La policiaca británica tiene nombre de mujer

Ellie Miller, Stella Gibson, Catherine Cawood y Marcella Backland son las protagonistas de las grandes series policiacas y negras de la televisión en Reino Unido. Toman el relevo de los grandes nombres de las series policiacas británicas, que ahora tienen nombre de mujer.

Gillian Anderson en un fotograma de la serie The Fall.

Primero fue Broadchurchuna serie en la que el siempre impecable David Tennant debía lucirse como el inspector Alec Hardy, pero en la que la sargento Ellie Miller, interpretada por una entrañable Olivia Colman, acabó robando gran parte del protagonismo. Ese mismo año se emitieron los tres primeros capítulos de The Fall y con ella nació la irreverente superintendente detective de Scotland Yard, Stella Gibson, encarnada por una Gillian Anderson soberbia. Otra mujer encabezó en 2014 la gran apuesta de la BBC para ese año: Happy Valley. Sarah Lancanshire se ponía en la piel de la sargento Catherine Cawood, una personaje imponente y conmovedora al mismo tiempo. En 2016, la policiaca británica se empapó de la nordic noir y presentó a la insondable y estremecedora detective Marcella Backland, encarnada por Anna Friel.

Broadchurch, The Fall, Happy Valley y Marcellacuatro de las ficciones británicas televisivas policiales con más éxito de los últimos años, están lideradas por mujeres. Sin duda, que personajes femeninas sean las protagonistas es una nota positiva en un género liderado normalmente por hombres. Aunque no es tanto el protagonismo como la profundidad lo destacable de estas cuatro mujeres.

El policial es un género que, en principio, limita a los personajes, pues tiene unas fórmulas concretas, combinables, sí, pero limitadas. Sin embargo, lo importante de estas cuatro mujeres no es su papel predecible de detectives; sí, todas son muy inteligentes y astutas, muy valientes y muy fuertes, pero lo que destaca en ellas es lo poliédrico de sus personajes. Ellie, Stella, Catherine y Marcella son mujeres muy distintas (si exceptuamos su condición de detectives, claro), pero todas tienen un mundo interior tan rico que llegan a ser impredecibles en sus actos.  Han habido otras detectives a lo largo de la historia de la televisión británica, pero eran recipientes vacíos que los espectadores tomaban para sentirse ellos mismos detectives. Las nuevas protagonistas de la policiaca británica son mujeres reales llenas de luces y sombras.

 

Broadchurch (Chris Chibnall, 2013)

Un pequeño pueblo inglés, Broadchurch, sufre un terrible revés una apacible mañana de julio: Danny Lattimer ha aparecido muerto en la playa local. Aparentemente el pequeño ha caído por el acantilado, pero, como era de esperar, parece que no ha sido un accidente. Ellie Miller, sargento de la policía y madre del mejor amigo de Danny Lattimer, será la encargada de llevar el caso junto con el recién llegado Alec Hardy, un recién llegado que ha quitado a Ellie el ascenso que había solicitado. Dos compañeros muy distintos y con intereses encontrados tendrán que unirse para desenmascarar al asesino en un pueblo donde todos guardan secretos. Los habitantes de Broadchurch vivirán en un estado paranoico constante, una paranoia que se extiende hasta el espectador.

Olivia Colman y David Tennant como Ellie Miller y Alec Hardy.

Broadchurch, presenta una historia mil veces contada, pero la cuenta con un guión perfectamente hilado sin despuntes y unos personajes poliédricos que se alejan de la planicie. Los dos personajes principales, los compañeros Ellie Miller y Alec Hardy, son personas difíciles que no se compenetran el uno con el otro. Existe una tensión entre ellos, pero, ¡oh, sorpresa!, no es sexual. Ellie es una mujer atribulada, madre de una familia numerosa que no consigue conciliar del todo su vida familiar y laboral; Alec es un solitario obsesionado con su trabajo que no soportará la torpeza de la sargento Miller. Sin embargo, conforme avanza la trama, la relación de estos dos compañeros, sus broncas e intentos de apaciguamiento, serán claves, primero para conocer a los personajes, que se quitan sus máscaras; y segundo para avanzar en una investigación que a cada capítulo parece tener más cabos sueltos.

 

The Fall (Allan Cubitt, 2013)

Una joven arquitecta aparece muerta en extrañas circunstancias en la ciudad norirlandesa de Belfast. El caso es concedido a la superintendente  Stella Gibson, de Scotland Yard. La víctima resulta ser hija de un ministro y, por tanto, se pide a la detective que la investigación transcurra con la máxima discreción. Stella pronto encontrará relación entre este crimen y uno sucedido unos años atrás, pero no se verá apoyada por sus superiores, que no quieren llamar la atención de los medios de comunicación. Sin embargo, un nuevo asesinato con el mismo patrón que los dos anteriores confirma la hipótesis de la detective: un asesino en serie anda suelto. Stella tendrá que enfrentarse a este peligroso enemigo, pero también a las presiones de las altas esferas, que entorpecerán su investigación.

Gillian Anderson da vida a la detective Stella Gibson.

