Cinco motivos por los que ‘La Embajada’ no terminó de funcionar

La Embajada, la nueva serie de Antena 3 para esta primavera, ha llegado a su fin. La cadena no renovará la ficción por una segunda temporada. Es una pena porque la serie contaba con un elenco de lujo capitaneado por Belén Rueda. Por tanto se ha comprobado que no se tiene nada asegurado por tener un reparto de calidad, se necesita algo más para triunfar. Pero ¿Qué ha fallado en la ficción? Estas son algunas de las causas:

1- El ritmo

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Es algo básico que debe tener cualquier ficción para que consiga enganchar a los espectadores. Quizá todavía es un elemento más importante en series de estas características, donde se plantean tramas caracterizadas por la intriga y se necesita un mínimo de velocidad para que la audiencia siga pegada a la pantalla y no se pierda en el hilo argumental.  La Embajada comenzó de una manera que podía conseguir que los seguidores de este tipo de seriales cayeran en sus encantos, pero en la parte media su temporada flojeó en el ritmo,  por lo que la misma perdió el interés por parte de su audiencia. Cierto es que al final de la misma sí que se consiguió volver a recuperar ese ritmo que se necesita, pero quizá ya era demasiado tarde y la misma perdió casi todo el interés que tenía en un principio.

2- El día de programación

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Aunque no sea un  elemento propio de la ficción, todos los que analizamos la televisión sabemos que es algo básico para que funcione. Antena 3 no se lo ha puesto nada fácil a esta nueva serie, ya que la ha utilizado como su arma para poder luchar contra su competidora más directa, Telecinco. Aunque sí consiguió arrasar en su estreno, lo cierto es que el «todopoderoso» Bertín Osborne no ha dejado que los espectadores pudieran darle una oportunidad a la nueva propuesta del grupo Atresmedia.  Es algo lógico que las cadenas quieran competir, pero no debemos obviar que el día de emisión puede jugar a favor de un proyecto pero también puede conseguir que se termine de hundir.

3- El abuso de elementos diplomáticos

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Es algo lógico en una serie de estas características, pero es algo que a parte de la audiencia puede conseguir despistar. No todo el público está familiarizado con el mundo de los altos cargos diplomáticos y políticos. Hay conceptos, funciones o cargos que se pueden escapar a los espectadores y que en la misma no estaban bien explicados. Se daba por hecho que el espectador conocía todas estas informaciones y no se explicaba nada al respecto. Es una serie dedicada a un público específico y esto en parte es bueno, ya que necesitamos ficciones que arriesguen, pero aun así es uno de los elementos por los que la ficción no ha terminado de despegar.

4- El tratamiento de las tramas políticas

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Estamos hartos de escuchar la palabra corrupción en nuestros informativos y de esto quería aprovecharse la serie. Quería tratar estos temas de una manera directa, sin dar rodeos e incluso nombrando partidos políticos. No digo que no se haya tocado estos temas, pero quizá era necesario que se fuera un poco más allá. Las tramas de corrupción sí estaban en la ficción pero a menudo quedaban escondidas bajo las de pasión y traición. Por tanto se debería haber apostado por tramas más políticas y apartar un poco esos elementos que pudieran hacer que las tramas se alejaran de lo que vemos en los telediarios. Aunque como se suele decir, quizá la realidad supere a la ficción.

5 – La duración

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Este último elemento es uno de los que se deberían revindicar en casi todas nuestras ficciones, incluso las que tienen éxito en la actualidad. Un capítulo de cualquier serie no debería durar más de 50 minutos, ya que los espectadores pueden perderse o incluso cansarse. Esto último todavía es más probable en series de tipo menos desenfadado y  donde la tensión es uno de sus elementos principales. Es muy complicado conseguir que la audiencia no se canse o desenganche durante una emisión tan larga y que necesita un seguimiento bastante exhaustivo por parte de estos. Cierto es que muchos actores y creadores de series están en contra de estas duraciones, pero será necesario que las cadenas apuesten por este tipo de emisión.

Visto lo anterior, se puede afirmar que ‘La Embajada’ no funcionado pero no por ello es una mala ficción. Necesitamos ficciones así,  que arriesguen y hagan evolucionar nuestra industria. Seguro que a base de arriesgar con productos como este, se conseguirá dar con la tecla de una ficción que convenza al público y que satisfaga nuestras necesidades seriéfilas. ¿Queréis ver cómo describían la ficción los propios actores? No te pierdas nuestro reportaje: