Ángel de la Cruz cree que “Arrugas” tiene posibilidades en los Premios del Cine Europeo patricia g. fraga

Especial – Entrevista a Ángel de la Cruz, director

Esta semana hemos tenido el placer de entrevistar a Ángel de la Cruz cineasta gallego de renombre, conocido por filmes como «El bosque animado» o «Sueño de una noche de San Juan». Socio fundador de la Academia Gallega del Audiovisual, fue él mismo el que le dio el nombre de Mestre Mateo a los premios gallegos de cine. Actualmente dirige la productora Ladybug Films.

Ángel de la Cruz cree que “Arrugas” tiene posibilidades en los Premios del Cine Europeo patricia g. fraga

P: ¡Buenas tardes Ángel! Nos gustaría empezar hablando de la película que lo lanzó al estrellato «El bosque animado»  ¿Cómo hicisteis para que una novela que tiene más de medio siglo parezca una historia totalmente actual?

R: Lo primero es el trabajo de guión. El problema que teníamos con esta novela sobre todo es que era muy episódica, cada capítulo era una historia independiente y autoconclusiva y lo único que unía todo es que transcurría en ese bosque en la Fraga del Cecebre. Lo primero que hicimos fue escoger las historias que queríamos adaptar. Descartamos prácticamente todas las de los seres humanos porque ya estaban adaptadas en la película de Jose Luis Cuerda y nos quedamos con las historias de los animales y los árboles del bosque. Después hubo que darles cohesión de forma que la trama principal, que en este caso era del topo Furacrollos, conectase de alguna forma con el resto de las subtramas. Además nos quedamos un poco con la parte «romántica» de la película. Un topito que se enamora de una topita y la secuestran para hacerse un abrigo y él va a rescatarla. Al final es una historia  de amor.

P: ¿La definirías como una historia de superación?

R: Si, de hecho si se puede considerar actual es precisamente por eso. Yo creo que hay películas que a veces pasan de moda rápido, pero hay historias que yo creo que nunca pasan de moda. Las historias de superación, las historias de redención, un personaje negativo que al final se redime… Ese tipo de historias, da igual en que época se cuenten, son las que hacen que el público empatice con ellas y se acabe identificando con los protagonistas.

P: Hemos descubierto que reescribiste el guión desde cero 9 veces ¿por qué?

R: Más, tuvo 22 reescrituras y fue porque al principio queríamos contar demasiado quizás y había muchas historias que luego se fueron cayendo por el camino. A veces intentar contar de más es un problema. Además no encontrábamos la estructura adecuada. Al final decidimos seguir la forma de contar de los mitos clásicos que tienen una estructura muy bien delimitada y que es la que se utiliza en prácticamente todas las películas de aventuras.

P: ¿’El bosque animado’ es una película con alma ecologista?

R: Si,  era una de las cosas que nos gustó de la novela. Que, a pesar de estar escrita hace tanto tiempo, era una historia que abogaba  por lo que hoy conocemos como desarrollo sostenido. Realmente empezamos a estropear nuestro ecosistema a partir de ahí. La gente vivía en comunión con el campo y la naturaleza, pero la tecnología y el progreso hicieron que eso se perdiera.

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Fotograma de ‘El bosque animado’

P: Tu segunda gran producción fue ‘El sueño de una noche de San Juan’ ¿fue muy difícil convertir una novela de Shakespeare en una historia para niños?

R: La verdad es que nos distanciamos bastante de Shakespeare, pero tampoco pretendíamos directamente adaptarlo. Queríamos contar las costumbres gallegas en la noche de San Juan. Entonces nos aprovechamos un poco de los personajes para construir casi una historia original. Esta muy libremente inspirada en la historia de Shakespeare. Como dato anecdótico, uno de los dobladores de Inglaterra para este film fue Bryan Blesset, que es un actor de la Royal Shakespeare Company. A mí cuando me dijeron que iba a hacer el papel de Oberón pensé que nos iba a poner verdes;  pero estaba encantado con su personaje y dijo que le parecía una de las mejores adaptaciones de Shakespeare, incluso llego a cantar el rap que hay en la película él mismo.