Stella Gibson es estéticamente el prototipo de femme fatalela típica rubia que los lleva a todos de cabeza, pero que no es más que una cáscara hueca. Precisamente las críticas que he leído sobre The Fall destacan sobre Stella Gibson que es «ultraseductora». Sin duda es un rasgo que se potencia en el personaje, pero es solo un anzuelo para conocerla y una clave para entender también el comportamiento de la sociedad, culpable del comportamiento del asesino en serie interpretado por Jamie Dornan.

La detective interpretada por Gillian Anderson parece ser consciente del estereotipo de mujer que se pretende que sea y, conscientemente, se deconstruye a sí misma capítulo a capítulo. Es una mujer conocedora de que ella es el típico prototipo de mujer seductora porque el poder patriarcal así lo ha querido y lo usa en su propio beneficio. En ese sentido puede parecer una mujer fría, pero resulta ser una mujer ultraprotectora de las otras mujeres que le rodean. Es una mujer poderosa y sabe lo que eso supone para los hombres, que la ven como una amenaza. Stella Gibson es, me gustaría pensar que conscientemente, una mujer feminista y que aplica el feminismo en su día a día.

Una de sus afirmaciones con respecto al asesino en serie que persigue me hizo tener que volver a atrás para escucharla de nuevo: «Tristemente no está enfermo, solo es un hombre al que han herido su masculinidad». No podía creer estar escuchando algo así del personaje de una producción comercial. Y no solo se queda en esta afirmación. Stella se encarga a lo largo de la serie The Fall de dejar claro que el personaje de Jamie Dornan es el resultado de una sociedad enferma por la supremacía masculina y la opresión hacia la mujer.

 

 

Happy Valley (Sally Wainwright, 2014)

La sargento Catherine Cawood parece llevar una vida normal. Es una de las agentes más respetadas en la comisaría y en su ciudad de West Yorkshire, es el modelo a seguir de las jóvenes policías a su cargo y  es la cabeza de familia de un hogar formado por su nieto y su hermana, ex toxicómana. Es, sin pretenderlo, la líder de un matriarcado.

Sin embargo, Catherine sufre un trauma de cuya herida todavía no se ha curado: el suicido de su hija, madre del nieto a su cargo. Todo su trabajo por intentar salir adelante se desmoronará cuando aparezca en escena Tommy Lee Royce (James Norton), el violador de su hija y padre de su nieto. La vida de Catherine se tambaleará y con ella la de todos aquellos que dependen de ella. Su obsesión por desenmascarar al causante de la muerte de su hija la llevará a traspasar peligrosamente todos los límites.

Fotograma protagonizado por Catherine Cawood, interpretada por Sarah Lancanshire.

El ambiente de thriller está servido en Happy Valley, pero esta vez es un thriller que invita a una reflexión moral sobre un tema tabú: la violación. Catherine Cawood es una mujer rota por el suicidio de su hija, una joven que quedó embarazada tras sufrir una violación de su novio. Pero, ¿si era su novio se podía considerar violación? Primera reflexión. El matrimonio de Catherine hizo aguas cuando ella decidió quedarse con el bebé nacido de la violación de su hija. Su marido era incapaz de poder educar y dar cariño a «eso», como él mismo lo describe. Catherine se culpabiliza a sí misma por dudar de la naturaleza bondadosa de su nieto, que es hijo de su querida hija, pero también de un violador. Catherine deberá lidiar con la ética profesional que le impone una actuación distante y sin implicaciones con los hechos que investiga, pero, ¿hasta dónde llega la ética cuando el investigado resulta ser el violador y asesino de tu hija?

 

 

Marcella (Hans Rosenfeldt y Nicola Larder, 2016)

La detective Marcella Backland abandonó su puesto como sargento de policía para ocuparse de sus hijos. Sin embargo, ahora los niños estudian en un internado y su marido le ha pedido el divorcio, después de haberla estado engañando con una compañera del trabajo. Para colmo, Marcella comienza a sufrir episodios de ira de los que después no recuerda nada. En medio de esta maraña emocional, tocará a su puerta el detective Rav Sangha (Ray Panthaki) para obtener información sobre un crimen que Marcella investigó hace 11 años y que quedó sin resolver. Es este el momento en que la protagonista decide volver al trabajo, pero se encontrará con que aquel antiguo caso no es más que la punta del iceberg y que no podrá fiarse de nadie, ni siquiera de ella misma.

Marcella Backland es interpretada por Anna Friel.

Marcella es un personaje que se puede calificar como «disfuncional», tanto por su entorno familiar como por su situación personal como por su estado mental desequilibrado. Marcella Backland llega a asustar al espectador. ¿Está loca? Sin duda sufre una enfermedad psicológica grave y verla en sus estados de ira  y confusión llena de sangre y golpes no ayuda demasiado a la percepción que se tiene de ella. Sin embargo, conforme avanzan los capítulos de esta primera temporada, uno acaba siendo consciente de que Marcella es una mujer maltratada psicológicamente; su marido, que parece una persona tranquila y comprensiva, es una persona absolutamente tóxica. Ella sufre episodios de violencia, sí, pero, ¿qué o quién la ha trastornado de esa manera?