Crítica – ‘SUICIDIO’

Título original: SUICIDIO

Año: 2017

Duración: 62 min.

País: España (Islas Baleares)

Director: Juan Andrés Mateos Díaz

Guion: Juan Andrés Mateos Díaz y Jaime Rodrigo Oliver

Sonido y música: Javier Real, Meritxell Naranjo y Kevin Macleod

Fotografía: Xavi Rubio y Raúl López Ligero

Reparto: Toni Pons, Lina Terrasa, Miguel Mestre

Productora: Palma De Mallorca Press S.L.

Género: Docuficción – Cine experimental

 

El boom que supuso la controvertida serie de Netflix Por 13 razones ha dado paso a nuevas ficciones, documentales, reportajes, etc. relacionados todos ellos con un tema que preocupa especialmente a la población española, no tanto a su Gobierno ya que no ha emprendido ningún método de prevención para evitarlo. SUICIDIO podría considerarse como una buena terapia de concienciación.

Jaime Gabriel Rodrigo y Juan Andrés Mateos plantean SUICIDIO como una combinación de documental y ficción que muestra perfectamente la realidad de miles de personas que sufren pensamientos depresivos. Esta docuficción ha sido galardonada como Mejor Largometraje Experimental en el Festival Internacional de Cine Del Cono Sur – Ficcsur (Valparaíso, Chile) y en el Five Continents International Film Festival (como Mejor Largometraje, Mejor Actor Principal, Mejor Dirección Artística, Mejor Fotografía y Mejor Diseño de Producción). También, ha sido seleccionada para competir en la Sección Oficial del Festival Incorto, el Festival Internacional de Cine del Imperio Inca, Lima, Perú, y el Festival de Cine Fútbolero.

SUICIDIO cuenta la historia de Javier Rendón (Toni Pons), un padre de familia que, arruinado tras perder su empresa y endeudado por culpa de préstamos y pagos atrasados de hipoteca, cae en una espiral de desesperanza, abuso de alcohol, ansiolíticos y depresión que le obliga a alejarse de su familia durante un tiempo en la casa de campo de sus padres, lugar de un terrible suceso que sacudió sus vidas hace diez años. Laura (Lina Terrasa), su mujer, descubre que Javier le ha estado mintiendo respecto a la situación económica de la familia y el enfado de ella no hace más que agravar su desesperación.

La finca de la casa de campo familiar

El tema principal que acontece en el filme se conoce desde el minuto cero (el propio título te lo desvela) pero podrías intuirlo desde el minuto uno, aunque se llamara de otra forma. Esto hace que puedas ir preparando tu cabeza para un viaje de una hora por tus pensamientos hasta lo más profundo de tu psique.

Los testimonios de profesionales de la mente, incluso de aquellas personas con tentativas de suicidio que aparecen en la docuficción, otorgan a la historia un toque muy realista y sitúan como origen de un gran porcentaje de suicidios la depresión, ya sea por una ruptura sentimental, problemas económicos, etc. Esta depresión se basa en que la persona vislumbra un pasado, presente y futuro terriblemente triste y derrotista. De hecho, Roberto (Miguel Mestre), el guardés de la casa de campo de los padres de Javier, le da un consejo muy valioso: “tenga cuidado con los recuerdos, en ocasiones hacen demasiado daño”.

Uno de los testimonios de los psicólogos especializados en temas de suicidios se centra en la depresión sonriente, es decir, “la apariencia de felicidad hacia los demás cuando se viven los síntomas de la depresión de forma interna”, la cual experimenta Javier durante su vida al intentar aparentar algo que no es: se centra en cubrir de lujos a su familia cuando no tiene esa posibilidad económica, seguramente para llenar algún vacío en su vida o a causa de algún trauma del pasado.

El que tiene un motivo para vivir, un “porqué”, puede aguantar cualquier “cómo”.

Algo que marca un antes y un después en su vida (Comienzo de SPOILER en 3, 2, 1…) fue la muerte de su hijo Jaime al sufrir un accidente en la finca de la casa de campo familiar. A partir de ese momento, Javier entra en depresión cuando le arrebatan a su hijo a una temprana edad. Durante su corto refugio en la casa de campo, el protagonista realiza un viaje al pasado recordando aquellos momentos felices que pasó junto a él, situación que hace que aumente su tristeza y necesite alcohol y fármacos para intentar mitigar su dolor. (Fin del SPOILER). Roberto tenía razón cuando avisó a Javier de que recordar el pasado, muchas veces, puede traer consecuencias terribles.

