Crítica – ‘La mujer de la montaña’

La mujer de la montaña
Cartel de La mujer de la montaña, de Benedikt Erlingsson

Título original: Kona fer í stríðaka

Año: 2018

Duración: 101 min.

País: Islandia

Dirección: Benedikt Erlingsson

Guion: Ólafur Egilsson, Benedikt Erlingsson

Música: David Thor Jonsson

Fotografía: Bergsteinn Björgúlfsson

Reparto: Halldóra Geirharðsdóttir, Jóhann Sigurðarson, Juan Camilo Roman Estrada, Jörundur Ragnarsson

Productora: Coproducción Islandia-Ucrania-Francia; Slot Machine / Gulldrengurinn / Vintage Pictures / Nordisk Film

Género: Drama. Thriller

Ficha completa en Sensacine

Islandia lo ha vuelto a hacer. Con su humor negro y conflictos sociales, regresó por todo lo alto a la 63ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), tras pasar por Cannes, con La mujer de la montaña (Kona fer í stríð). Considerada la continuación de De caballos y hombres (2014), esta cinta está dirigida por el realizador, autor y actor islandés Benedikt Erlingsson.

 Halla (Halldóra Geirharðsdóttir) es una directora de coro con doble vida. Además de dirigir la agrupación musical, lucha contra la industria del aluminio en Islandia y sus actividades contaminantes. Sin embargo, tendrá que tomar una difícil decisión cuando se entera de que va a ser madre de una niña adoptada. ¿Dará el último gran golpe antes de dedicarse a su hija?

El tema principal del largometraje está claro y no es otro que el cambio climático y sus consecuencias, tal y como pudimos ver en Ága (2018), ganadora de la Espiga Verde. El galardón lo entrega la SEMINCI a la película que mejor represente los valores sostenibles del medio ambiente.

La mujer de la montaña
Halla, la protagonista del filme, interpretada por Halldóra Geirharðsdóttir

La protagonista es capaz de desafiar a todo un Gobierno solamente con un arco, a lo Katniss Everdeen, y su inteligencia. Por el camino, tendrá que sortear helicópteros y drones que intentan frenar su carácter activista. Y esto acompañada en todo momento de un grupo de músicos que solo puede ver ella y que representan el tan ancestral coro griego que hacen de su conciencia responsable para que abandone la misión y salve a la niña que pretende adoptar.

Y es que todo funciona en el filme. Los colores, la luz, la fuerza de los bastos campos de Islandia, el humor negro, su protagonista etc. Todo. Parece que estamos viendo durante los 101 minutos de metraje un cuadro de cualquier pintor realista.

Lo mejor es que no solo entretiene, sino que tiene un mensaje muy importante y no es otro que el de proteger el planeta en el que vivimos. Puede parecer algo sin importancia que se inicie un movimiento en un lugar remoto de Islandia, pero puede ser el primer paso para conservar nuestro hogar.

La mujer de la montaña
El coro griego que acompaña a Halla en sus aventuras

Asimismo, el tema de la inmigración también sale a la luz a través del personaje del colombiano Juan Camillo (Juan Camillo Román Estrada), quien llega por primera vez a la isla y siempre es el principal sospechoso de los actos llevados a cabo por Halla.

En definitiva, La mujer en la montaña es un filme que consigue que el espectador reflexione sobre el cambio climático y sobre los valores de una sociedad que está evocada a su propia destrucción, a través de una mujer fuerte, luchadora e independiente que quiere ser madre. También competirá en los Oscar como nominada a Mejor película de habla no inglesa.

Lo mejor: cuenta una historia de interés social sin rodeos, yendo al grano

Lo peor: la primera parte tiene escenas que se hacen un poco pesadas

Nota: 8/10