‘The To Do List’ o la verdad sobre el sexo adolescente

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Título original: The To-Do List

Año: 2013

País: EEUU

Director: Maggie Carey

Guión: Maggie Carey

Reparto: Aubrey Plaza, Rachel Bilson, Clark Gregg, Alia Shawkat, Donald Glover, Christopher Mintz-Plasse, Andy Samberg, Bill Hader, Connie Britton, Scott Porter, Johnny Simmons, Nolan Gould, Adam Pally

Productora: 3 Arts Entertainment / The Mark Gordon Company

Duración: 104 min

Género: Comedia adolescente

Hace unas semanas, en uno de esos domingos en los que uno no tiene ganas de enfrentarse con el mundo exterior y solo quiere quedarse en cama todo el día viendo algo, mi amiga Ari me recomendó una película titulada ‘Cosas que hacer antes de los 18’. Al principio no me llamaba mucho la atención porque ese topicazo que tiene por título en español (pésima traducción, por cierto) me hacía pensar que sería la típica comedia romántica adolescente que puedes predecir cómo va a terminar desde el minuto 1. Sin embargo, ante la insistencia de mi ‘recomendadora’ de que me iba a reír muchísimo con ella, decidí darle una oportunidad. Cuál fue mi sorpresa cuando me encontré con una película adolescente con un aíre fresco y renovador, sin tapujo alguno y hasta, en ciertos momentos, con ciertas reivindicaciones feministas.

Una de las mejores frases de la película: «Una mujer necesita un hombre lo mismo que un pez necesita una bicicleta»

La película se centra en Brandy (Aubrey Plaza) una muy inteligente adolescente pero novata en temas sexuales. Tras una embarazosa experiencia con un joven por el que se siente atraída decide, con el asesoramiento de su hermana y sus amigas, elaborar una lista o especie de manual del sexo con una serie de objetivos sexuales que cumplir antes de entrar en la universidad. Precisamente fue la forma de abordar este tema lo que más me llamó la atención. Nos encontramos ante una especie de American Pie protagonizada por mujeres. Una comedia loca, incorrecta y disparatada con el despertar sexual como tema central. Quizás mi entusiasmo se deba a que estoy un poco harta de la imagen que tanto el cine (y más aún las teen movies) como la televisión nos quiere vender en relación a las mujeres jóvenes y el sexo. Siempre nos presentan las mismas dos opciones: O la experiencia perfecta, hiper-romántica y maravillosa en la que la inocente e inexperta mujer tiene sexo porque esta enamoradísima de aquel con quien va a realizar el coito (algo propio de las típicas pasteladas de Nicholas Sparks); o la visión se acuesta con todos y  por ese motivo ya es una fresca, facilona y sin sentimientos (algo que se puede ver muy correctamente satirizado, en mi opinión,  en  la película Easy A). Sin embargo, todos sabemos que realmente no es así y como bien afirma la propia protagonista: “El sexo es importante pero tampoco hay que darle tanta importancia. A veces el sexo es solo sexo”.

 

Esto señores es la famosa lista de Brandy, si yo también leo cosas que no sé ni que son…

 

La forma desternillante y un tanto exagerada en que el film presenta las ‘hazañas’ de la protagonista, acercan la experiencia bastante más a la situación real del sexo inexperto: algo que a veces por los muchos impedimentos o dificultades, o por la simple torpeza de no haberlo hecho antes, da como resultado situaciones totalmente disparatadas. Lo que también me parece bastante realista e interesante es que aborden los distintos matices dentro de lo que entendemos por ‘experiencia sexual’. Seamos sinceras, hoy en día, hasta la más mojigata ha experimentado más allá del simple coito. El cine no tiene que engañarnos y tiene que dejar de tomar al espectador adolescente por ingenuo e inocente.