P: Al igual que se indica en el film, ¿Crees que las prisas, el consumo y el dinero nos están robando nuestra imaginación?

R: En parte sí. La sociedad en la que vivimos da más importancia a la economía que produce rendimientos inmediatos y eso a veces es un freno para los proyectos que son más intangibles. Al final nosotros trabajamos casi con humo, vendiendo historias, imaginación… Y es muy complicado llegar a convencer a los que tienen el dinero para que compren eso. Entonces a veces están ahí como cortapiés a la imaginación. Aunque no siempre,  si el proyecto es bueno tardarán más o menos pero acaban confiando y termina saliendo adelante.

P: ¿Es imposible vivir sin sueños?

R: Yo creo que sí. En esta película estuvimos trabajando tres años y yo creo que todos los que participamos en ella nos la llegamos a creer y nos la seguimos creyendo al cabo de los años. Yo estoy seguro de que lo que hace avanzar a la humanidad son los soñadores. No solamente los que cuentan historias, que esa es una parte del sueño, los soñadores son también los grandes científicos o los grandes inventores. Gente que se imagina cosas que los demás no son capaces de ver. El anhelo de hacer mejor de alguna forma a la humanidad es lo que nos hace progresar.

P: Uno de tus éxitos más actuales como guionista ha sido «Arrugas» ¿Por qué te pasaste a la animación para adultos?

R: A mi el proyecto me llegó un poco como encargo. En noviembre de 2008 Paco Roca, el autor del cómic, recibió el Premio Nacional del Cómic. El productor, al día siguiente de ver esta noticia, le  compró la historia y me la mandó para ver si creía que se podía hacer un guión. Inmediatamente le llame y le dije que se podía hacer un guión tanto de animación como de imagen real. ¡Aquello era un guionazo!. A partir de ahí nos pusimos a trabajar, habíamos aprendido muchísimo más porque esa solo tuvo 3 reescrituras, pero fue uno de los guiones que más gratificación nos supuso al cabo del tiempo. Era un reto porque la temática era muy difícil de comunicar para hacer que la gente entrase al cine. Sin embargo, todo el mundo salía encantado y hablaba bien de ella. Uno de los mejores halagos que recibimos fue el saber que la gente se olvidaba de que era animación a los 5 minutos. Eso está muy bien porque quiere decir que la historia es lo suficientemente verosímil.

P: La película termina con un final bastante cerrado para la mayoría de los personajes, pero nos gustaría saber ¿qué pasa con «El locutor»?

R: (risas) Supongo que seguirá en el centro geriátrico repitiendo frases de los demás. «El locutor» era un personaje secundario pero a mí me gusta en mis guiones que los personajes secundarios tengan su momento de gloria en la película, y yo creo que «El locutor» también lo tenía, provocando la risa del público.

P: En general, ¿crees que la vida en un geriátrico es tan agridulce como se describe en la película?

R: Ese centro está hecho con trocitos de muchas cosas que vimos todos por ahí y yo creo que se acercaba bastante a la realidad. De hecho, gente que ha tenido familiares en centros así me comentaron que se parecía mucho. En ningún momento quisimos criticar este tipo de centros, todo lo contrario. Al final por el tipo de vida que todos tenemos ahora son necesarios. Antes era más fácil porque las mujeres accedían menos al trabajo fuera de casa y siempre había alguien que se quedaba con los mayores. Ahora el tipo de vida que llevamos no nos permite eso.

Algunos de los personajes de ‘Sueño de una noche de San Juan’ 

P: ¿La evasión es la mejor forma de afrontar la tristeza, como hacían algunos personajes en el film?

