiolo, Agnese Graziani, Luca Chikovani, Alba Rohrwacher, Sergi López,Natalino Balasso, Tommaso Ragno, Nicoletta Braschi, Leonardo Nigro
Productora: Coproducción Italia-Suiza-Francia-Alemania; Tempesta / Amka Films Productions / Ad Vitam Production
Género: Drama, amistad

En la tercera película de Alice Rohrwacher, Lazzaro Felice, la bondad y la pureza son los temas que más relucen en un film completamente posmodernista. El protagonista (que, además, da nombre al título) Lazzaro (Adriano Tardiolo) es la personificación de la bondad humana. Con una mirada que se resiste a identificar diferencias de clase, él será el centro de un complejo discurso que oscila entre dos mundos. Por una parte, el lado social de la película, el argumento principal de la misma; la burbuja creada por una marquesa en decadencia que, después de un grave accidente, mantiene a sus campesinos en un régimen feudal cuando, fuera de esa burbuja, el mundo ha ido avanzando a pasos de gigante. La marquesa «se aprovecha de ellos, y ellos de él (Lazzaro)», y Lazzaro jamás se queja, jamás tiene una mala mirada o una palabra en contra de nadie. Él, siempre tierno con todo el mundo, ayuda sin rechistar y acepta las ordenes que le dan sin parar (resulta incluso cómico la de veces que llegan a llamar su nombre para ordenarle algo). Por otro lado, Lazzaro Felice tiene una marcada faceta poética; una metáfora alrededor de un lobo, marcando la improbable amistad entre el ‘ángel’ que es Lazzaro, y la ‘oveja negra’ de la familia de la marquesa, su hijo Tancredi.

Fotograma de ‘Lazzaro Felice’

Lazzaro Felice, es de una inteligencia de guion sublime. Su directora, Alice Rohrwacher, que ya había sorprendido con sus anteriores películas, consigue unir dos mundos, dos realidades e incluso dos temporalidades diferentes (esta parte, dejo que la descubráis por vosotros mismos y que os dejéis sorprender) sin transición, justo en medio de la película y de una manera tan fina, que casi te dará la sensación de haber saltado tu mismo en el tiempo. No por nada ganó el premio a Mejor Guion ex-aequo en la última edición del Festival de Cannes y el Premio especial del Jurado en el pasado Festival de Sitges.

Pero aún así, Lazzaro Felice es un film complejo de plasmar en palabras. Es de esas películas que, aunque consigues seguir la historia de principio a fin, le deja a uno desconcertado, con una sensación rara en el cuerpo e incluso boquiabierto. Pero a su vez, también maravillado. Por su tratamiento de la sociedad, de la bondad, de la pureza e incluso de la santidad. Una película imprescindible para todos aquellos que les guste mezclar la política, la sociedad y la poesía.

 

Lo mejor: La paz que transmite Lazzaro en todo momento, aunque las cosas vayan de la peor manera posible
Lo peor: Sus temas principales están en decadencia dentro del marco del cine y eso podría jugar en su contra
Nota: 8/10