Crítica – ‘Cuando los ángeles duermen’

Título original: Cuando los ángeles duermen

Año: 2018

Duración: 

País: España

Director: Gonzalo Bendala

Guion: Gonzalo Bendala

Música: Pablo Cervantes

Fotografía: Sergi Gallardo

Reparto: Julián Villagrán, Marián Álvarez, Ester Expósito, Marisol Membrillo, Adolfo Fernández, Helena Castañeda, Christian Mulas, Ramiro Alonso.

Productora: Áralan Films

Género: Thriller

Fecha de estreno: 7 de septiembre de 2018.

Germán aparece corriendo por una carretera solitaria a altas horas de la noche. Su traje de chaqueta está prácticamente destrozado y repleto de manchas de sangre. La pantalla se oscurece para dejar que los jadeos del protagonista hagan el efecto deseado en el espectador. Después de tres años, Gonzalo Bendala regresa al cine español con otro thriller bajo su dirección: Cuando los ángeles duermen. La introducción es clara, Germán falta al cumpleaños de su hija porque debe quedarse en su trabajo obedeciendo las órdenes de su jefe sin protestar lo más mínimo, al fin y al cabo, es eso o quedarse sin trabajo. Sin embargo, su mujer no lo ve así e intenta convencer a Germán para que lo deje todo y vuelva a su casa con ella y su hija, lo que no sabe es que esto desembocará en la peor noche que podría llegar a imaginarse.

Por medio de un tira y afloja entre el deber y el placer de llegar a casa, Gonzalo Bendala hace una crítica radical e impactante hacia la conducción y seguridad vial, además de aprovechar el problema del alcohol y drogas asociado a los jóvenes. Es el momento de que Silvia entra a escena, la eterna compañera de Germán en esta noche tan problemática e inolvidable para ambos. Bendala presenta los miedos y problemas creados por estos con un guion lleno de giros y enredos que parecen no tener fin. Todo se podría solucionar con un par de palabras o gestos sinceros, pero algunos han perdido el control sobre sí mismos y sus evoluciones como personajes y personas no tienen marcha atrás. Sin embargo, los dos puntos de vista, el de Silvia y el de Germán, consiguen colocar al espectador en el lado de cada uno logrando empatizar con ellos en los momentos más inesperados.

El miedo de la noche y lo que puede pasar en esta se apodera de todos los personajes de la película, desde los protagonistas hasta policías o la hija de Germán. La duda sobre si su padre estará bien asalta a la pequeña cumpleañera: «¿quién vigila a los ángeles cuando duermen?». Bendala riega su película de connotaciones religiosas que resaltan más en unas situaciones que otras, de manera completamente innecesaria. La moral del film es clara y concisa, no necesita una sobre explicación y mucho menos una relación directa con la religión que se despega de la tensión y ritmo del momento solo para mostrar rayos de luz solar sobre un colgante con simbolismos cristianos.

Lo que antes se mostró como la huida de la víctima, no era otra cosa que la caza de la presa. Todo se hace por amor, amor a tu familia, a ti mismo y a tu vida. Es difícil no ser egoístas, pero en casos como en Cuando los ángeles duermen donde toda tu vida está en juego es literalmente imposible no optar por el amor y todo lo que esto implica.

Lo mejor: Control de la tensión durante toda la película.

Lo peor: La moral religiosa que presenta.

Nota: 7/10