‘Cocktail’ sería una mejor película sin Saif Ali Khan

A pesar de lo que pueda parecer, esto no es un artículo en contra de Saif Ali Khan. Es un actor que ha demostrado tener versatilidad, que atrae a las masas con su carisma, y además está casado con Kareena Kapoor. Pero su personaje en la película Cocktail, estrenada en 2012, ha envejecido de muy mala manera. Tan sólo siete años después el estereotipo de chulito que representa Gautam resulta totalmente irreal, y su presencia tira por tierra todo lo positivo que podría tener esta comedia.

Cocktail cuenta esa manida historia romántica del chico sinvergüenza que cambia porque se enamora de la chica buena. Y, por el camino, rompe el corazón a otra chica no tan buena. Gautam, interpretado por Saif Ali Khan es nuestro protagonista. Para formar este triángulo amoroso tenemos a Meera (Diana Penty), una chica inocente y dulce, y a Verónica (Deepika Padukone), fiestera y alegre. Y sí, la que termina sola al final de la película es Verónica. Aparentemente las mujeres a las que les gusta salir de fiesta y explorar su vida sexual no son dignas candidatas para mantener una relación estable.

Para empezar, ¿cómo es posible que toda mujer a la que Gautam falta el respeto cae rendida a sus pies? Sus técnicas de coqueteo son las propias de un adolescente en plena pubertad. A las mujeres adultas no les resulta atractivo un pseudo-hombre que las hace sentir incómodas para conquistarlas. Pero ahí está, ligando con mujeres espectaculares de una forma totalmente misógina y maleducada. La construcción de Gautam como personaje carece de profundidad alguna, en detrimento del guión final de Cocktail.

Meera y Verónica forman una relación sana y muy bonita, en la que sus personalidades totalmente opuestas se complementan para hacerlas crecer como personas. Sus arcos de transformación podrían haber sido estupendos si no fuera por la inclusión de Gautam con el objetivo de hacerlas competir por un hombre. ¿Por qué cuesta tanto hacer películas en las que las mujeres son cómplices y no rivales? Lo peor es el tratamiento de Verónica, que posiblemente sea el personaje más interesante ya que presenta esa dualidad entre la luz y la oscuridad.

Sin Gautam, tampoco existiría su madre. Una señora todavía más misógina que su hijo que no hace otra cosa que juzgar a los demás y meterse en la vida de todo el mundo. Es la que desata la absurda trama de fingir que Gautam mantiene una relación con Meera porque se avergüenza de estar con Verónica. Por supuesto, la mujer adora a Meera porque es sumisa y callada, y trata bastante mal a Verónica simplemente por no ser así. Esto afecta a la autoestima de Verónica y decide cambiar su personalidad para que la señora la acepte.

Cocktail no es una mala película. Pero la segunda parte de la trama se resuelve de una manera un tanto desastrosa, inconsistente con el principio de la cinta. Resulta tan sencillo imaginarse lo que podría haber sido esta película y compararlo con el producto real. El contexto social ha cambiado bastante en estos últimos años, y eso ha afectado negativamente a la presencia de un personaje como Gautam en una comedia romántica.

Namaste, amigos.