R: A veces no queda más remedio que mirar de frente y tratar de asumir nuestros problemas como sea; pero otras veces efectivamente esta ahí la opción de evadirse. Y en eso tiene mucho que ver el cine porque en el fondo también es evasión. Como decía Billy Wilder «el objetivo principal de una película es entretener y evadir a la gente durante ese tiempo de los problemas reales para que de alguna forma tengan una válvula de escape».

P: ¿A cual de todos tus personajes le tienes especial aprecio?

R: A muchos, no sabría porque, como decía antes, a mi me gusta cuidar no solo a los protagonistas sino también a los personajes secundarios. Pero si es cierto que en todas las películas hay algún personaje al que le tienes más cariño. Al final los personajes de ficción, hay quien dice que son la «criatura de Frankestein, puesto que están hechos con trocitos de otros personajes. De personajes reales que tu conoces pero también tienen mucho de ti. Y lógicamente unos tienen más de ti que otros. En este caso el topito Furacrollos tenía mucho de mí o Lisandro el inventor de la noche de San Juan.

P: ¿Qué nuevos proyectos tiene entre manos?

R: Ahora mismo otra película de animación para adultos, otra adaptación de otra novela gráfica de Paco Roca: «Memorias de un hombre en pijama». Es una comedia romántica muy desenfadada. La historia de un cuarentón que consigue, gracias a su trabajo de dibujante, realizar su sueño infantil: poder quedarse todo el día en casa en pijama. Sin embargo, cuando se enamora de una chica y se van a vivir juntos se le cae todo su «mundo del pijama» (risas). A partir de ahí, a través de esta pareja y de sus amigos (los solteros, los casados, los divorciados) contamos historias muy cotidianas y reales, por lo que yo creo que la gente se va a identificar con facilidad. También estamos intentando, al igual que en Arrugas, que la gente piense que esta viendo una película de imagen real y se olvide de que es animación.

P: Ha desempeñado casi todas las labores del mundo audiovisual: director, productor, guionista, actor, decorador… ¿con cuál de ellas se queda? ¿Y cuál es la que le resulta más complicada?

R: Sin duda, me quedo con guionista. Lo que más me satisface de todo es escribir, ahí tienes que luchar tu contigo mismo y con tus personajes; te sientas delante del ordenador y te evades por completo introduciéndote de lleno en la historia. Y eso es lo que más disfruto, pero cada vez es de lo que menos tiempo tengo. Sin duda también, la más complicada para mí es la labor de producción. Con mi primer largometraje «Los muertos van deprisa» quise hacer algo que nunca más volveré a hacer que fue dirigir, producir y escribir una película. La labor de producción no me gusta porque es muy ingrata, hay que dar tantas vueltas para encontrar la financiación…

P: ¿Cree que depender de las ayudas institucionales es una forma de enterrar la esencia del audiovisual gallego?

R: Hay gente que tiene una imagen un tanto equivocada de las ayudas. No vivimos de las ayudas, rara es la película que tiene más de 1/3 de la financiación que proviene de ayudas públicas. El resto tienes que ganártelo tu vendiendo la película a mercados internacionales, cadenas de televisión, distribuidoras y ahora cada vez más a la empresa privada. El modelo va cambiando y cada vez dependemos menos de las ayudas y más del sector privado que quiera apostar, invertir y desgravar. Todavía no somos un país que tenga unas desgravaciones fiscales muy altas, hay países donde son más altas y por lo tanto es mucho más fácil producir. Ese es el camino que hay que seguir.

P: ¿Cómo es la situación actual de la animación gallega?

R: Se ha dado un salto hacia atrás. Antes Galicia era el centro neurálgico de la animación, no solo en España, sino prácticamente en Europa. Recuerdo de ir a festivales a Rumanía y que conociesen Galicia porque hacíamos animación. Sin embargo las grandes empresas de animación gallegas han desaparecido. Ahora el referente en animación es España, sin embargo lo que vamos a tratar es que Galicia siga estando en el mapa de la animación y que se nos siga reconociendo.

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Una entrevista de Esther Rodriguez Soto