Crítica – ‘El día de la bandera’

Título original: Flag Day

Año: 2021

Duración: 107 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Sean Penn

Guion: Jez Butterworth. Libro: Jennifer Vogel

Música: Joseph Vitarelli

Fotografía: Daniel Moder

Reparto: Sean Penn, Dylan Penn, Miles Teller, Josh Brolin, Hopper Penn, Katheryn Winnick, Dale Dickey, Eddie Marsan, Norbert Leo Butz, Bailey Noble, Megan Best, Adam Hurtig, Billy Smith

Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; Wonderful Films, Conqueror Productions, Olive Hill Media. Distribuidora: Film & TV House

Género: Drama. Thriller

Ficha en Filmaffinity

Supe desde el primer minuto de empezar El día de la bandera que me iba a gustar mucho, pero no me esperaba tanto. Y no me lo esperaba porque en enero se suelen presentar los desechos, los estrenos que se presuponen que no van a ser taquilleros. Es esa época que sirve para asimilar los últimos doce meses vividos y en la que nos hacemos promesas de cambio; un momento en el que la gente no va al cine, sino que se prepara para volver al trabajo un año más. ¡Y qué año! Y yo estaba en las mismas, intentando remontar tras las secuelas de estos tiempos pandémicos a los que hay que sumar la tradicional resaca con atracón navideño, por no hablar del también habitual resfriado (que ahora conlleva sospechas de una temporada a las sombras y de aislamiento). Con esta predisposición que empiezo El día de la bandera, tras la cual he vuelto a la vida como un potente desayuno con ducha fría el día después de haber bebido hasta rozar el desmayo. No exagero con mi optimismo cuando aseguro que se trata de una película de las buenas, una de esas que hace tiempo que no se veían. Simplemente empecé el El día de la bandera sabiendo que actuaba Sean Penn y con eso me bastaba, pero, en un momento dado, me di cuenta de que también dirigía la película y fue el mismo instante en el que entendí los motivos por los que me gusta tanto Into the Wild (2007). Para mí ha supuesto un gran regalo navideño y, sin embargo y para mi sorpresa, se ha llevado un gran batacazo por parte de la crítica.

El día de la bandera comienza como un hermoso y melancólico drama, como un sueño que amenaza con convertirse en pesadilla, pero, sobre todo, como un viaje que pasa el límite de lo emocionante y se convierte en un peligro que huele a muerte. Es la historia verídica de una familia rota por culpa de un padre que se engaña a sí mismo en su búsqueda por dejar huella. La protagonista, Jennifer Vogel (Dylan Penn), relata cómo se desencanta de la aparente felicidad de su infancia al ir descubriendo la realidad que le rodea, a saber, que su padre se endeuda constantemente para pagar una felicidad material efímera que adereza con alcohol, drogas y música de Chopin en un intento de alejar el ruido de las consecuencias que, inevitablemente, acaban llegando. Hablamos de una de las mejores road movies de los últimos tiempos, en la que el viaje simboliza la perpetua huida del que soluciona sus problemas con esta vía de escape cuando el alcohol, las drogas y la música ya no son suficientes para parchear las consecuencias de los actos. Se trata de otra crítica al sueño americano en la que, otra vez, un sujeto se arruina la vida y la de su familia persiguiendo una ilusión de prosperidad con delirios de grandeza. Pero no se trata de una mera diatriba a la cultura estadounidense, sino también al individuo y su capacidad de decidir. Y es que, Jennifer se topa con las constantes decepciones y mentiras de su padre y debe decidir si seguir su camino o cambiar radicalmente de rumbo, aunque venga de donde viene y lo tenga muy difícil.

Sean Penn mantiene su preferencia por las historias reales cuyo dramatismo amplifica la enseñanza que nos muestra, como ya hizo con Into the Wild. Igualmente, vuelve a contar en El día de la bandera con la estimable participación musical de Eddie Vedder, quien colabora con su hija Olivia Vedder en la melancólica canción My Father’s Daughter. Y no son los únicos hijos que participan, dado que Sean Penn concede a los suyos (Dylan y Hooper Penn) papeles protagónicos. Me decepciona la dura recepción de mi gremio. Hay quien ha dicho que no era verosímil una historia que, recordemos, está basada en hechos reales, según el relato escrito por la propia Jennifer Vogel. Otros han cuestionado la elección de Penn de crear una película para hacer brillar a su hija. Y no sé si la meritocracia existe, pero para mí es totalmente innegable que Dylan y su padre hacen, a cada cual, una actuación más emotiva y convincente. Haría bien esta hija en intentar seguir el camino de su padre. La historia, el guion, la fotografía, las actuaciones, la música… todo es intachable. Acostumbrado a lo que ofrece el cine de ahora, no esperaba encontrar algo de tanta calidad. Y sin embargo la crítica…

Nota: 8,5/10