La mujer del protagonista, Laura, y el guardés, Roberto, intentan inculcarle la filosofía de vida de tirar hacia adelante y nunca dar pasos hacia atrás. Javier le prometió a su mujer que nunca más regresarían a la casa de campo tras el fatídico accidente, pero no lo cumple y eso enfada aún más a Laura, añadiendo más dolor al ya acumulado a causa de sus mentiras. El protagonista entra en una espiral de malas acciones ocasionadas por una profunda depresión que no solo le afectan a él, sino a las personas que le rodean. Esto ocurre lo mismo con la propia acción del suicido. Acabas con tu vida, pero también con la de tus seres queridos. Es una violencia contra ti y contra los demás que las personas totalmente decididas a suicidarse no son capaces de comprender.

El guion y la realización de esta docuficción permite que te pongas en el papel de Javier e intentes pasar por las fases que un suicida en potencia experimenta antes de llevar a cabo la acción. De hecho, el protagonista tiene un sueño, seguramente a consecuencia de la ingesta desmedida de alcohol y ansiolíticos, en el que pierde por completo los papeles y saca a relucir una locura interna hasta entonces no contemplada en él. Se presenta desde el principio a una persona serena, cabizbaja, triste y con muy poca paciencia. La escena del sueño concluye con una mirada fría e inquietante a cámara, como si pretendiera desafiar al propio espectador, y consigue crear en ti un buen escalofrío.

La locura se ha adueñado de Javier

Actualmente, y por desgracia, en España no se han regularizado métodos estables de prevención por parte del Gobierno. “El teléfono de la esperanza” (902 50 00 02), al que acude Javier en última instancia, es una ONG de acción social y cooperación que se encarga de proporcionar ayuda a aquellas personas que han perdido toda esperanza en su vida y solo buscan aliviar el dolor. Esta organización recalca la importancia de “hablar con la familia o con algún amigo o compañero puede aportar un gran alivio al dolor que sentimos. Sentirnos acompañados y apoyados aumenta nuestra capacidad para afrontar las cosas”. Javier siente que su mujer se encuentra más alejada que nunca de él, pero encuentra el mayor motivo para aferrarse a la vida, y esos son sus dos hijos Víctor y Julia, así como en recuperar su matrimonio.

Haciendo un repaso rápido a los recursos técnicos empleados en SUICIDIO, hay que destacar el empleo de una tonalidad de blanco y negro, un ligero desenfoque y modificación del paisaje sonoro para transmitir una sensación de antigüedad y aire de documental y, así, diferenciarlo de las escenas de ficción. La imagen y fotografía de los paisajes es espectacular con el uso de un dron para captar los paisajes costeros. Raúl López, encargado de las tomas aéreas y acuáticas, realiza una gran labor en este aspecto.

El sonido instrumental que acompaña a las tomas del documental también transmite sensación de antigüedad. En ocasiones, entre escenas de testimonios de psicólogos y ficción aparecen extractos de noticias de medios sobre datos relacionados con los suicidios. Emplean un recurso extradiagético que te mantiene en vilo como si de una película de terror se tratara. Muy perturbador.

El litoral balear, lugar elegido para rodar las tomas aéreas y acuáticas

Esta docuficción pretende hacer una crítica al Gobierno español por no llevar a cabo planes, proyectos o estrategias para la prevención del suicidio. Los poderes públicos no ven en esto un problema importante, a pesar de ser la primera causa de muerte no natural en España, justo el doble que en accidentes de tráfico.

En definitiva, SUICIDIO no te deja indiferente. Desde la propia interpretación del protagonista, pasando por las conversaciones que mantiene con los demás actores, hasta el uso de recursos técnicos muy cuidados, hace que reflexiones sobre tu propio estado mental funcionando como una terapia psiquiátrica.

 

Lo mejor: consigue removerte las entrañas y hacerte reflexionar sobre tu situación mental.

Lo peor: no apto para personas con depresión o tristeza.

Nota: 7/10