También me parece un punto a favor de la película la moraleja que aporta el film. Poner la amistad por encima de cualquier interés amoroso. Una especie de Girl-Code como el Bro-Code de Barney en HIMYM o el típico «Boys over hoes”, pero a la inversa. Creo que es importante trasladar este mensaje al público adolescente y más viendo el comportamiento de las nuevas generaciones que parecen más preocupadas de ligar con todo el que sea posible que por mantener sus amistades, cuando debería de ser al revés.

Os presento al cliché personificado: chico guapo sin cerebro que seduce tocando con la guitarra ‘Pour some sugar on me’.

No obstante, la inexperiencia de la directora (ya que esta era su primera película, antes solo se había dedicado a escribir guiones) se hace patente en el desarrollo del film. A pesar de que intenta huir de todos los clichés impuestos por las clásicas teen movies, la trama acaba inconscientemente cayendo en ellos, intentando ocultárselos de una forma poco adecuada al espectador. Empezando por el hecho de que la protagonista es una chica de gran nivel intelectual y que precisamente se recalca que esa es la razón por la cual no liga ni tiene experiencia sexual (TOPICAZO: Las chicas listas no gustan). También podemos ver otro claro cliché en la hermana de la protagonista que representa a esa chica incapaz de vivir sin tener una relación o en el padre de ambas que presenta una actitud tan puritana (“virgen hasta el matrimonio”) que esperaríamos más en nuestros abuelos que en nuestros progenitores. Sin embargo, uno de los más claros, que incluso recalca la propia protagonista en un dialogo con ambos, lo podemos ver en las dos posturas opuestas que representan los dos personajes masculinos con más protagonismo: por un lado, el chico bueno y romántico que pone los sentimientos por encima de todo, el típico amigo que se preocupa y está enamorado de la protagonista de todas las teen movies; por otro el ‘buenorro’ sin cerebro que resulta ser el interés romántico de la protagonista. Toda esta serie de estereotipos demasiado exagerados creo que le quitan ese punto de cercanía a la realidad que le había aportado a la película todo el tratamiento del tema sexual.  Lo peor es que acaban cayendo en el cliché hasta con el propio tema al terminar pintando la libertad sexual de la protagonista, que tanto se defiende en la primera parte de la película, como algo indecente y desenfrenado propio de una buscona al final de la cinta.

Aubrey Plaza (29 años) y Rachel Bilson (32 años) interpretando a adolescentes. ¡Viva la coherencia!

Las actuaciones tampoco destacan por su brillantez, exceptuando a su protagonista Aubrey Plaza, a la cual muchos reconoceréis por su papel en Parks and Recreations. El elenco de secundarios es bastante mediocre, aunque es destacable la desternillante interpretación de Clark Gregg, como el padre de la protagonista, que aporta alguno de los momentos humorísticos culmen del film. Quizás se puede ver como un grave error de casting el hecho de haber elegido a actores que rondan la treintena para a interpretar a adolescentes, pero es algo a lo que las series americanas nos tienen bastante acostumbrados y puede que por eso ya no nos sorprenda tanto.

En el plano técnico, lo que más llamó mi atención es la cuidada estética de los años noventa que se mantiene durante todo el film: desde sus créditos iniciales (que imitan a los de las series de esa época y nos muestran elementos que asociamos con esa década como CDs de Nirvana o casetes); pasando por las canciones que conforman la banda sonora, el terrible vestuario de todo el elenco o el hecho de que el modelo a seguir de la protagonista sea Hilary Clinton, figura política muy relevante en esos años.

En definitiva, si os gusta el género teen no dudéis en ver ‘The To Do List’  porque no se hace larga y las risas están aseguradas. Pero tampoco le pidáis mucho más (giros argumentales sorprendentes o personajes perfectamente desarrollados), pues al fin y al cabo es una película orientada a un público adolescente.

Lo mejor: Esa temática fresca y poco tratada desde el punto de vista femenino.

Lo peor: Acaba cayendo en todos aquellos tópicos de los que se pretende alejar.

Nota: 5/10