Crítica – ‘Nuestra vida en la Borgoña’

nuestra vida en la borgoña
Póster español de Nuestra vida en la Borgoña

Título original: Ce qui nous lie

Año: 2017

Duración: 113 min.

País: Francia

Director: Cédric Klapisch

Guion: Santiago Amigorena, Cédric Klapisch

Música: Loïc Dury, Christophe Minck

Fotografía: Alexis Kavyrchine

Reparto: Pio Marmaï, Ana Girardot, François Civil, Jean-Marc Roulot, María Valverde, Karidja Toure, Yamée Couture, Florence Pernel, Eric Caravaca, Jean-Marie Winling, Tewfik Jallab

Productora: Ce Qui Me Meut Motion Pictures

Distribuidora: Avalon

Género: Drama

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Tras cerrar en 2013 con Nueva vida en Nueva York su serie de películas sobre la juventud que empezó con la celebrada Una casa de locos (2002), el director Cedric Kaplisch regresa a las pantallas para adentrar al espectador en las tierras de viñedos franceses. En Nuestra vida en la Borgoña, el francés presenta en nuestro país una historia amable, un drama con tintes de comedia, sobre la familia, el madurar y sobretodo, el vino.

El mundo del vino aparece como transfondo en el conflicto fraternal entre tres hermanos sobre como gestionar los viñedos de su padre recientemente fallecido. Un conflicto desarrollado mas bien poco.

Nuestra vida en la Borgoña

Nuestra vida en la Borgoña no es una historia a tres. Las relación entre los tres hermanos protagonistas es poco equilibrada, centrándose más en la vida del mayor, Jean, interpretado por Pio Marmaï, en sus recuerdos de la infancia (intercalados en cortes y flashbacks que desean causar empatía, pero que suelen caer en el sentimentalismo y ralentizan la trama), y la tensa relación que mantuvo con su padre que le empujó a dejar su hogar atrás y conocer mundo. Para luego regresar como ‘hijo prodigo’ con el propósito de enmendar sus errores del pasado y, de paso, los del presente.

Es por tanto, la evolución de Jean la piedra angular sobre la se que asienta la película, un proceso de maduración que se produce a la par de las uvas que cosecha y el paso de las estaciones. Mientras que el otro personaje masculino, interpretado por François Civil tiene un desarrollo parecido con cierta tensión existente con su familia política, las mujeres adquieren un escaso protagonismo, La hermana mayor, pese a ser la encargada de dirigir el negocio, destaca a lo largo de la historia en contadas ocasiones. Con el personaje de la española Maria Valverde (Gernika) sucede lo mismo, aunque destaca con su trabajo, aparece muy en segundo plano.

Nuestra vida en la Borgoña

El film entretiene, y aunque de la impresión de parecerse a una película de sobremesa por su argumento, en ocasiones previsible, y cuente con personajes secundarios que rozan el tópico, no es una cinta que genere falta de interés.

El espectador puede perderse en ocasiones, puede incluso no entender lo que dicen los personajes debido al vocabulario enológico que se utiliza en momentos, y pese a su falta de fondo, la película logra disfrutarse. En mayor parte, gracias a una bonita fotografía compuesta de bucólicas postales rupestres. Secuencias sobre la vida en el campo, las fiestas que celebran, el trabajo de la tierra, la vendimia, etc… con la que se trata de acercar al espectador la calidez del ambiente que se recrea.

 

Lo mejor: La acogedora sensación que produce el entorno campestre en el que se produce.

Lo peor: La relación entre los personajes principales podría haber dado mas jugo a la historia.

Nota: 6,5

Puedes leer la entevista a su director, Cedric Kaplisch, pinchando aquí